(DyN) – Dos de cada tres empresarios encuestados sobre fraudes económicos consideró que el soborno y la corrupción son los delitos que generan mayor riesgo para los negocios en la Argentina, seguido del lavado de activos (23%).
En el país, 27% de los encuestados a nivel global por PwC que experimentó un delito durante los últimos dos años fue víctima de soborno y/o corrupción, por lo que este tipo de situaciones «ocupa el tercer lugar en el mundo».
Según la Encuesta Global de Delitos Económicos realizada entre más de 5.000 ejecutivos de empresas de diferentes países del mundo, la Argentina está «entre los 10 que reportaron proporcionalmente mayor cantidad de casos en los últimos dos años».
Al respecto, cuatro de cada diez compañías que sufrieron un fraude interno en el país señalaron que ese tipo de delitos financieros le costó entre 50 mil y un millón de dólares.
La mitad de los ejecutivos encuestados en el país informó que su organización experimentó algún delito económico durante los últimos dos años, lo que representó un crecimiento de 11%, respecto de los resultados de 2011.
Mientras las empresas con más de 500 empleados reportaron mayor cantidad de fraudes (85%) que las de menos de 500 (15%), más de 48% de las que sufrieron un hecho de ese tipo fueron víctimas de más de uno.
La encuesta reveló también que la Argentina presentó un número muy bajo de organizaciones que aseguraron «no haber sido víctimas» de un delito económico en los últimos dos años (28%), si se lo compara con Latinoamérica y con el mundo (55% y 53% respectivamente).
En cuanto al daño económico, «no hubo organizaciones en el país que reportaran un impacto mayor a los 5 millones de dólares a diferencia de Latinoamérica (14%) y el mundo (19%)», señaló el Informe de PwC.
«Sin embargo, la pérdida económica no es la única preocupación que enfrentan las empresas en la lucha contra el fraude. Los ejecutivos argentinos señalaron como algunos de los daños colaterales más graves, en orden decreciente: la moral de los empleados, la reputación de la organización y de la marca, y las relaciones de negocios», añadió.
También los delitos informáticos fueron catalogados como «uno de los más peligrosos ya que muchas organizaciones recién los advierten cuando el daño está causado».
Este año, la encuesta de PwC añadió una nueva categoría: el fraude en las compras y contrataciones, es decir una conducta ilegal por parte de un empleado o proveedor en constante relación con las compras de bienes o servicios de una organización, a menudo para obtener beneficios.
Este fraude «es el tercero de mayor ocurrencia en Argentina y el segundo en América latina y a nivel global», indicó PwC. En tanto, 69% de las organizaciones que sufrió un delito en los últimos dos años informó que fue perpetrado «internamente», mientras que 19% aseguró que fue «externo», cifras similares a las de los años anteriores.
«Cualquier delito económico puede significar un golpe para una organización. Es importante que se replanteen su estrategia de seguridad para integrarla a las necesidades de negocio. Si algo queda claro es que no se puede combatir las amenazas de hoy con estrategias de ayer,» explicó el gerente de Forensic Services de PwC Argentina, Andrés Sarcuno.
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