Newsletter de Mauricio Llaver

Vacunarse afuera: ¿Qué parte no se entiende? / Newsletter de Mauricio Llaver

En Argentina faltan 50 millones de vacunas: cualquiera que se la coloque en el exterior, alivia a un argentino de acá / Pandemia y economía: tomar medidas con el bisturí y no con el hacha / La bomba de agua de Londres / Éramos pocos y The Lancet ahora duda sobre la Sputnik / Inflación con vida propia / Capitalismo: un poco de autobombo / Celebrar el éxito de los demás / Y un vino, por supuesto.

16 de mayo 2021

LA MATEMÁTICA DE LAS VACUNAS. Según la funcionaria nacional encargada de conseguir las vacunas para el Covid, Cecilia Nicolini, necesitamos 60 millones de dosis para inocular a la “población objetivo”. Supongo que eso es sólo para empezar, porque ignoramos cuánto durará la inmunidad y cada cuánto habrá que reforzarlas (¿todos los años, cada nueve meses, cada dos años?). Hasta hoy estamos en casi 10 millones de dosis aplicadas (8 millones con una sola y 1,8 millones con dos), lo cual significa que, según el propio gobierno, faltan 50 millones de dosis. En un contexto de semejante escasez, y con el invierno por delante, cualquier ciudadano argentino que se pueda vacunar en el extranjero libera una vacuna para otro que no puede viajar, y además le ahorra el costo al Estado nacional. ¿Qué parte no se entiende? Sólo una colosal sobredosis de ideología o de demagogia cortita puede considerar que está mal que alguien se vacune en otro lugar. Es matemático. ¿O preferirían que algunos ciudadanos, pudiendo vacunarse afuera, le quitaran la dosis “argentina” a alguna persona cercana que tenemos acá?

AFINAR EL LÁPIZ PARA EL INVIERNO (Y LA PREGUNTA). Ya sé que es difícil pedirle sofisticación a un gobierno que no distingue entre un Estado nacional y un grupo terrorista. Ya lo sé. Pero lo que viene con la pandemia es muy difícil, y el Frente de Tod@s tendrá que ponerse de acuerdo en cómo afinar el lápiz en los próximos meses para no terminar de destruir a una economía asfixiada, a pesar de la nueva soja a 600 dólares. Muchas voces serias advierten que habría que segmentar o zonificar al detalle las medidas preventivas, porque los contagios no se dan igual en todas partes. Lo que puede servir para algunas personas -de ciertas edades, ya vacunadas o no- puede que no sirva para otras, y el impacto del virus en ciertas geografías -barrios más o menos populosos, con acceso o no a cloacas, ciudades con mayores o menores aglomeraciones- puede ser totalmente diferente. Los casos están altísimos, ya hay 70.000 muertos por Covid, y el sistema sanitario está al borde. En vez de un hacha, habría que usar un bisturí. La pregunta es si… si…

LA BOMBA DE AGUA DE LONDRES. En su originalísimo libro “En el Mapa – De cómo el mundo adquirió su aspecto”, el inglés Simon Garfield cuenta cómo un buen rastreo geográfico logró salvar miles de vidas en Londres en el Siglo 19 (hay un capítulo sobre aquella experiencia en la serie “Victoria”, de HBO). Una epidemia de cólera asolaba a la capital inglesa y un médico llamado John Snow encontró la raíz del problema y, por ende, la solución. Descubrió que la mayoría de las muertes se daba en viviendas cercanas a una bomba de agua de una esquina del Soho (algunos fallecidos frecuentaban un bar de la zona donde rebajaban con esa agua al gin y al whisky). Snow fue dibujando mapas de cada bomba de agua y los relacionaba con los muertos en las cercanías, hasta que concluyó que el foco central estaba en aquella esquina precisa (Cambridge Street y Broad Street). Clausuraron la canilla y el problema se acabó. Por supuesto que la República Argentina es más extensa que el Londres del Siglo 19, pero un buen trabajo de campo, meticuloso, con los medios tecnológicos actuales, sería un excelente instrumento para la toma de decisiones. Un autodenominado “gobierno de científicos” debería ser capaz de hacerlo.

ÉRAMOS POCOS Y THE LANCET CUESTIONA A LA SPUTNIK. Un punto de quiebre en la falta de confianza sobre la Sputnik V en la Argentina fue la publicación en The Lancet, en febrero, que afirmaba que presentaba una eficacia superior al 90%. Sin embargo, había algo que no cuadraba (y no cuadra todavía): la falta de aprobación de las autoridades sanitarias de Europa y de Estados Unidos. Esta semana el mismo The Lancet ha vuelto a hablar de la Sputnik, pero en términos opuestos a la primera publicación: “El acceso restringido a los datos dificulta la confianza en la investigación. El acceso a los datos que sustentan los hallazgos del estudio es imperativo para verificar y confirmar los hallazgos declarados. Es aún más grave si hay aparentes errores e inconsistencias numéricas en las estadísticas y los resultados presentados. Lamentablemente, esto parece ser lo que pasa en el caso del ensayo de fase 3 de la Sputnik V”. Si se me permite una predicción económica sobre el asunto, estimo que la demanda de viajes a Miami va a crecer y crecer.

