Mendoza

Borges, la matemática y el frío por la espalda / Newsletter de Mauricio Llaver

Los radicales de Lousteau podrían hacer un destrozo imperdonable / Sólo el resultado final mostrará hasta dónde están dispuestos a llegar / Mucha plaza, pero nadie resuelve los problemas / Vacunas en Mendoza: otro avance sensato, sin estridencias / Homo Sapiens sentiría vergüenza / Receta para hacer un héroe / Y un gran libro sobre el Malbec, por supuesto.

12 de diciembre 2021

UN FRÍO POR LA ESPALDA. Jorge Luis Borges decía que la democracia era “un abuso de la estadística”, a lo cual se podría agregar que tiene más de matemáticas de lo que se piensa. Muchos ciudadanos votan casi siempre las mismas opciones, así que la proporción de votos que define unos comicios es relativamente menor. La Argentina de hoy tiene un 65% de ciudadanos que se opone al gobierno nacional (el mayor segmento es Juntos por el Cambio), y un 35% que lo apoya. Pero en la hipótesis de que esa oposición se fragmentara aún más, dicha matemática cambiaría decisivamente, y el 35% podría ser la primera minoría y mantener el poder. Esos son los números que hay que imaginar en semanas como esta, cuando una porción minoritaria del radicalismo ha desafiado a su propio partido en la conformación del bloque de diputados del Congreso de la Nación. Los rebeldes comandados por Martín Lousteau juran que la unidad de Juntos por el Cambio está fuera de discusión, pero eso no evita que a muchos nos corra un frío por la espalda a la hora de imaginar hasta dónde pueden llegar. Por lo menos nos queda el consuelo de que ninguno de los mendocinos está con ellos, porque aquí nadie los votó pensando en que podrían hacer algo como eso.

COMO SIEMPRE, MANDARÁ EL RESULTADO. Lo único que demostrará la intención final de esta movida será el resultado: si los radicales díscolos siguen dentro de Juntos por el Cambio o no. Si permanecen, será nada más que una apuesta política en una actividad dinámica por naturaleza. Si juegan al electrón loco y negocian con el gobierno, o rompen, habrán hecho un destrozo imperdonable frente a millones de argentinos al borde de la desesperanza. Mientras no podemos evitar el escalofrío, tampoco podemos olvidar que la política es un juego con reglas propias (Maquiavelo) donde la negociación, el estiramiento de exigencias, los amagues, las chicanas, son parte de ese juego, aunque no nos guste. Después de haberla dejado pasar durante muchos años (mala mía), estoy viendo en Netflix la serie Borgen, sobre cómo se forman las coaliciones de gobierno (y cómo se gobierna), en Dinamarca. El nivel de rosca es brutal. A todos nos gustaría vivir en un país como Dinamarca, pero ver Borgen nos muestra que esa dinámica está presente en todas partes. En definitiva, es el juego del poder, no la rifa de la cooperadora escolar. Mientras contenemos la respiración, veremos qué nos depara esta jugada de los radicales de Lousteau. Lo que está en juego es enorme, inconmensurable, y quizás la última barrera contra el desbarranque.

PLAZA VA, PLAZA VIENE, ¿QUIÉN RESUELVE LOS PROBLEMAS? De la Argentina podemos hablar muchas cosas, pero no hay que perder de vista la línea profunda: ninguno de los temas de fondo parece estar en camino de resolución (salvo el acuerdo con el FMI, aunque sin un plan económico tampoco serviría de mucho). El gobierno está en el juego de las Plazas, con Alberto, Cristina, Lula, Mujica, la CGT, pero los grandes interrogantes siguen vigentes: ¿Quién manda, el que figura como número uno o la que figura como número dos? ¿Cuál es el rumbo de nuestra economía? ¿Cómo vamos a sacar de pobres a los argentinos que cayeron en esa condición? ¿Cómo vamos a recuperar la cultura del trabajo? Después de eso, podemos hablar de todas las internas, los juramentos de los legisladores y los escándalos de rutina. Pero en el fondo, no se está haciendo nada para la solución de nuestros problemas. Y eso es lo más grave.

