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Lucas Niven comenzó a fabricar dispensers para vender vino por copa en forma desestructurada

 

Inspirado en un proyecto que comenzó a tomar forma en 2007, en su paso por Catena Zapata, donde identificó la oportunidad por los ensayos que hacían en barriles de cerveza y con el aval de la actual gestión del INV, el enólogo Lucas Niven (Pala Corazón) está construyendo y comercializando vineras con el propósito de ofrecer vino tirado. Pero fue su participación en la feria Wine Day del año pasado lo que lo llevó a acelerar su ingreso al mercado. “La idea es llegar al público con una copa de $ 50, es decir masificar el consumo y que esto sea más canchero y desestructurado”, dijo entusiasmado a Punto a Punto.

El trabajo lo hace con su hermana, quien se encarga de la parte estética, y un carpintero de Junín. El dispenser, que se complementa con canillas y barriles de origen chino, usa el mismo sistema que la cerveza, es decir gas nitrógeno que empuja el vino en el barril para que luego salga a través del surtidor.

En la actualidad han colocado 12 canillas en Rosario, 4 en La Pampa, 11 en Villa Mercedes (San Luis), 20 en Mendoza y por ahora una en Buenos Aires. Allí ofrecen las variedades Sauvignon Blanc, Malbec, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir.

Con la venta del dispenser, cuyo precio es de $ 20.000 (dos canillas) apuntan a patios cerveceros, parrilladas, restaurantes y bares pero también los alquilan para eventos desde $ 2.000 por canilla. Por barril salen unas 180 copas. Recientemente envió una unidad a un boliche de San Martín donde el dueño ofreció vino blanco con melón (Melancia), “que tuvo gran demanda entre las mujeres”.

Con respecto a proyectos, Niven adelantó que su próximo paso es desembarcar fuerte en Buenos Aires. Otra idea es sumarle a los dispensers vermut tirado.

Carlos Lagos

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