Si se confirman los excelentes números que se vaticinan para el agro, varios sectores de la economía cordobesa estarán en condiciones para batir sus récords. Y es que el efecto derrame de un cosecha muy fuerte ya comienza a sentirse en rubros como el automotor que ya está recalentándose y en donde algunos concesionarios reconocen demoras en las entregas.
La cosecha nacional de soja, por ejemplo, superará los 53 millones de toneladas, un muy buen número para Córdoba, productora del 30% de la soja y el maíz de todo el país. El productor pasaría de US$ 2400 millones a US$ 4100 millones de Ingresos Brutos. Esos US$ 1700 millones de diferencia equivalen a 85.000 autos de un valor promedio de US$ 20.000, explica Ingaramo.
Otra forma de medirlo sería ver el impacto en otra actividad con mucho impacto, como la construcción. Esos US$ 1.700 millones serían equivalentes a 1.700.000 m2 de construcción.
Por otro lado, la cosecha también podría tener un alto impacto en el PBI provincial, del orden del 5,5%, según estimaciones del economista.
¿Por qué puede bajar la inflación?
Si no hay un plan oficial antiinflación, la solución podría venir, indirectamente, por el lado de las maniobras políticas. La inflación esperada es del 25%, pero si sigue la fuga de capitales alentada por la incertidumbre política- la inflación caerá. Se reduce la base monetaria y no hay combustible para que aumente la inflación. Hoy el tipo de cambio es casi fijo y las tasas en pesos están debajo del 10%, remarca Ingaramo.