Mendoza

De Pablo en Mendoza: “El ajuste es una parte de la realidad, el resto lo tiene que hacer el sector privado”

De Pablo y Kovadloff dieron un seminario en la provincia en donde desarrollaron interesantes conceptos que cautivaron a un gran número de mendocinos que fueron a buscar respuestas sobre La Argentina que viene.

En el marco de la celebración por el 105 aniversario de la creación de la UCIM, hablaron del fenómeno Milei, la necesidad de conocer su política económica, lo que nos trajo hasta acá y un tema común: la ansiedad que nos domina a todos los argentinos.

En esta extensa y jugosa nota, compartimos sus principales conceptos:

Juan Carlos De Pablo: “El ajuste es una parte de la realidad, el resto lo tiene que hacer el sector privado”

“Calmémonos esto está funcionando”, fueron las palabras de inicio del economista De Pablo.
“Aun cuando parece que todo vuela por el aire, calmémonos y apaguemos el televisor”. Esto último haciendo referencia a nuestra realidad, a las dos grandes guerras que sufre el mundo y a los mercados internacionales sensibles que reflejan este y otros medios de comunicación. “Para el oro y el petróleo no ha pasado nada. La economía internacional sigue su curso”.

“Me parece necesario resaltar la importancia de la credibilidad”. Poniendo de ejemplo la crisis de combustibles de hace algunos meses explicó: “En EEUU hay problemas de una destilería y el secretario de energía dice calmémonos y la gente confía, se queda con el combustible que tiene y espera a que se resuelva la situación. En Argentina nos dicen:  calmémonos y salimos todos a cargar combustible y apuesto que la gente que hizo cola en esa oportunidad, lo hacía teniendo medio tanque lleno. Los argentinos no creemos y es difícil hacer política económica si no le crees a las autoridades”.

Y explicó las etapas que atravesamos y atravesaremos durante 2023: elección, transición y nueva gestión. En cada momento, los candidatos hablan y actúan de distintas maneras. Milei habló de una forma durante la campaña y tuvo un resultado contundente, pero hoy, a días de asumir no puede hablar de la misma forma. Si en la campaña se equivocaba, lo corregían y al otro día volvía a la carrera, pero si hoy habla como en la campaña, estamos jodidos”.

“Hoy el presidente electo tiene dos tareas principales: primero preparar el discurso de asunción de media hora, 10 minutos tiene que hablar de la herencia recibida y veinte de acá para adelante. Decir qué problemas viene a resolver, como cabeza del ejecutivo. Nos tiene que hablar como presidente y se tiene que presentar como persona. Segundo formar el gabinete”.

En ese contexto -dijo- “los medios de comunicación están transmitiendo esto como un partido de fútbol, compartiendo cada detalle, qué dice o no dice. Entiendo la lógica periodística pero no se puede estar atento a cada cosa que se plantea, cada minuto. Terminemos con las fantasías de la tv, la tv es cualitativa pero los números son otra cosa. La tv no te da la dimensión verdadera”, haciendo clara alusión a la ansiedad que generan las marchas y contramarchas reflejadas en los medios.

“Lo que estoy esperando es que Javier Milei, el 11 de diciembre les diga a los empresarios: bueno muchachos el crecimiento es un negocio del sector privado, el rol empresario es fundamental. No tengo plata, pero les voy a bajar riesgos, los trámites. Sigan para adelante”.

El ajuste es una parte de la realidad, el resto lo tiene que hacer el sector privado

Creo que nos quieren asustar demasiado y por ahí, pienso que arreglando algunas variables no está todo tan jodido y se mejora antes de lo que se pronosticó.

¿Qué sabemos de la sustancia de la política económica de Milei? yo no se nada, pero no me pongo a conjeturar. Él ha dicho que el 11 convoca a extraordinarias y manda un paquete de leyes. Si su política económica es un conjunto de leyes o es un plan dentro del cual hay leyes, no lo sabemos, vamos a ver. Yo por naturaleza juego siempre la carta de la cordura no de la locura.

Calmate no hay hiper. Hay problemas, pero no necesitamos inventar otros, más allá de los que tenemos. Faltan muy pocos días. El Presidente de la Nación es un hombre muy poderoso en Argentina. Lo vamos a semblantear, ahí viene la interacción. El proceso está funcionando termina el diez de diciembre y empieza otra etapa.

Yo espero que arranque con todo y si después tiene que cambiar algunas cosas, se cambian. Desdramaticemos, esto está saliendo. Lleno de dudas, tenes razón, pero está saliendo.  Recemos y démosle una mano en la medida de lo posible” terminó el economista.

Kovadloff: “Es cierto que no sabemos qué sigue, pero es cierto que no queremos seguir como estamos”

“Nosotros no pertenecemos a un terreno donde el sentido de la oportunidad se ve respaldado por una estructura nacional que demuestre estabilidad, perfeccionamiento creciente o permita entender que en estos últimos 40 años de recuperación democrática tiene deudas en relación al desarrollo, la equidad y la educación. Aun así, acá estamos” comenzó su disertación Santiago Kovadloff.

“Todos nos debemos posibilitarnos que el pensamiento, los valores, los anhelos de ir más allá del fracaso que pueda incidir en nuestras vidas, constituya una ética del desarrollo. Lo que necesitamos lo tenemos bastante claro. Tenemos experiencia, historia, provenimos de una secuencia de gobiernos que nos ha enseñado mediante aciertos parciales y la fecundidad de sus desaciertos, qué es lo indispensable hoy”.

