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El pronóstico Rubinstein: qué escenario económico se impone de cara al 2021

El titular de GRA Consultora cree que hoy el plan básico del gobierno es llegar lo más armado posible a las elecciones de octubre, cuando podrá mostrar una reactivación interanual comparativa. “El Fondo no va a aprobar cualquier cosa”, afirma.

El economista y analista de mercado Gabriel Rubinstein disertó convocado por la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, la Bolsa de Comercio de Córdoba y Petrini Valores en lo que fue un interesante encuentro ya que Rubinstein hoy está al frente de la consultora que está en el puesto número 1, por acuerdos acumulados, entre las firmas privadas que participan del índice de Expectativas de Mercado del Banco Central.

Para el analista, la prioridad del gobierno es trazar las pautas para acomodar lo mejor posible el trayecto hacia las elecciones de medio término y luego comenzar a gestar medidas o un plan más de mediano y largo plazo, algo que hoy no se ve: “Actualmente el plan básico es llegar a las elecciones de octubre del año que viene, decorosamente, y después se desencadenará el plan para llegar al 2023. Una derrota electoral muy fuerte el año que viene lo pondría contra las cuerdas, una elección buena le da oxígeno para hacer los cambios que hay que hacer”.

Y agregó: “Hoy tenemos medidas ad hoc para frenar la caída de reservas y usar la recuperación económica que va de la mano de la apertura de los lugares que cerraron por la cuarentena. Hubo un cierre brusco y luego algunas se fueron abriendo. Hay una recuperación que tiene que ver con el cese de las cuarentenas y en ese contexto con el mayor gasto de la gente que no gastó antes. Para Argentina prevemos una recuperación modesta, es probable que lleguemos a la elección del año que viene con el gobierno pudiendo exhibir un crecimiento interanual del 10% y se bombardee con ese dato”.

En esa línea señaló que, en el terreno político, es probable encontrar un trabajo de negociaciones para que haya un rebalanceo del poder dentro de Frente de Todos, es decir, que el gobierno haga algo para volver a mostrar una cara más moderada ante la sociedad.

En relación al tono de un posible acuerdo con el FMI señaló: “Lograr un acuerdo con el FMI casi suplantaría la falta de un plan económico, el gobierno se jacta de no tener un acuerdo. Hoy es más fácil acordar porque el FMI está más flexible y al mismo tiempo porque el Fondo ya prestó la plata y hoy no saben de qué manera Argentina podrá pagarles. Como se dice muchas veces, hoy el problema es más del banquero que de la empresa. Eso no quiere decir que el Fondo no pida nada, el Fondo no va a aprobar cualquier cosa, Argentina va a tener que explicar cómo va a ser el crecimiento económico y tiene que asegurar que ese crecimiento que buscará va a basarse más en la inversión y en la actividad privada. El acuerdo con el Fondo tiene que plasmar cómo van a hacer para promover la inversión privada”.

En la misma línea, también remarcó que Argentina tendrá que mostrar cuál va a ser su plan para la solvencia fiscal. “El FMI va a pedir que el gobierno muestre los objetivos fiscales y cómo llegamos a eso, lo que en Argentina es un aspecto fundamental. Guzmán repite como un mantra que viene a tranquilizar la economía y por ahora no hace más que intranquilizarla, entonces, el acuerdo con el Fondo es una pieza fundamental para llegar bien a octubre, nos puede dar a los argentinos la idea de que hay una especie de plan en marcha”.

Pero reforzó la idea de que todo esto debe acompañarse con un trabajo fino para reducir la emisión monetaria y equilibrar el mercado cambiario: “Es probable que el Fondo pida una unificación cambiaria. El Fondo es renuente al desdoblamiento cambiario y a los cepos. No nos consta que el FMI vaya a pedir una devaluación, es probable que pida que unifiquen y dentro de lo fiscal que pida más claridad en cuanto a los gastos de seguridad social, hacia dónde va el país en cuanto a esos gastos y a una reforma del sistema jubilatorio. La parte previsional es importante y Argentina va a tener que ofrecer algo”.

En ese marco es que graficó que el arreglo con el Fondo ayudaría porque nos daría una hoja de ruta que hoy el gobierno no ofrece y puede descomprimir y ayudar a traer dólares frescos.

Escenarios

Con ese panorama, Rubinstein planteó dos escenarios esperables y les atribuyó el porcentaje de probabilidad de ocurrencia:

Escenario base: el gobierno logra acomodar las variables principales, acordar con el FMI, administrar el tipo de cambio. No obstante, la desconfianza general sólo se revierte parcialmente, la emisión monetaria continuaría alta, el dólar CCL y MEP se mantienen en ascenso o al menos no bajan con valores de $ 150 a $ 180 hacia fin de 2020; se mantiene la estrategia oficial de no maxi devaluar, pero se convive con brecha cambiaria alta (entre 60% y 100). Probabilidad de ocurrencia: 60%.

Escenario de desmadre: inflación descontrolada, con brotes hiperinflacionarios, brechas en el tipo de cambio del 200%, maxi devaluaciones, conflictividad social, cambios en el gabinete e incluso el llamado a elecciones anticipadas. Probabilidad de ocurrencia: 40%.

Para concluir, Rubinstein remarcó que las últimas medidas anunciadas por el gobierno han sido paquetes homeopáticos, de poco impacto para estimular la liquidez la confianza y conseguir dólares. “Con todo esto es posible prever que, si no pasa nada malo, el gobierno deja a la actividad económica en el 2023 con el mismo nivel de tracción y crecimiento que cuando asumió. Es decir, para 2023 vamos a volver a tener cuatro años de estancamiento, sumando 13 años sin crecer”.

Fuente: Punto a Punto Córdoba

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