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Cómo perder mil millones de dólares en Silicon Valley

¿Quiere invertir en una start up? Estudie antes estos catastróficos casos de fracaso tecnológico.

Un unicornio es un ser mitológico, un caballo blanco con pezuñas de antílope, barba de chivo y por supuesto un cuerno en la frente. Símbolo de buena suerte, en Silicon Valley este animal se usa como metáfora de las empresas que reciben un financiamiento superior a los 1.000 millones de dólares, el billion anglosajón. Al margen de Facebook, Apple, Google y demás tecnológicas fuertes, los últimos años otras empresas como AirBnb, Dropbox, Pinterest o Stripe han entrado en el establo. Pero por cada una de estas compañías que llegan al final del camino, hay decenas de start ups que parece que van a comerse el mundo y acaban sin tragarse un colín.
BEEPI
Con un capital recaudado de 150 millones de dólares, este mercado online entre vendedores y compradores de coches llegó a estar valorado en 560 millones, media ruta hacia convertirse en una de esas empresas con un cuerno en la frente. Fundada en 2013, Forbes la colocó en su ranking de Next Billion Dollar Start Up. Pero el pasado febrero, al quedarse sin dinero, tuvo que bajar la persiana. Algunos analistas de esos que ven las cosas después de que pasen opinó que en el mundo de los vehículos usados, si estos no pueden ser analizados físicamente por el comprador, este no acaba de fiarse. Iba a ser comprada por Fair.com, una empresa similar pero fundada por veteranos de la industria del motor, pero en febrero de 2017 el acuerdo no fructificó y en la actualidad su antigua web redirige al gigante del sector, Vroom.
YIKYAK
Esta red social, que conectaba de forma anónima a estudiantes universitarios cercanos físicamente para hablar, fue fundada en 2014. Pese a enfrentar diversas acusaciones en escándalos por acoso sexual y difamación y prohibiciones en algunos centros, alcanzó un capital de 73 millones de dólares y llegó a tener un valor estimado de 400 millones de dólares. Tras intentar pivotar su actividad hacia la mensajería en grupo, anunció su cierre en abril de 2017. Square, una empresa de pagos online, la compró por tres millones de dólares.
RDIO
Rdio fue un servicio de música en streaming fundado por los tipos que hicieron Skype y Kazaa en 2010, lo que por lo menos les dio visibilidad. En competencia con Spotify, su modelo era solamente de pago y desde que este entró en EE UU siempre estuvo detrás suyo. Logró recaudar 125 millones de dólares en diversas fases y tuvo, en su pico, una valoración de 500 millones de dólares, pero en 2015 se declaró en bancarrota y fue comprada por Pandora Media, que pagó 75 millones.
QUIRKY
Sobre el papel toda idea es buena. La de Quirky era conectar inventores con consumidores. Los primeros proponían varias ideas y los segundos las votaban. Luego Quirky se encargaba de financiar esas ideas y los consumidores que hubieran votado por ellas recibían un descuento. Básicamente fue un crowdfunding que logró recaudar más de 180 millones en financiamiento y llevar al mercado unos 400 productos, pero el modelo de la empresa no se sostuvo y a finales de 2015 fue a la bancarrota. La compró Q Holdings por 4,7 millones de dólares. Con nueva presidenta al frente, su marca acaba de ser relanzada.
HOMEJOY
Este servicio pretendía ser una bolsa de trabajo de limpiadores y chapuzas. Fue fundado en San Francisco en 2010 y llegó a estar en más de 30 ciudades. Adora Cheung, una de sus cofundadores, estuvo varios años limpiando casas ella misma antes de que el negocio despegase. Y Combinator, una de las aceleradores de start ups más conocidas, les dio una cantidad de dinero y, sobretodo, visibilidad. Lograron 38 millones de financiación, pero un gran abaratamiento de los costes laborales, falta de retención de clientes y varias denuncias de limpiadores a la compañía –reclamaban ser considerados empleados y no trabajadores autónomos– la hundieron en 2015. Google absorbió a una parte del equipo técnico.
HELLO
Compañía lanzada en KickStarter, su producto era Sense, un dispositivo de seguimiento y monitorización del sueño que en lugar de llevarse en la muñeca se colocaba dentro de la almohada. Fundada en 2014, llegó a estar tasada en 300 millones de dólares, pero el pasado mes de junio, debido a que no encontró un comprador, se declaró en bancarrota. Según los analistas, el hecho de que asistentes del hogar como Alexa o Google Home pudieran hacer prácticamente lo mismo jugó en su contra.
JAWBONE
Fundada en 1997, nació como una empresa de sonido y en 2011 se convirtió en una pionera en los dispositivos y medidores portátiles, principalmente en el mundo del fitness. Consiguió recaudar más de 900 millones de dólares en financiación y alcanzó un valor de 3.000 millones. A principios de este julio, debido a la competencia con otras empresas, los problemas económicos derivados de una mala gestión y diversos procesos legales con rivales, anunció que liquidaría sus activos e iniciaría su reconversión en una empresa de hardware de medición médica y software de almacenamiento.

 

Fuente: Vanity Fair

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