Mendoza

Viajes: «De los Apeninos a Los Andes»

 

Por Guido Minerbi

Director General
Minerbi Silveira Comunicación Corporativa S.A.

 

Muchas generaciones de argentinos han leído un libro de cuentos italiano escrito por Edmondo De Amicis, Cuore (Corazón). El más famoso de todos es indudablemente “De los Apeninos a los Andes” y seguramente nos toca de cerca ya que su protagonista, un chico de 13 años viaja a la Argentina para reunirse con su madre que ha emigrado a nuestro país en busca de trabajo. Tras cruzar el Atlántico en barco, Marco (ése es su nombre) la buscará en Buenos Aires, Rosario, Córdoba, llegará hasta la Cordillera y terminará encontrándola en Tucumán. La historia ha sido traducida a decenas de idiomas, llevada al cine varias veces -la primera en 1943- a la TV como una miniserie y en el alejado Japón ha sido dibujado como un muy exitoso “animé”

Es interesante para los lectores de Punto a Punto, en su edición mendocina, recordar ese famoso y exitoso cuento escrito por De Amicis en 1886, que aún hoy tiene vigencia y emociona a sus lectores grandes y chicos. Si bien el protagonista Marco, un chico genovés, tras una serie de increíbles avatares no llega a la ciudad de Mendoza, igualmente llega a ver bien de cerca la Cordillera de los Andes y de ahí el título “De los Apeninos a los Andes”, ya que la comparación con “sus” montañas, los Apeninos y los Alpes, es inevitable.

Dentro de poco más de un mes los lectores de Punto a Punto tendrán la posibilidad de desandar el camino de Marco, y vivir su propia aventura, que bien podríamos titular “De los Andes a los Apeninos”. Claro, algunos detalles no coincidirán. Lo más probable es que no deban viajar días y días en una carreta tirada por bueyes, en un viejo tren a vapor y más. Seguramente tomarán un avión en Mendoza, llegarán al Aeroparque Jorge Newbery y de ahí en taxi o en remise, a unos tres kilómetros, hasta la terminal de cruceros Benito Quinquela Martín. Allí no los esperará el cascajo en cuya tercera clase viajó Marco desde Génova, sino que se podrán embarcar en la hermosa nave Costa Fascinosa de Costa Cruceros, que con sus tres cuadras de largo y 114.500 toneladas nada tiene que ver con esa cáscara de nuez de fines del Siglo XIX.
El puerto de origen de este moderno navío es, precisamente, el de Génova, de donde había zarpado Marco, pero la llegada a Italia tendrá como destino otro gran puerto de Liguria, cercano a Génova, el puerto de Savona. La zarpada de Santa María del Buen Ayre está prevista para el domingo 11 de marzo próximo.

Por tercer año consecutivo, Costa Cruceros propone a sus afortunados huéspedes argentinos y entre ellos los mendocinos, disfrutar de 18 días de descanso y placer, en un crucero transatlántico sin igual. Para ellos, y para todos los huéspedes de habla hispana a bordo, Cosa ha diseñado una actividad cultural exclusiva y reservada para ellos. Quien no se quiera perder este inimitable crucero deberá decidirlo muy pronto, ya que van quedando muy pocas cabinas sin reservar. El Costa Fascinosa amarrará en Savona el 29 de marzo próximo pero quienes lo prefieran podrán desembarcar en Barcelona el día siguiente.

El itinerario previsto incluye tres escalas en Brasil: Rio de Janeiro (la “cidade maravilhosa” de la canción, Salvador de Bahia (la que inmortalizaron Doña Flor y sus dos maridos) y Maceió (con su inimitable collar de playas). Tras el cruce del Atlántico que insumirá seis días completos, la nave hará dos escalas en España, la primera en Santa Cruz de Tenerife, en Canarias, y otra ya en la península, en Málaga. Habrá luego una escala en Francia, en Marsella, antes de llegar a Italia la mañana siguiente.

