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Los dueños de Rheem cierran planta por fuerte caída de las ventas

Después de atravesar un 2016 crítico, con más de tres meses de producción paralizada por sobre stock, la fabricante de heladeras catamarqueña Finpak, ubicada en la localidad de El Pantanillo, manifestó que discontinuará “en forma no definitiva” la fabricación, y que destinará la estructura fabril y su personal a la fabricación de termotanques.

La compañía es controlada por el grupo Garovaglio y Zorraquín, con sede en la Ciudad de Buenos Aires, y que también controla a la fabricante de termotanques Rheem. Según manifestó el grupo en un comunicado enviado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la firma, que hasta el momento producía heladeras bajo la marca Saiar, planteará un proceso integrado con Rheem para abastecer desde Catamarca a sus clientes localizados en el NOA.

En el comunicado se refleja la crisis que viene atravesando Finpak en Catamarca, con “reiteradas suspensiones de la actividad fabril, apertura de Procedimiento Preventivo de Crisis, despidos de personal, etc”. Eso, destaca, no mejoró los niveles de inventario, lo que se sumó a la disminución de la demanda de electrodomésticos observada durante el año pasado y la “consecuente y sostenida caída de ventas de heladeras”. Según especificaron, se estima comenzar este nuevo proceso días posterior al 24 de febrero.

De acuerdo a medios catamarqueños, la compañía presentó al gobierno provincial un plan de adecuación de la producción, que implicará la reducción de la carga horaria y modificaciones en la planta. Fuentes gremiales, mientras tanto, expresaron su temor por la estabilidad de los puestos de trabajo y aseguraron que están recibiendo ofertas para acceder al retiro voluntario. Con cerca de 70 empleados, desde el Ministerio de Producción aseguraron que la intención es mantener los puestos y evitar el cierre de una empresa que en el último balance (cerrado en junio de 2016) declaró ventas netas por $ 201 millones y una pérdida en el ejercicio por $ 14 millones.

En el comunicado enviado a la Bolsa, se afirma que la discontinuidad no definitiva de la manufactura de heladeras “permitirá a la sociedad tener la posibilidad de concretar negocios basados en la fabricación de heladeras para terceros”.

La crisis de la planta se prolonga desde 2014 cuando comenzaron con las suspensiones de personal por la caída de la demanda de heladeras. Sin embargo, el peor año fue 2016 que hacia fines de año y tras ocho semanas de inactividad, la compañía despidió siete empleados, cuando previamente, en los meses de junio, julio y agosto, ya había suspendido la producción, dando vacaciones adelantadas.

El grupo Garovaglio y Zorraquín se hizo cargo en 2009 de la planta de la ex Helametal, que venía de atravesar una dura situación que la llevó al cierre de las operaciones durante un año y medio. En ese momento, invirtió $ 40 millones para reflotar las operaciones a partir de la producción de marcas conocidas en el sector de los electrodomésticos, como Philco.

Fuente: Cronista

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