Un análisis elaborado por el IERAL de la Fundación Mediterránea estimó que el impacto aliviador de los cambios anunciados por el Gobierno nacional en el Impuesto a las Ganancias impactará en salarios que hoy se ubican entre los $ 20.000 y $ 33.000 y que podrían llegar a $ 25.000 y $ 41.000 a fin de 2015. Esto es así porque los mismos fueron anunciados para sueldos que oscilaban entre $ 15.000 y $ 25.000 en 2013, no en la actualidad.
Además, el documento sostiene que, pese a que se trata de un alivio para los trabajadores, no significa que haya caído la presión fiscal sobre sus salarios, sino todo lo contrario: aún con las modificaciones, el porcentaje que aportarán será mucho mayor que en 2014.
Según los economistas Marcelo Capello y Alejandra Marconi, las reducciones anunciadas benefician a “quienes entre enero y agosto de 2013 ganaban entre $15.000 y $25.000 de salario bruto mensual”.
A partir de allí, proyectan que “ese grupo, luego del aumento promedio del 32% obtenido por los salarios en 2014, se ubicaría a comienzos de 2015 en un rango de ingresos de entre $19.800 y $33.000 mensuales. Luego de las paritarias de 2015, que en la mayoría de los casos se están definiendo en estos meses, dicho rango de salarios podría ubicarse entre $25.700 y $42.900, aproximadamente, si el aumento promedio en paritarias resulta del 30% (caso 2015 a), o ubicarse en un rango de entre $24.700 y $41.300, si se impone el techo de suba del 25% supuestamente pretendido por el gobierno nacional (caso 2015 b)”.
Con respecto a la presión tributaria, armaron una serie de gráficos entre los cuales se destaca el que se copia a continuación, que muestra cómo la presión de Ganancias sobre los salarios altos, aún con las modificaciones impuestas por el ministro de Economía, Axel Kicillof, sigue siendo la más elevada desde 1998.
En resumidas cuentas, “con los cambios anunciados esta semana, los trabajadores que obtenían salarios de entre 15 y 25 mil pesos en 2013 pagarán en 2015 un impuesto equivalente a entre 8,7% y 18,7% de su salario, cuando habían pagado el equivalente a entre el 4,6% y el 12,8% en 2014 y entre 0,6% y 7,7% en 2013”, especifica el IERAL.
Y agrega: “Si no se hubiese producido el cambio recientemente anunciado, dichos trabajadores hubiesen pagado el equivalente a entre 12,2% y 19,6% de sus salarios de 2015. En definitiva, para dicha franja de asalariados, los cambios anunciados evitan que el impuesto suba fuertemente su peso sobre los salarios, pero no significa que la presión tributaria sobre ellos haya caído con respecto a años previos, sino lo contrario”.
La conclusión, entonces, es que “queda demostrado que si bien la medida dispuesta es bienvenida como un paliativo para la presión impositiva que sobre el salario hubiera generado Ganancias en el año en curso si no se hubieran producidos cambios, deja afuera de la discusión la presión que se ha ido acumulando a lo largo de los últimos años, producto de la falta de actualización de las escalas del impuesto, por efecto de la inflación. Inclusive significa un nuevo aumento de la presión fiscal respecto a 2014”, destaca el IERAL.
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