Empresas y Negocios

¿Qué empresas de peso eligieron irse de la Argentina en lo que va del año?

Además de Falabella, hay aerolíneas, empresas de calzado, monopatines, laboratorios y autopartistas.

La decisión de Falabella de poner fin a sus operaciones en la Argentina suma otro mazazo a un contexto económico marcado por el éxodo de empresas desde que comenzó el año. Además del cierre de sus locales propios, la firma también buscará transferir la operatoria de sus dos puntos de venta Sodimac ubicados en el conurbano bonaerense. Otro activo del que intentará desprenderse corresponde a la cartera de CMR, la tarjeta financiera del grupo, que sólo en nuestro país suma alrededor de 300.000 clientes.

Por mencionar otros ejemplos más reciente, agosto fue el mes en que cayó el telón para las operaciones de Qatar Airways en la Argentina.

Tras la sucesión de rumores, finalmente la compañía confirmó que levantaba su operación en el país. Desde el entorno de la aerolínea informaron a iProfesional que la decisión fue resultado del «impacto global en las aerolíneas y las condiciones negativas del mercado actual».

«Tras una revisión de las operaciones, Qatar Airways ha anunciado la decisión de cerrar sus servicios desde Doha (DOH) al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini (EZE), Buenos Aires, Argentina, debido al impacto global en las aerolíneas y las condiciones negativas del mercado actual», expusieron desde el seno de la firma.

«Hemos informado a todos los empleados afectados sobre esta decisión y también estamos trabajando con las partes interesadas y las autoridades pertinentes para asegurarnos de que estén informados de este cierre», añadieron.

De Emirates a LATAM

Lo decidido por Qatar Airways se suma a lo dispuesto por otras compañías para la Argentina a partir del Covid-19. A principios de agosto, Emirates Airlines confirmó el final de la ruta Dubai-Buenos Aires.

«Emirates sigue comprometido con Argentina y esperamos reiniciar nuestras operaciones en Buenos Aires cuando sea comercial y operacionalmente factible hacerlo. Haremos un anuncio formal si hay algún avance en este sentido», comentaron a iProfesional fuentes de la aerolínea.

«No se sabe cuándo se dará el regreso. Las oficinas ya estaban cerradas desde hace tiempo por el Covid-19», se añadió.

Mucho antes, en abril, Air New Zealand se fue del país de forma definitiva tras cinco años de operaciones ininterrumpidas. Antes de la salida, la compañía ya había suspendido la ruta Auckland-Buenos Aires el 18 de marzo y con la intención de reactivar el servicio a partir del 30 de junio.

«Air New Zealand no reanudará la operación de las rutas suspendidas previamente: Auckland-Buenos Aires y Los Ángeles-Londres debido al profundo impacto del Covid-19 en la demanda de viajes futuros», informó la empresa vía un comunicado que se conoció muy pocos días antes de que el Gobierno estableciera el parate hasta septiembre.

Más allá de la enorme relevancia de estos nombres, el cimbronazo más fuerte para el sector tuvo lugar en junio cuando LATAM informó que dejaba de prestar servicios de cabotaje en la Argentina.

Vía un comunicado, la aérea dio cuenta de un cese de operaciones por tiempo indeterminado. En concreto, la empresa señaló que la medida -pautada para los vuelos internos de pasajeros y también el servicio de carga-, obedeció «a que con las actuales condiciones de la industria local, agravadas por la pandemia COVID-19, no se visualiza la viabilidad de un proyecto sustentable».

«El impacto que han tenido en LATAM Airlines Argentina la pandemia COVID-19 y la dificultad de generar los múltiples acuerdos necesarios para enfrentar la situación actual contribuye a configurar un escenario en extremo complejo, en el que no están dadas las condiciones para viabilizar y sostener a largo plazo las operaciones de la filial», expuso la aerolínea.

La firma detalló que interrumpía por completo los vuelos correspondientes a 12 destinos fronteras hacia adentro, mientras que seguiría cubriendo los servicios internacionales a Estados Unidos, Perú, Brasil y Chile con unidades distribuidas en sus filiales en la región. Los itinerarios cerrados en Argentina correspondieron a Buenos Aires, Iguazú, Bariloche, Salta, Tucumán, Mendoza, Córdoba, Neuquén, Comodoro Rivadavia, El Calafate, Ushuaia y Río Gallegos.

Nike y Lime

Ya en febrero de este año, y tras haber perdido mucho mercado a manos de Adidas, su eterno rival en la Argentina y en el resto del mundo, Nike comunicó su decisión de irse del país y dejar sus operaciones locales a manos del Grupo Axo.

Este último es un operador y distribuidor multicanal que ya tiene los derechos de distribución de la marca de la pipa y de otras 30 empresas en México y Chile y que a partir de este nuevo acuerdo también sumará Chile y Uruguay.

La información fue suministrada por Nike también a través de un comunicado en el cual agregó que sus operaciones en Brasil serían traspasadas al Grupo SBF, dueño de la marca Centauro y de la mayor cadena minorista de artículos deportivos de ese país y de toda América latina.

Por otro lado, enero siempre de este año la compañía estadounidense de monopatines Lime avisó que dejaba Buenos Aires, después de haberse instalado en el país en septiembre.

La firma abandonó la Ciudad junto con otras 11 plazas, incluidas varias en Estados Unidos (Atlanta, Phoenix, San Diego y San Antonio). También se fue de Austria, Colombia, Uruguay, Perú, México y Brasil. La retirada en este caso tiene que ver con la búsqueda de rentabilidad durante 2020.

Laboratorios y autopartistas

En julio, el laboratorio multinacional de origen francés Pierre Fabre, controlante de marcas de dermo cosmética como Avène y Ducray, vendió su planta en la localidad de Virrey del Pino a la local Sidus.

«El acuerdo con Sidus comprende la distribución exclusiva de los productos de Pierre Fabre en el país y la producción en la Planta de Virrey del Pino», indicó la firma a través de un comunicado.

También en el transcurso de ese mes, la autopartista Saint- Gobain Sekurit, fabricante global de parabrisas, cerró su planta de Campana poniendo fin a 150 empleos. En julio además definieron su salida las unidades de pinturas para autos de BASF y Axalta. Un mes antes, PPG Industries, otra «peso pesado» del rubro, también oficializó la decisión de retirarse de la Argentina.

Mediante un comunicado, Axalta reconoció que «se ha visto forzada a cesar operaciones en Argentina debido a la situación económica actual en el país y por el impacto causado por COVID-19».

Por su parte, BASF indicó que «no se retirará del mercado argentino, sino que traslada la producción de pinturas automotrices OEM», además de enfatizar que la «prioridad mantener el compromiso con sus clientes en Argentina». Eso sí, desde julio pasado cumple dicho objetivo desde instalaciones productivas localizadas en la zona industrial de Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo, Brasil.

Fuente: iProfesional

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