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Cristina, la mejor alumna de Chávez

Dijo “Vamos por todo” y va por todo. Aquella mujer que supo ser una legisladora tenaz
en cuanto a su oposición a los abusos de los noventa, ahora se ha transformado en una
especie de seguidora tardía del populismo chavista.
Como muchas otras veces en nuestra historia en que decidimos aplicar recetas que
ya estaban en retirada en otras partes del mundo, la Presidenta de los 40 millones de
argentinos -como gusta llamarla la locutora oficial- ha decidido seguir la hoja de ruta
que hace tiempo ya implementara con un alto costo el caudillo venezolano.
En aquellas tierras caribeñas la principal renta, la petrolera, está en manos del gobierno
y se maneja casi como un componente más del presupuesto. De allí la enorme estructura
de asistencialismo que se ha ido construyendo, que si bien permitió aliviar en algo
la situación de los más pobres, es cierto también que terminó asfixiando a toda la
economía.
La idea central de estos modelos es contar con una importante fuente de recursos para
poder armar un enorme aparato de reparto, que como retribución asegure una mayoría
electoral permanente.
No se puede juzgar a aquellos que menos tienen y siempre fueron rezagados por el
sistema, por el hecho de entrar en este círculo. Para ellos es la opción más concreta
que tienen disponible para poder pasarla algo mejor. El problema radica en los que lo
diseñan y lo ponen en práctica.
Lamentablemente la historia nos ha demostrado que las cosas nunca fueron tan fáciles.
Repartir el pescado sin enseñar a pescar, ni cuidar en forma sustentable el recurso,
termina inexorablemente en el agotamiento. Los océanos, en este caso las cajas, se
vacían y no queda nada para distribuir.
Por estas tierras más australes y remedando el modelo de Caracas, hace algunos
años intentaron quedarse con la principal renta argentina, con nuestro petróleo, la
soja. No pudieron porque toda aquella patraña fue revelada y exhibida por la prensa
independiente.
Entonces avanzaron sobre los medios, pero fueron frenados por la Justicia. Ahora van
por ella. Una vez que la controlen, asfixiarán a las pocas voces disidentes que quedan y
podrán ahí cumplir su objetivo inicial de hacerse de los recursos.
Como un adicto insaciable, el monstruo creado por este sistema nunca queda satisfecho.
Siempre necesita más, pero no sabe cómo generarlo. Sin inversiones, con alta inflación,
mercado negro, desabastecimiento y sigue la lista ya conocida, no se puede sostener este
nivel exorbitante de gasto y despilfarro.
Por eso intentan quedarse con lo que producen otros. Ese es el plan de Chávez y esa
es el guión que inspira a la película del cine nacional que ahora tiene a Cristina como
principal protagonista.
Quedarse con la Justicia resulta clave para poder eternizarse en el poder. La hipótesis
de máxima sería cambiar desde allí todas las reglas de juego, Constitución incluida, y
poder conseguir la re-elección permanente, como lo hicieran hace años en Santa Cruz o
lo están haciendo los que se dicen bolivarianos en todos los países que gobiernan.
Pero también puede servir para una hipótesis de mínima, garantizar su impunidad si es
que les llega la hora y el fin de ciclo se convierte en irreversible.

Luis Rosales
Analista político

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