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Matervini continúa con su exploración del Malbec, con la mirada en la pre-cordillera

 

“Hay que mirar los 1.500 kilómetros de pre-cordillera, con sus valles y rincones, y pensar en dónde hacer grandes vinos. Nosotros hemos descubierto dos: Canota y las laderas del Chaĺlao. Calculo que llevará unos 300 años explorarla en su totalidad para conseguir los mejores vinos que puede dar”.

La definición pertenece a Santiago Achával, fundador de la bodega Matervini, durante una degustación de sus vinos de la cosecha 2018. Con el viñedo de Canota, a 1.000 metros de altura, producen su vino Antes Andes. Y en las laderas del Challao, a 1.600 metros, cultivan las uvas para Piedras Viejas, que tardó 10 años en dar su primera cosecha.

El eje de Matervini es el Malbec, del cual Achával desgrana varios conceptos: uno es que “cuando los periodistas, sobre todo los estadounidenses, me preguntan qué viene detrás del Malbec, yo les respondo: ‘más Malbec’”. Y otra es que “hay muy pocas uvas en el mundo con tanta versatilidad, tantas prestaciones y tanta capacidad para brillar a diferentes alturas como el Malbec”. Por ello, todas las líneas de Matervini están elaboradas con el cepaje insignia argentino: Tinto, Antes Andes (Canota), Finca (Agrelo), los salteños Valles Calchaquíes y Alteza, y Piedras Viejas (Challao).

Top 100 de Wine Spectator

El Matervini Malbec Finca Perdriel 2015 fue el único vino mendocino en integrar la lista de los 100 mejores vinos del año 2018 de la revista estadounidense Wine Spectator. Fue calificado con 94 puntos por la publicación, de fuerte influencia entre los críticos y consumidores de todo el mundo. Se trata de una producción de sólo 4.000 botellas y su precio retail en Estados Unidos es de US$ 90 por botella. Su origen es un viñedo viejo de Malbec plantado en 1938, que fue trabajado con caballos hasta el año 2002.

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