Newsletter de Mauricio Llaver

Carmona y Anabel, héroes ajenos / La «Newsletter Móvil» de Mauricio Llaver

Edición número 5 de “Aquí, allá y en todas partes”, una columna para “tiempos líquidos” (Zygmunt Bauman), mientras cambian todos los paradigmas a una velocidad inusitada.

14 de junio 2020

MENDOZA, TIERRA DE HÉROES (AJENOS). Portezuelo del Viento y Vicentin están generando un nuevo tipo de políticos mendocinos: los héroes en tierras ajenas.

Guillermo Carmona ya se ganó un título histórico en El Diario de La Pampa: “El presidente del PJ de Mendoza apoyó el freno a Portezuelo”. Como biografía para un político mendocino, insuperable. Carmona no tuvo mejor idea que decir que el camino para reclamar lo adjudicado para Portezuelo “no es el mendocinismo”, con lo cual nos podemos preguntar: «¿Cuál es el camino? ¿El ‘pampeanismo’?» Amigo, en todas las campañas usted dice que va a defender los intereses nuestros, no los de otros. Así que ahora aguante todas las críticas justificadísimas que le están cayendo, entre las cuales esperamos que estén las de mucha gente de su propio partido.

Anabel Fernández Sagasti se sentó al lado de Alberto Fernández durante el anuncio de la expropiación de Vicentin, con lo cual ya es una heroína nacional y va a estar al frente de la “soberanía alimentaria” (en un país donde los dólares de las exportaciones alimentarias sostienen la burocracia del Estado y su asistencialismo). Pero los mendocinos no la votaron para esas epopeyas, sino para que defienda cosas ya ganadas como Portezuelo del Viento (y los senadores, hay que recordarlo, representan a las provincias). Es cierto que el viernes estuvo en la reunión del gobernador y los legisladores para apoyar a Portezuelo, pero con su protagonismo nacional queda la inquietud de para qué lado se inclinará si la Nación decide no pagar la obra: ¿Resistirá una orden de Cristina o de Alberto de defender al gobierno nacional? ¿A quién querrá más, Anabel? ¿A Mendoza o al Instituto Patria?

AVÍSENLE A RAMÓN, EL MARXISTA. Ya sabemos que José Luis Ramón es marxista de la línea humorística Groucho, por la rapidez con que cambia sus principios (aborto, superpoderes). Pero ahora, con el caso Vicentin, su voto puede ser decisivo para apoyar algo que va en la dirección del marxismo real, cuya colección de fracasos históricos es demasiado larga para este párrafo. Por las dudas habría que avisarle que, por ejemplo, si se deja obnubilar por la “soberanía alimentaria”, eso podría abrir la puerta a la “soberanía vitivinícola” o a la “soberanía turística” o a cualquier otra “soberanía”, y nos podrían expropiar cualquier empresa de las que tenemos acá. Ramón –a quien ni su propio partido Protectora lo apoya en el tema Vicentin- no debería ignorar que, entre la pandemia y el desconcierto del gobierno, dentro de poco casi todas las empresas van a estar en concurso, y que si él ayuda a sentar ese precedente con su voto, será responsable de lo que pueda pasar a las empresas mendocinas. Y ahí sí su sonrisa canchera, su ponchito al hombro y la simpática “Ramoneta”, van a pasar de castaño a oscuro.

ALBERTO, CÓMO CARGARSE UN PROBLEMÓN. Hasta ahora Alberto Fernández tenía la excusa perfecta para enfrentar el derrumbe económico: la pandemia. Las cifras catastróficas podían explicarse por este mal universal y desconocido, y casi nadie le recordaba que antes de marzo los salarios reales venían cayendo, por paritarias “blandas” de sus amigos sindicalistas y el ajuste a las jubilaciones. Pero ahora, con el anuncio de Vicentin, ha cambiado el eje de la discusión económica. Ya el problema no es la pandemia, sino su propio rumbo, con la sombra de Cristina y La Cámpora detrás. En vez de hablar de “defender la vida de los argentinos”, va a tener que hablar obligadamente de sus decisiones económicas, porque él solo se puso en el centro de la escena (una escena de un presente y un futuro negrísimos, dicho sea de paso). Entre la híper-recesión por falta de un plan claro y de la cuarentena, y el innecesario protagonismo que adquirió con Vicentin, da la impresión de que la luna de miel del presidente va a ingresar pronto en una nueva fase.

