-¿Tu filosofía de trabajo en épocas de coronavirus?
-Promover los cuidados de higiene individual y familiar, trabajar con orden y estableciendo prioridades (evitar controles de niños mayores que puedan venir al atenuarse la situación epidemiológica), atender a los enfermos en horarios diferenciados. Generar acciones grupales en la atención del Centro Médico.
-¿Qué consejos especiales le darías a tus pacientes en estos tiempos?
-Invitar a construir otra mirada respecto del problema. Entender que cuidándonos y tomando los recaudos necesarios, debemos transitar este momento en calma y cambiando estilos de vida, con más introspección y tiempo para el encuentro familiar, disminuyendo el consumo desproporcionado y comenzando a ser conscientes de que tenemos que vivir de otra manera, amigados con el ambiente y con nuestra propia humanidad.
-¿Qué cargo ocupás?
-Tengo dos cargos: por un lado, soy clínico pediatra y hago consultas de niños sanos, evaluación de su crecimiento y desarrollo, motivación a la construcción de hábitos saludables, propuesta de vacunas y también consultas por distintos cuadros de enfermedades. Por otro lado, soy miembro del directorio de Centro Médico Palmares, donde tomamos decisiones respecto del funcionamiento, perfil, crecimiento y proyección de la empresa, que hoy cuenta con más de 150 profesionales.
-¿Tenés algún título o especializaciones?
-Soy médico de la UNCuyo, pediatra de la Sociedad Argentina de Pediatría, tengo una maestría en Epidemiología y medicina basada en la evidencia de la Universidad Aconcagua, y una especialización en Economía en Salud de Isalud pendiente de tesis.
-¿Tus trabajos previos?
-En el Hospital Italiano de Buenos Aires fui residente y jefe de residentes de pediatría, así como médico de guardia de terapia intensiva pediátrica y de terapia intensiva neonatal. También fui instructor de residentes y médico de internación en el Notti, docente de la UNCuyo, y co-director del curso de Relación Médico-Paciente I, también de la UNCuyo.
-¿Un hito profesional que te marcó?
-Haber estado cinco años con el padre de la pediatría en Argentina y el mundo, Dr. Carlos Gianantonio, quien creó la primera residencia de pediatría en el Hospital de Niños de Buenos Aires, y quien realizó la primera descripción del Síndrome Urémico-Hemolítico.
Otro hito fue compartir mesa académica y disertación con el Dr. Robert Haggerty, pediatra de Harvard y padre de la pediatría ambulatoria. Pero el hito más importante, el cotidiano, es estar cerca de mis pacientes y educar para la salud.