Cuando se anunció el congelamiento de precios en los supermercados, no fueron pocos los especialistas que señalaron que dicho plan no tendría efecto en los sectores más humildes debido a que los mismos no compran en grandes superficies si no en almacenes y tiendas barriales.
Pasados dos meses de esta política intempestiva de Guillermo Moreno, el relevamiento mensual que hace el Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales (Cippes) demuestra que lo que muchos pronosticaban.
“Los precios de los alimentos siguen subiendo y de manera importante. En este último mes lo han hecho un 4%. Nosotros medimos el Indice Barrial de Precios, que mide la canasta básica de alimentos de 50 productos, y tiene la particularidad que la miden los vecinos de barrios humildes, en lugares donde compran habitualmente. La inflación sigue afectando a la población más pobre”, señaló en Punto a Punto Radio el director del Cippes, Alfredo Schclarek Curutchet.
Según esta entidad, una familia tipo necesita como mínimo $ 1.928 para no ser indigente, mientras que la canasta básica total, que incluye productos como vivienda y transporte, esta en $ 4.398. “Estos aumentos de precios están afectando a la pobreza. En lo que va del año, los precios de la canasta llevan subiendo alrededor del 10%”, agregó el economista.
– ¿A qué le atribuye esta suba?
– Hay varios factores. En principio, estamos en medio de un proceso inflacionario que no se ha detenido, sigue su curso y el congelamiento de precios no está teniendo efecto, por lo menos en los lugares que nosotros relevamos. Después hay un componente local cordobés, porque la canasta básica que nosotros relevamos en varias provincias como Salta, Chaco, Tucumán o Mendoza, da más alto en Córdoba. Sin lugar a dudas, hay algunas medidas del gobierno provincial, como la tasa vial y los aumentos de impuestos, que impactan.