Y como Juan Carlos De Pablo, mencionó a la ansiedad como signo de este tiempo. “No tenemos que caer en la ansiedad, pero necesitamos preguntarnos qué es lo que la genera. Creo que está fundada en la necesidad de soluciones inmediatas y mágicas. No podemos esperar porque estamos agobiados, pero tampoco nos detenemos a pensar lo que implica irrumpir en un escenario distinto al que estábamos acostumbrados”.

“La vida política por la competencia por el poder, demuestra que la palabra es un recurso que no tiene la consistencia ética que puede tener fuera del campo político. En una campaña, para competir se dicen ciertas cosas que cuando logramos el poder. Si decimos una cosa y después otra, se genera una crisis de percepción de la realidad. La ansiedad se origina en la mutación de los contenidos de los significados. Pero la política se maneja en el terreno de la eficacia, no de la ética. La eficacia a cualquier precio puede llevarnos a fenómenos realmente trágicos”, explicó el filósofo.

Describió a la Argentina como un país en el cual los fracasos provocaron que la esperanza, estuviera ligada a la idealización de los líderes. “No estamos ante líderes idealizables, estamos ante líderes que tienen un proyecto que se va a ir dibujando. Un proyecto para perplejidad, desconcierto y expectativa de una sociedad. Los cambios culturales producidos en Argentina en estos últimos tres años y que han desembocado en este nuevo presidente electo, son tremendos y no fácilmente discernibles. La lógica nos decía que era difícil destruir una estructura como la del peronismo. Nadie esperaba este desenlace de las elecciones de noviembre”.

“Una cosa es tener fe en un candidato porque uno cree que es mejor que otro, pero la certeza que proviene de una sociedad que se arroja a la innovación porque está extenuada por el delito, es un fenómeno cultural nuevo que hay que aprender a pensar y no tenemos todavía categorías para entenderlo”, dijo Kovadloff.

Y añadió: “Los porcentajes que evidenciaron las elecciones no son normales. Traducen un estado que va más allá de la ansiedad. La necesidad de innovar como sea, porque hay riesgos que merecen ser corridos y no certezas que acompañen la decisión de correr ese riesgo, pero si, una demanda de ver convertida la apuesta en triunfo. Si el nuevo presidente viene a resolver problemas, vamos a poder verlo en nuestra vida cotidiana. Nadie viene a decirnos que vamos a ingresar a un periodo de alegría. Me parece bien. No son tiempos de andar celebrando. Son tiempos de esfuerzo”.

“Síganme, dijo uno – en clara alusión al ex presidente Carlos Menem- y lo seguimos. Terminemos con los personalismos, dejemos de confundir la fe religiosa con la realidad política. Exijamos a quien ganó el voto de la mayoría que cumpla con su deber. Aprendamos a disociar la expectativa cívica de la idealización redencional. Vamos a atravesar largos años de esfuerzo y lo que tenemos que tener bien claro, es si la dirección en la que se va es la correcta, no si los resultados inmediatos son aquellos que permiten redimirnos de inmediato de todo lo que pasamos”.

También planteó que se exige una nueva cultura cívica de aquellas que aspiran al porvenir, no al pasado. Es cierto que no sabemos qué sigue, pero es cierto que no queremos seguir como estamos.

“Hablemos de la Argentina que necesitamos – expresó-. Necesitamos ciudadanías. Un ciudadano es mucho más que alguien que vota. Es un individuo que comprende que integra un escenario colectivo sin perder la idea de su singularidad. Donde se conjugan los deberes que impone la pertenencia a una nación con el derecho a la más absoluta individualidad”.

“Si hemos tomado la decisión que mayoritariamente hemos tomado, que es la de votar a un hombre al que no se termina de entender y en el que depositaron una expectativa no nacida del discernimiento sino del hartazgo por lo que se le oponía, ese hombre va a tener que ganar nuestra confianza, pero al mismo tiempo, nosotros tenemos que aprender a pensar su propuesta. Pensar su singularidad lo que tiene de inédito. Es un proceso de constitución recíproca, de una interacción mutua entre sociedad y gobierno en el marco de muy escasas consignas que resulten plenamente discernibles por su constancia, resultan más explicables por su transformación de un día para otro”.

La Argentina se ha empeñado en sobreponerse a la inmovilidad, la vigencia constante del pasado. La perplejidad en la que estamos sumidos, debe ser vivida como algo generado por nosotros, no como algo que se nos ha impuesto. Entender que fue algo que hicimos y que ha inducido a la Nación a dirigirse por un camino que parecía inviable, incapaz de vencer al que nació para perpetuarse.

Cuando hablamos de la república no solo hablamos de los tres poderes sino, primordialmente de la educación. No solo saberes éticos sino cosmovisión. Conciliar la ética con la eficacia.

Maestro no es el que primordialmente transmite el contenido de una disciplina, sino que transmite el entusiasmo por aprender sin el cual es inútil conocer algo, aprender algo, porque los conocimientos se superan y el entusiasmo por aprender constituye la capacidad de tener pensamiento crítico, actitud de diálogo, el don de la escucha, otro verbo de rara utilización. No interrumpir al otro, dejemos hablar. Veamos a dónde se va. Tengamos la fortaleza de ser críticos. Pero no por la desilusión que pueda generar una idealización sino, por la claridad que sepamos brindar a los objetivos, en función de los cuales aspiramos a un cambio razonablemente estructural, lento y duradero en Argentina.

Sin educación no hay prosperidad porque no hay persona, hay subordinado.

La nuestra es una sociedad atormentada por el fracaso, por las discontinuidades y por esta grieta brutal que ya no es entre K y no K. Es entre quienes creen que tienen porvenir y quienes creen que ya no lo tienen más.

Devolver la esperanza donde no reina más que el sufrimiento es la tarea fundamental de la política argentina.

Seminario completo: https://www.youtube.com/watch?v=XOK7cwi0MOk

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