La etiqueta indica que debe evitarse utilizar el celular durante una comida. Por lo tanto no hay que atender llamadas. En lo posible, se recomienda apagarlo previo a comenzar la comida o al menos dejarlo en modo silencioso o vibrador. Tampoco se debería dejar sobre la mesa, ya que es un objeto que manipulamos tanto o más que el dinero, y según un estudio de la Universidad de Barcelona contiene un 30% más de bacterias que un inodoro, por lo tanto debería estar lejos de los alimentos (a menos que el aparato se desinfecte periódicamente). El modo en que usamos el teléfono la mayoría de los occidentales, es la conducta que más rompe con las pautas básicas de cortesía, por ejemplo cuando interrumpimos la conversación con nuestro interlocutor y compañero de mesa para atender esa llamada que esperábamos.
Si bien muchos están de acuerdo con estas pautas, la realidad es que el uso del celular ha pasado de ser una herramienta de comunicación, a ser un complemento para nuestras vidas, debido a la cantidad de prestaciones que nos da. Por eso algunas excepciones deberían contemplarse sin ser condenados por utilizar el móvil en una comida. Si decidimos romper las reglas, entonces debemos pedir disculpas. También deberíamos pararnos y atender en privado, pidiéndole a los otros comensales que sigan comiendo para no entorpecer la fluidez del encuentro.
Y si el teléfono suena, y decidimos no atender, debemos apagarlo para que el sonido no siga molestando ni quitando la atención de otros. Si suena el teléfono de otra persona, debemos aguardar en silencio un momento para que conteste o lo apague.
De ningún modo hay que chequear mensajes, redes sociales, ni ver videos. Y tomar fotografías solamente en casos de encuentros sociales (siempre y cuando todos estén de acuerdo) o por temas laborales, y contemplando excepciones con personas con las que tenemos confianza, como familia o amigos.
Por Alicia Sisteró
TW @aliciasistero