Por su duración y todo lo que ofrece el crucero, será una vacación completa e inolvidable con mil oportunidades de disfrutar del mar, del barco, de sus espaciosas cabinas, su estilo peninsular y la excelente y variada gastronomía tan italiana como el “tricolore” que flamea en popa. Las escalas, tan típicas y diferentes entre si ofrecerán experiencias entusiasmantes y diversas. Por la fecha del crucero, habrá muy pocos niños y adolescentes a bordo, ya que estarán todos en sus respectivas escuelas estudiando…

Este crucero transatlántico repetirá a la inversa el itinerario de Marco y tendrá un pasajero más, como veremos: el gran cine que cruzará el océano desde los Andes hasta los Apeninos. Los mendocinos que viajen estarán en muy buena compañía porque, como ya es tradicional, los huéspedes hispanohablantes serán mayoría, encabezados por los argentinos. En el gran contingente latinoamericano se destacarán uruguayos y chilenos y no faltarán los mexicanos, peruanos, colombianos y otros. La Madrepatria estará bien representada por un relevante número de españoles. Entre otros latinoamericanos, se destacará un grupo numeroso de brasileños. Habrá también un considerable contingente de italianos, portugueses, franceses, alemanes, ingleses, rusos y no faltarán otros anglosajones y escandinavos y huéspedes provenientes de Lejano Oriente. El idioma no será un problema: en los cruceros de Costa muchos tripulantes tienen un fluido manejo del idioma de Cervantes y del de Doña Flor… A su vez, desde ya, la mayoría domina también el de Shakespeare, Elton John, Elvis Presley y los Beatles! Y no pocos, obviamente, el de Dante…

Lo que marcará una gran diferencia en este crucero transatlántico es que -ante la dominante proporción de hispanohablantes- por tercera vez consecutiva Costa ha resuelto diferenciarse de otras navieras, sumando al tradicional “menú” de variado entretenimiento que ofrece a bordo de sus barcos, una actividad exclusiva que ya se ha desarrollado exitosamente en “transatlánticos” anteriores, tanto en el mismo Costa Fascinosa como en el Costa Pacifica. No es casual que Costa haya elegido el gran cine, ya que éste es absolutamente afín a la temática y la decoración del Fascinosa, que permite definirlo como “el barco del cine y de la lírica”. En las áreas comunes, restaurantes, salones, bares y cubiertas la temática dominante evoca películas que han hecho época, y las grandes óperas del “bel canto”. Por ejemplo, los dos mayores restaurantes de la nave son el Otto e Mezzo (en alusión al film de Federico Fellini) y el Gattopardo (en honor de Luchino Visconti).

Cada día en que el barco navegue -o sea en que no cumpla una de las escalas previstas- un experto de cine y docente de la UADE (Universidad Argentina de la Empresa), ofrecerá en horas de la tarde una antología del mejor cine mundial.
Cada reunión de este ciclo exclusivo será precedida por una breve introducción, incluirá la proyección de un largometraje, subtitulado en castellano y culminará en un animado debate entre los participantes.

La actividad cubrirá el lapso 1942-2010 a través de 12 exitosos films de los reconocidos directores italianos Fellini, Moretti, Salvatores, Tornatore y Visconti, y de los destacados cineastas internacionales Clavell, Curtiz, Dassin, Hooper, Mackendrick, Wilder y Zinnemann.

Los amantes del mejor cine descubrirán así que “hay otra manera de ver cine” y tendrán un inigualable pantallazo de la cinematografía italiana y mundial de esos años. La participación en esta actividad especial -y en toda la gama de entretenimiento a bordo- está incluida, desde ya, en el costo del pasaje. El “barco del cine” hará honor a su nombre y se convertirá en el mayor -y mejor- cine flotante… Así, el séptimo arte acompañará a los huéspedes del Fascinosa en su itinerario desde la Cordillera de los Andes hasta la península cuya espina dorsal forman los Apeninos.

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