Ramón Mestre se pegó a Mauricio Macri en el último tramo de la campaña electoral con la que pretende retener la municipalidad de Córdoba. La intención de voto del porteño -que el miércoles viene a cerrar la campaña municipal de la alianza entre la UCR y el PRO-, podría permitirle al radical subir unos puntos en las encuestas para llegar más tranquilo a la elección del domingo 13 de septiembre, empieza contando el artículo publicado por La Política OnLine.
“Mestre-Macri conforman, entonces, una alianza política imprescindible para ambos en la provincia de Córdoba. Estos apellidos, curiosamente, estuvieron enfrentados hace 31 años, cuando los padres de ambos dirigentes chocaron por el contrato del servicio de recolección de residuos”, agrega el sitio.
Ramón Bautista Mestre fue el primer intendente de la democracia recuperada en 1983. A poco de asumir se abocó a uno de los problemas más serios para el presupuesto municipal: el contrato de la empresa Aseo, del grupo Macri, que fue firmado en 1981 durante el gobierno de facto y que se llevaba, según los datos oficiales, la mitad de los ingresos.
Mestre dijo que la ciudad de Córdoba no podía darse el lujo de tener una “mucama de lujo” y mandó a los abogados de la Municipalidad a estudiar el contrato con la intención de anularlo. Aseo respondió reclamando una deuda por cuatro meses impagos.
En el verano de 1984, la guerra entre Mestre y el grupo Macri llegó hasta el sindicato, que comenzó un paro que dejó a la ciudad con la basura rebosando por las calles. Entonces, el intendente radical, que tenía un fuerte carácter, mandó a funcionarios de menor rango y a los militantes a recoger los residuos. Luego, contrató de urgencia y en forma provisoria unos modestos camiones que hacían, a duras penas, la recolección.
Como en toda guerra, hubo espacio para la negociación. Y ella ocurrió entre Ramón Bautista Mestre y Francesco Franco Macri, cuenta LPO.
El secretario de Gobierno de la Municipalidad en esa época, Raúl Faure, recuerda que el intendente le comunicó un día que Macri en persona iría al Palacio 6 de Julio a negociar. “Adoptá los recaudos necesarios para que su presencia no trascienda”, le pidió.
Macri entró secretamente a la Municipalidad por la cochera del subsuelo y llegó al despacho de Mestre por el ascensor de uso exclusivo del intendente.
La entrevista entre ambos fue breve. Macri ofreció una reducción del 15 por ciento del precio a cambio de que no le rescindan el contrato. Argumentó que sería una mala señal para el grupo que trataba de ganar el mismo servicio en San Pablo.
Al salir, Macri tenía un gesto de enojo que delataba el resultado del encuentro: la rescisión del contrato era un hecho. Faure cuenta que luego, más recuperado, el empresario le dijo: “Es la primera oficina pública del país que visito donde no me pidieron una coima”.
El servicio fue nuevamente licitado y ganó el grupo Roggio. Ahora, los hijos de dos viejos rivales, son aliados.
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