VAMOS MENDOZA… Sin estridencias, Mendoza anunció esta semana otra cosa sensata y razonable: adelantó la dosis de refuerzo de la vacuna contra el Covid para los que cumplieron cinco meses después de la segunda dosis. Ni siquiera hace falta sacar turno: con el DNI y el cartoncito de las dosis anteriores, se puede ir a cualquier lugar de vacunación y se acabó el asunto. Y encima estamos con stock de AstraZeneca, aprobadísima en el resto del mundo. Junto con celebrar que podemos protegernos mejor, hay que recordar que no estamos con pase sanitario ni ninguna de esas cosas, y que sigue vigente la línea de fuerza fundamental desde el inicio de la pandemia: máxima apertura posible, con prevención, cuidados y responsabilidad individual. Vamos Mendoza

HOMO SAPIENS SENTIRÍA VERGÜENZA. (Carlos A. Mutto, en La Nación). “Los científicos calculan que el ser humano comenzó a articular sus primeras palabras hace 2 millones de años y recién evolucionó hacia un lenguaje elaborado hace 50.000 años. Hablar le exigió incluso modificar su estructura craneana para desplazar la laringe a fin de poder emitir ciertos sonidos. En suma, el lenguaje fue para el hombre una proeza más difícil que erguirse sobre sus dos miembros inferiores para caminar (…) Para expresar los infinitos matices de su pensamiento, el hombre posee 88.500 palabras en español registradas en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, más 70.000 americanismos (o 200.000 palabras en inglés, idioma mucho más rico). La mayoría de la gente, sin embargo, utiliza actualmente una paleta que incluye entre 300 y 500 expresiones, menos aún que las mil palabras que puede comprender la perra Chaser, una Collie entrenada por un profesor de psicología en Carolina del Sur. La palabra y la escritura –como instrumentos para expresar el pensamiento– fueron las construcciones más sofisticadas de la evolución humana. ¿Todo eso para terminar profiriendo insultos, frases descuadernadas y sonidos guturales en un Parlamento, un debate por televisión o sencillamente en una conversación entre amigos? Si pudiera ver ese espectáculo, homo sapiens sentiría vergüenza de sus herederos.”. Link: https://www.lanacion.com.ar/opinion/los-salvajes-urbanos-pueden-dominar-la-nueva-edad-media-del-futuro-nid29112021/

COSAS DEL ALMA. Reinaldo Ferreira, poeta portugués (1922-1959), “Receta para hacer un héroe”. Aplíquese a fanáticos de todo tipo.

Tómese un hombre,
Hecho de nada, como nosotros,
Y en tamaño natural.
 Embébasele la carne,
 Lentamente,
 De una certeza aguda, irracional,
 Intensa como el odio o como el hambre.
 Después, cerca del final,
 Agítese un pendón
 Y tóquese un clarín.
  
 Sírvase muerto.

Y UN LIBRO DE VINOS, POR SUPUESTO. El lunes por la tarde, Laura Catena y Alejandro Vigil me regalaron un ejemplar de “Malbec Mon Amour”. El miércoles ya me lo había terminado. Yo pensaba que era un libro con diálogos sobre vinos pero resulta que es un trabajo completísimo sobre el Malbec, para tenerlo como texto de consulta permanente. Con muchas ilustraciones y elementos de lectura rápida, “Malbec Mon Amour” es como un paseo, tal cual lo muestra la ilustración de la portada. El viaje arranca en el origen de la cepa, en Francia (hay registros del año 150 de nuestra era, pero probablemente ya existía desde antes de que Julio César invadiera las Galias, en el Siglo I AC), y termina con su más latente actualidad, pasando por su llegada a Mendoza en 1853 (el ingeniero Pouget, de la mano del gigantesco Sarmiento). Lo bueno es que no se habla solamente del vino, sino de todo su sustento: el origen de los suelos en Mendoza (la Cordillera de los Andes adquirió su forma final hace unos 5 millones de años); las zonas productoras; el sistema de riego de los huarpes (el rey de los incas, el imperialismo regional de entonces, mandó ingenieros en el Siglo XV para perfeccionar aquel sistema gravitacional); el desarrollo de la industria vitivinícola y, obviamente, el papel que la familia Catena ha jugado en este proceso. El Malbec era uno de los cinco vinos de la famosa Clasificación de Burdeos (Napoleón III, 1855) pero la epidemia de filoxera de los 1860’s lo diezmó hondamente en Francia. Ese giro del destino le permitió desarrollar toda su realeza en nuestros terruños y así es como, al mismo tiempo, terminó siendo un varietal del Viejo Mundo y del Nuevo Mundo. El libro también habla del trabajo del Catena Institute, que cuenta con la selección de plantas de Malbec más grande del mundo y ha demostrado en publicaciones internacionales que en Mendoza hay un verdadero terroir. “Malbec Mon Amour” tiene de todo, pero lo mejor es su aspecto inspiracional y movilizador: mientras se lo lee, dan ganas de saber más sobre este cepaje y de probar todos los Malbec del mundo. Su tamaño y formato de tapa dura impiden que se lo lea con una copa en la otra mano, pero no importa: que la copa esté cerquita, porque un buen Malbec y este libro hacen un blend formidable.

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