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Crotta renueva su imagen y fortalece su presencia en el mercado de los vinos dulces

 

La bodega Crotta, que lleva 84 años en manos de la misma familia en Palmira, acaba de dar una vuelta de tuerca en la imagen de sus vinos en busca de seguir creciendo en el mercado del vino embotellado. Hasta el año 2000 se caracterizó por los vinos en damajuanas, hasta que decidieron incursionar en las botellas. Hoy, el share es de 50%-50%, y la apuesta es seguir creciendo en el primer segmento.

“Nuestras líneas son Crotta, Comienzos y Picnic”, explica Carlos Crotta, a cargo de la empresa, “además de los tradicionales moscato, mistela y cosecha tardía. Hicimos una renovación total de imagen a cargo de Guillo Milia, con Marian García Tricoli como asesora de marketing. Nuestro objetivo es vender vinos de calidad que sean fáciles de tomar, con etiquetas atractivas”.

Del total del vino embotellado, el 70% son vinos dulces, de los cuales la marca es sinónimo. “El año pasado vendimos más de 200.000 litros mensuales de vinos dulces. En el año, en moscato fueron más de 100.000 cajas y en mistela más de 400.000 litros”, cuenta Crotta. Entre los planes están abrir un restaurante en los próximos meses mientras consolidan las visitas a su espacio de turismo Guillermina, que hoy recibe entre 50 y 60 personas por día.

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