31 de mayo 2020
UN LENTO DESPERTAR. En estos últimos días ha cambiado bastante el paisaje en Mendoza. Han vuelto ruidos, autos en las calles, comercios con más movimiento y, muy simbólicamente, algunos restaurantes y bares. Es como un despertar lento, pero despertar al fin. Son signos de vitalidad, que desde otras perspectivas –como la de AMBA- son envidiables. Queda un rato largo para salir y ahora hay que ser más responsables que nunca, no confiarse demasiado ni hacer como el camionero que fue a un cumpleaños con 20 personas. Pero hay un aire distinto, por suerte.
EN PRIMERA LÍNEA DE LA POST CUARENTENA. Ello me lleva a una pregunta. ¿Y si trabajamos con más fuerza para instalar afuera la idea de que Mendoza, de verdad, es distinta? Tiro dos datos de la cuarentena: fuimos la primera provincia en donde los funcionarios se limitaron el sueldo y con eso se compraron reactivos para detectar el coronavirus; y si no somos la primera, andamos por ahí en permitir los encuentros familiares y en abrir restaurantes y bares. En materia de construcción de imagen, son dos argumentos fuertes. Porque tenemos que pensar en la post cuarentena, en el momento en que los turistas se empiecen a mover dentro del país, y ahí tenemos que estar en primera línea para que se den una vuelta por esa provincia que hizo las cosas bien.
UNA IDEA LOCA y MÍTICA. Las situaciones excepcionales son una oportunidad de crear imágenes fuertes que perduran en el tiempo. Un ejemplo es el mito de la superioridad cultural de Francia, que supieron instalar después de la Segunda Guerra Mundial. De eso habla Antony Beevor en su excelente libro “París después de la Liberación / 1945-1949”. París había estado ocupada por los nazis, las penurias económicas eran inmensas, el caos político parecía no tener fin, y sin embargo supieron edificar la imagen de la bohemia, la Rive Gauche, Sartre, Simone de Beauvoir, los cafés, Boris Vian… Y eso se proyecta hasta hoy, casi setenta años después. “Ah… pero ellos eran París”. Bueno, sí, pero nosotros somos Mendoza. ¿Por qué no?
GOBERNADOR CON ALTA IMAGEN. En medio de la tormenta, el significado de una encuesta es muy relativo. Pero una consultora llamada CB evaluó esta semana que Rodolfo Suárez es el gobernador con mayor imagen positiva de todo el país: 70,1%. Idea: mostrar con eso que hay consenso en el imaginario de que somos una provincia distinta. Y salir a pelearla a fondo con nuestros vinos y gastronomía, que van a ser, en imagen, la punta de lanza de la recuperación.
PAÍS DE LAS MÚLTIPLES GRIETAS. La Argentina está atravesada por múltiples grietas, y la pandemia no sólo las expone como fracturas expuestas sino que genera otras nuevas.
Está, como base, la grieta profunda de los dos modelos sociales y económicos, expresada políticamente en las dos últimas elecciones. Pero también hay otras:
Los que creen que la salida es producir versus los que creen que la salida es cobrarles más impuestos.
Los que sienten que como ciudadanos tienen derechos y además obligaciones, y los que sienten que sólo tienen derechos.
Los que creen que alguien que gana dinero genera trabajo, y los que creen que si gana dinero es porque se lo quita a otro.
Los ciudadanos de provincias que producen y aspiran a estar mejor que otras, y los ciudadanos de provincias que viven del asistencialismo y lo reclaman como un derecho inalienable.
Ahora aparece la grieta entre el país que toma decisiones pensando en AMBA (“Cuarentelandia”, como dice la revista Noticias), y el que se quiere abrir más rápidamente, antes de asfixiarse. Después aparecerá la grieta entre los que sobrevivieron a la cuarentena y los que no la pudieron resistir. Y después… uh, duele seguir con esto, pero es así.
NOTICIAS DEL MUNDO QUE VIENE (GUERRA AÉREA). El mundo post pandemia va a estar lleno de debates acalorados y ya apareció uno en la industria aérea europea: Ryanair, la pionera de las líneas aéreas low cost, ya denunció judicialmente a los gobiernos de Suecia, Francia y Alemania por las ayudas que anunciaron para SAS, Air France y Lufthansa. Es obvio, porque salvar a las aéreas grandes (con plata de los contribuyentes) significará distorsionar la competencia para las más chicas. Menudo mundo el que viene, en el que ayudar a unos va a significar la condena de otros.
Y UN VINO, POR SUPUESTO. El Trapiche Perfiles Calcáreo Malbec 2017 es uno de los vinos de Trapiche que más me gustan. Se lanzó hace poco y ya lo probé varias veces, y, sobre todo, me gustó en todas las ocasiones. Son uvas de 1.100 metros de altura, en esa búsqueda hermosa de nuevos suelos y más frío que se está dando en los últimos años. Es magnífico para el invierno, para las comidas contundentes que se vienen. Con un precio de alrededor de $ 490, es un vino ganador.