DATA DURA: INFLACIÓN. Índice de Precios al Consumidor de los últimos 12 meses, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). El período registra recesión económica, tarifas de servicios con autorizaciones de aumentos heterogéneos (e insuficientes, según la mayoría), programa oficial de Precios Cuidados, control de precios en comercios con militantes políticos, y dólar oficial “administrado”.

Mayo: 1,5%

Junio: 2,2%

Julio: 1,9%

Agosto: 2,7%

Septiembre: 2,8%

Octubre: 3,8%

Noviembre: 3,2%

Diciembre: 4,0%

Enero: 4,0%

Febrero: 3,6%

Marzo: 4,8%

Abril; 4,1%

UN POCO DE AUTOBOMBO. Mientras veo con envidia cómo en Estados Unidos están ofreciendo vacunas hasta en las playas, voy a citar una columna que yo mismo escribí el año pasado, el 23 de abril, cuando la pandemia todavía era una gran incógnita. La titulé “La solución a la pandemia estará en el capitalismo, guste o no guste”, y ya que estoy en plan autobombo voy a recordar algunos conceptos: “Esta es una de las crisis más paradójicas de la historia, porque la solución está en el perfeccionamiento de lo que muchos critican: el propio capitalismo, es decir un sistema económico que permite la inversión de empresas e individuos que –oh descubrimiento- buscan ganar dinero (…) La otra paradoja es que las mayores críticas al capitalismo y al mayor de sus símbolos –los Estados Unidos de América- circulan a través de sus propias creaciones. Léase Google, Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp… y sigue la lista. Y que la mayor empresa de ventas online (el recurso del momento) fue creada por el hijo de un cubano exiliado en los Estados Unidos (Jeff Bezos, Amazon). Hacerse el anticapitalista y antiyanqui por redes sociales es el mayor reconocimiento implícito de las bondades de ese sistema y de la vitalidad de su país más icónico (…) La solución a esta crisis llegará cuando alguno de los laboratorios farmacéuticos, que hoy está invirtiendo millones y millones de dólares, logre encontrar una vacuna contra el coronavirus. Detrás de ella iremos corriendo todos, incluyendo todos los anticapitalistas de este mundo”. El link es el siguiente: https://mendoza.puntoapunto.site/la-solucion-a-la-pandemia-estara-en-el-capitalismo-guste-o-no-guste/

FESTEJAR EL ÉXITO DE LOS DEMÁS. (Reflexión de Mauro Colagreco, top chef argentino en el mundo, con aplicación múltiple en nuestro país). “En la Argentina hay mucho recelo. Quizás estaría bueno que algunos chefs se dejen de mirar el obligo y que cuando un restaurante, un chef o un proyecto resaltan sobre los demás, los apoyemos y no tratemos de tirarlos abajo. Es hora de festejar el trabajo de los demás. Si hay alguien que nos representa bien en el mundo, deberíamos festejarlo. En ese sentido, tenemos mucho que aprender. La cocina no es una competencia; es un oficio de amor y pasión. En mi caso, las cosas llegaron por eso. Se tiene que festejar el éxito de los otros”.

Y UN VINO, POR SUPUESTO. Desde hace algunas cosechas, Terrazas de los Andes empezó a afinar su estilo. Los vinos se pusieron más filosos, con más tensión en el paladar, con buena fruta en la boca y menos golosos. Para ese cambio de estilo no sólo hubo razones de mercado, sino también la posibilidad de experimentar con la envidiable cantidad de terroirs que posee la bodega. El año pasado lanzaron la línea Grand, de donde salió el Grand Cabernet Sauvignon High Altitude Vineyards 2018, que es simplemente una delicia. Es sólo cuestión de probarlo para darse cuenta de que combina con muchas buenas comidas y de que valdrá la pena guardarse unas botellitas para los próximos años. Detrás de él está todo un equipo, que incluye a los winemakers Gonzalo Carrasco y Marcos Fernández, capaz de producir este pedazo de Cabernet Sauvignon, que ratifica que los vinos argentinos no tienen techo. El CS es el rey de los varietales, y con ejemplares como éste seguiremos desafiando al mundo con vinos de alta competitividad.

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