21 de noviembre 2021
PERÓN, ARISTÓTELES Y ALBERTO. Juan Domingo Perón parafraseaba a Aristóteles y decía que “la única verdad es la realidad”. Pero Alberto Fernández está dando un giro sobre esa frase: “La única realidad es la que uno quiere interpretar”. El gobierno que falsificaba las estadísticas ahora desconoce las matemáticas. Si un resultado de 42 a 33 se celebra como una victoria del que saca 33, estamos en problemas. Especialmente si quien lo interpreta es el Presidente de la Nación. Mientras el gobierno se encierra en esa nube gaseosa, en esta semana post elecciones no ha cambiado nada en cuanto a los serios problemas que transita la Argentina: no sabemos quién manda realmente; no tenemos un plan económico; percibimos que la inflación seguirá en buen estado de salud (para ella); miramos todos los días a un dólar que en cualquier momento pega otro salto. Y, como el elemento subyacente más grave de todos, carecemos de confianza para invertir y generar puestos de trabajo.
NÚMEROS QUE CANTAN
- El dólar, que la jornada previa a las elecciones había cerrado en $ 200, terminó este viernes en 201,50.
- Con las intervenciones del Banco Central de esta semana, ya lleva vendidos US$ 760 millones en lo que va de noviembre.
- El índice Merval de la Bolsa de Comercio perdió 9,8% en pesos y 10,2% en dólares “contado con liquidación”.
- Esta misma semana, los títulos de los bancos argentinos que cotizan en Wall Street cayeron poco menos del 20% en dólares.
- Los mercados saben que el ajuste, y la pelea política dentro del gobierno, son inevitables. La supuesta calma de estos días se balancea sobre una cuerda que en cualquier momento se empieza a zamarrear.
CON FREUD SOLO NO ALCANZA. Después de las PASO escribí que para analizar a este gobierno no alcanzaba con la política clásica sino que había que apelar a las obras completas de Sigmund Freud. Me quedé corto. Creo que hay agregarle por lo menos a Karl Jung y a Jacques Lacan, e incluso a alguna corriente más moderna de la psicología. El presidente de la Nación organizó una marcha multitudinaria para festejar un triunfo por -8,3 puntos con pérdida de la mayoría automática del Senado. Y llamó a dialogar con la oposición, menos con Mauricio Macri y Javier Milei, que representan a casi todos los que no votaron a su gobierno. Mientras, la vicepresidente está en estado de mudez pública desde el domingo, después de haber dinamitado al presidente con una epístola incendiaria en la derrota anterior. En serio, a esto no lo explican los grandes maestros de la ciencia política. Hay que ir a otras disciplinas para tratar de entenderlo.
UNA AYUDITA PARA EL PRESIDENTE. “Help”, escrita por John Lennon en 1965 y aplicable para Alberto Fernández en 2021. Es una de las canciones más engañosas de la historia, porque su ritmo musical es opuesto a la oscuridad de la letra. La traducción queda horrible, pero el presidente no habla inglés: “Socorro, necesito a alguien, socorro, pero no a cualquiera, socorro, sabes que necesito a alguien, socorro (…) Ahora mi vida ha cambiado de tantas maneras, mi independencia parece desvanecerse en la bruma. Aquellos días se han ido y no estoy tan seguro de mí mismo. Sé que simplemente te necesito como nunca antes lo había hecho (…) Ayúdame si puedes, siento que me caigo, y realmente aprecio que estés cerca de mí. Ayúdame a poner de nuevo los pies sobre la tierra. ¿Lo harías? Por favor, ayúdame”.
LA NEGACIÓN, UN FAVOR A JxC. Con su torpeza, el gobierno le está haciendo a Juntos por el Cambio el favor de no obligarlo a rechazar un “llamado a la unión nacional”. Desde antes de las elecciones, se descontaba que, ante la derrota, iba a tratar de envolver a JxC en un acuerdo para compartir el ajuste y/o fracaso económico que viene. Lo había anticipado explícitamente Sergio Massa, que juega a todas las puntas aunque cada vez con una soga más corta. Pero ahora, como Alberto hasta se quiere convencer de que ha ganado, JxC queda relevado de decirle elegantemente que no, que muchas gracias, que tiene que llegar hasta 2023 y que aquella fórmula con Cristina, tan exitosa para ganar una elección pero tan disfuncional para gobernar, se tiene que hacer cargo de los costos de lo que viene y hasta de la fantasía propia de victoria que está auto-generando.
COSAS DEL ALMA: BILLY WILDER Y UN POCO DE HUMOR. Como la semana viene un poco heavy, vamos con un poco de humor de Billy Wilder, maestro de la ironía, ganador de seis Oscars y director de películas de Marilyn Monroe como “La comezón del séptimo año” y “Una Eva y dos Adanes”: “Del mismo modo que todo el mundo odia a Estados Unidos, todo Estados Unidos odia a Hollywood. Existe el profundo prejuicio de que todos nosotros somos tipos superficiales que ganamos diez mil dólares a la semana y que no pagamos impuestos; que nos tiramos a todas las chicas; que tenemos profesores en casa que dan clases a nuestros hijos de cómo subirse a los árboles; que cada uno de nosotros tiene dieciséis criados y que todos conducimos un Maserati. Pues sí, todo esto es verdad. ¡Aunque se mueran de envidia!” (…) “Marilyn no necesitaba lecciones de interpretación; lo que necesitaba era ir al colegio Omega, en Suiza, donde se imparten cursos de puntualidad superior”. Y sobre si haría una nueva película con ella: “Lo he discutido con mi médico, con mi psiquiatra y mi contable y me han dicho que soy demasiado viejo y demasiado rico para someterme de nuevo a una prueba semejante”. Vivió 95 años.
Y UN VINO, POR SUPUESTO. Cuando lo conocí a Alejandro Vigil, una de las cosas que me contó es que iba los siete días de la semana a Adrianna Vineyard, el viñedo que la familia Catena tenía en Gualtallary. Poco después, Laura Catena dijo que el objetivo era que aquel viñedo fuera “el más estudiado del mundo”. Lo estaban llenando por todos lados de calicatas (pozos que muestran la composición del suelo) y analizaban metro a metro toda la riqueza de esa tierra en el Catena Institute of Wine. Algunos pueden pensar que esas cosas son exageraciones, pero las dudas se disipan cuando se prueban vinos como el Adrianna Vineyard White Bones Chardonnay 2019, que es, literalmente, único. Para mí es imposible describir todo lo que contiene, pero puedo decir que tiene un aroma y sabor a flores, a cosas mentoladas, que no sólo impacta en el primer trago sino que se prolonga durante toda una comida. Es un “vino de parcela”, algo muy específico hecho con uvas de un pedacito de suelo en el cual, mientras lo estudiaban, encontraron unos viejos huesos de animales de color blanco (“White Bones”). Pero esa es la menor de sus particularidades, porque entre esas uvas tan especiales y el genio loco de Alejandro Vigil, salió un vino como este, que vale la pena probar alguna vez.