MENDOZA VUELVE A VIVIR MÁS RÁPIDO QUE LOS DEMÁS (Y LO CELEBRAMOS). La Mendoza profunda, la del espíritu innovador de sus ciudadanos de a pie, la que ejerce un ejemplo hacia afuera que muchos nos envidian, ha dado otro paso en esa dirección: la vida cotidiana se acerca a la normalidad y acabamos de habilitar el turismo interno (salvo en San Rafael). Para darnos cuenta de lo que eso significa, simplemente hay que saber lo que ocurre en otros lados, desde un AMBA cada vez más complicado con una cuarentana exhausta, hasta la Formosa de Su Majestad Gildo I, que parece que empezó a medir y se encontró con más de 20 casos de un solo saque. Y no olvidemos que fuimos la primera provincia en que los funcionarios se limitaron los sueldos y con eso se compraron reactivos para testear el coronavirus. Memoria, para que no caiga el orgullo.

NÚMEROS FRÍOS (MÁS BIEN HELADOS). Indec I: En el primer mes completo de aislamiento por el coronavirus, la utilización de la capacidad instalada de la industria se hundió al 42% y tocó su mínimo histórico. La cifra más baja hasta el momento había sido la de enero de 2002, con un uso del 48,2%. Indec II: La inflación de mayo fue del 1,5%, con dos detalles: uno, que la economía estuvo parada y millones de argentinos tuvieron ingresos menores (o nulos) con respecto a los meses anteriores; y dos, que el propio INDEC midió menos porque en muchos rubros no hubo oferta y porque sus propios empleados no relevaron todo a causa de la pandemia. En pocas palabras, alta inflación relativa en plena depresión económica. 😱😱😱

VOLVER AL FUTURO (¡VIAJES!). España e Italia empiezan a mostrar síntomas de normalidad. La gente vuelve a las calles, a los bares, a los restaurantes, vuelve el fútbol con goles de Messi incluidos, y con el verano por delante parece que están dejando atrás el temor. Junto con ello empiezan a reactivar el turismo, con aperturas limitadas pero con el horizonte de que para julio esté todo más o menos normalizado. Las líneas aéreas ofrecen viajes por adelantado, a precios de tentación, con flexibilidad para hacer cambios, etcétera. Es decir, el horizonte de poder tomarse un avión en unos meses ya no parece tan lejano. Y seguramente el goce de andar por el mundo será mayor, y los barbijos, el alcohol en gel y los controles en los aeropuertos serán una nada al lado de recuperar esa libertad. Aunque el dólar turista, calladito en los últimos meses, ya esté a más de $ 93.

Y UN VINO, POR SUPUESTO. La línea Quorum, de Norton, es una de las más originales de la Argentina, porque procede de blends de distintos varietales y de distintas añadas. Eso es tan original que requiere de una autorización especial e impide su exportación, porque la combinación de añadas no está permitida a nivel internacional. En el caso del Quorum VI, presentado hace muy poco, el blend es de  55% de Malbec 2018, 30% de Cabernet Franc 2016 y 15% de Tannat 2017. David Bonomi, querible como enólogo y como persona, lo diseñó en este caso a partir del viñedo, es decir que trabajó las uvas para que después terminaran precisamente en ese corte. El vino tiene la estructura que se espera de él, pero también una frescura que lo hace muy bebible, jugoso, con ganas de ir hacia la siguiente copa. Me hace acordar a los primeros Achával Ferrer. El Quorum VI cuesta $ 1.200 (y vale cada peso) y sólo se hicieron 15.000 botellas.

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