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Crecer al 3,5 % en 2017, una meta incierta para el gobierno

Desde Fundación Mediterránea, el economista Jorge Vasconcelos evaluó que el objetivo del presidente Macri de crecer a un ritmo de 3,5 % anual en 2017 «es un desafío para la Argentina, porque habrá de requerir un fuerte impulso de la inversión, dadas las limitaciones que subsistirán para un comportamiento dinámico del consumo».

Según el análisis del economista hay una serie de factores, que pueden consolidarse a lo largo de los próximos trimestres y podrían ayudar a que la variación del PIB de 2017 se acerque a la meta aludida. Los principales socios comerciales de Argentina este año están creciendo apenas al 0,8 % anual y en 2017 podrían duplicar ese dígito, «en la medida en que Brasil salga del terreno negativo, fenómeno que compensaría la desaceleración de la Unión Europea», evalúa Vasconcelos.

Además, la afluencia de capitales con destino productivo «se puede intensificar pero a medida que se afiance la política económica». Desde Mediterránea subrayaron también que mientras que el complejo agroindustrial podría aportar un incremento del orden del 9 % en el volumen de la próxima cosecha, en la medida que el tiempo acompañe.

Los desafíos de la política fiscal y monetaria

La política fiscal, que jugó un rol contractivo en la primera parte de 2016, «ahora tiende a invertir su papel, de la mano de la reparación a jubilados, mayores transferencias a provincias y la activación de un ambicioso plan de obra pública», afirman desde Mediterránea.

Además, Vasconcelos considera que «puede haber un desvío respecto de la meta 2017 de 3,3 % del PIB para el déficit primario del sector público nacional, pero éste debería ser muy acotado, porque una interrupción de la tendencia descendente de la tasa de riesgo país frenaría a la inversión privada».

Respecto de la política monetaria, el gran interrogante pasa por la meta de inflación para 2017, con un ambicioso 17 % interanual de tope para diciembre de ese año. «Si la suba de precios del arranque del próximo año, o los primeros resultados de las paritarias de ese momento, llegaran a poner en duda la convergencia de la inflación a aquel objetivo, el Banco Central tendría que endurecer su política monetaria y esto afectaría el ritmo de la recuperación», consideró el economista.

En este sentido, destacó que una política monetaria que tiende a promover el ahorro, ajustes pendientes de tarifas, una variable empleo que -aún en el mejor de los escenarios- actúa con rezago, son ingredientes que permiten esperar una recuperación pausada del consumo.

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