Por Alicia Sisteró
Instagram @aliciasistero
Las hay de diversos formatos, cantidad de páginas, con fotografías, y hasta digitales. Y son tantas las posibilidades, que al encarar su diseño deben contemplarse algunos puntos importantes para que sea bonita y efectiva.
. Respetar el estilo del restaurante. Por ejemplo, para un restaurante gourmet, la carta debe ser elegante.
. Dar información veraz, y evitar exagerar los atributos, para no desilusionar.
. Describir los platos para que el mozo no demore en aclarar dudas.
. Realizar un diseño simple para facilitarle la elección al comensal.
. Incluir algún mensaje o historia sobre la esencia del restaurante o la propuesta.
. Organizar los platos colocando los más rentables en el lugar más destacado: esquina superior derecha.
. Clasificar los platos por secciones, ya sea entradas, principales y postres; por ocasión de consumo (la hora del “after office”); o por tipo de plato: ensaladas o sandwiches. Colocar todos en la misma carta, para que el cliente evalúe todo desde el principio.
. Colocar datos de contacto, y si la estrategia de marketing lo indica, un llamado a la acción para que el cliente deje una reseña en redes sociales.
. Mantener las cartas en buen estado y reponerlas cuando se deterioren.
. Utilizar materiales que se mantengan en buenas condiciones el mayor tiempo posible.
. Cuidar la legibilidad pensando en condiciones de lectura adversa, como cenas con luz baja, o personas con poca visión.
. Elegir un tamaño razonable, fácil de manipular.
. Usar fotografías solamente si la cocina asegura una presentación igual a la foto.
Foto: Gentileza Freepik