De la mano de la inflación, las ventas de las máquinas que cuentan los “papeles de colores” se dispararon desde un 50% al 300% en los últimos años. Las contadoras dejaron de ser de uso exclusivo de bancos, financieras y casinos y llegaron a los pequeños comercios de barrio, incluidos los kioscos, retrata Fortuna.
Después de tantos años de expansión monetaria e inflación alta, según el último informe de circulación de billetes del Banco Central, hoy hay 4.748 millones de billetes de los cuales el 66% corresponden a los de mayor denominación, los de cien pesos.
“Hoy el dueño del kiosco termina el día y no quiere pasarse una hora contando billetes”, resumió sobre el boom de demanda de las máquinas contadoras Víctor Rosas, gerente de ventas de Galantz, una de las empresas que distribuye estas máquinas. “Dejaron de ser artículos para pocos. Hay en todos los sectores”, explicó.
A los tradicionales compradores como bancos, casinos y casas de cambio se sumaron así mayoristas de alimentos, supermercados, comercios de venta de bebidas y pymes en general, pero también kioscos. Los locales de pago de servicios y escribanos también compraron más máquinas en los últimos meses. “Y todo esto se da mucho más en el interior del país porque están menos bancarizados”, explica Rosas.
“La demanda de contadoras en los últimos dos años creció más del 300%”, señaló Hernán Charask, del área de ventas de Dasa Metalúrgica, otra de las distribuidoras que trabaja con máquinas chinas. El motivo no se lo atribuye sólo “al incremento del flujo de billetes” sino que también lo explica por los precios de sus equipos, que van de $ 1.500 a $ 3.500 más IVA.
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