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El titular de IDEA criticó la Ley de Teletrabajo, la presión fiscal y pidió que los chicos vuelvan a tener clases

"La Argentina se ha vuelto un edificio donde las expensas son más altas que los alquileres. Tenemos que comprender que 166 impuestos son demasiado, que esta carga impositiva ha pasado a ser un freno al crecimiento", dijo Roberto Murchison.

«Queremos que los chicos puedan volver a clases», dijo el titular de IDEA, Roberto Murchison, en el discurso de cierre del 56º Coloquio de la entidad, el primero que se hizo de manera virtual y también el primero donde asistió un presidente del Frente para la Victoria/Frente de Todos. «Le agradecemos al presidente Alberto Fernández habernos acompañado en la apertura del Coloquio. Cuando nos hablamos y escuchamos salen cosas buenas», agregó el empresario.

Varios de los conceptos que los empresarios manifestaron en los últimos tres días de debates en el Coloquio, en varias ocasiones a resguardo del «off the record», fueron recogidos por Murchison en su discurso de cierre. «Queremos que a la hora de legislar, se consulte a todos los jugadores de la cancha, y se ponga el bien común por arriba de intereses particulares», reclamó.

Murchison, cabeza de un grupo logístico por donde -entre otros bienes- pasa el 80% de los vehículos que se venden o exportan en la Argentina, elogió el acuerdo que el Gobierno cerró con las terminales automotrices y el sindicato Smata. Y a renglón seguido, también pasó una factura: «Cuando no escuchamos salen cosas malas como la ley de Teletrabajo, que no le sirve a nadie».

A lo largo de estas tres jornadas se sucedieron por parte de los empresarios las críticas al rumbo económico del Gobierno, o bien se extendió el reclamo de que haya un plan económico a mediano plazo, consensuado con el Fondo Monetario Internacional. Pero hacia el final del encuentro, a los empresarios pareció haberles caído la ficha de la presencia del Presidente, el primero que representa al espacio del kirchnerismo que se hizo presente (de manera virtual, como todos quienes asistieron) desde 2003. El miércoles, mientras convocaba al «diálogo» a los hombres y mujeres de negocios, el discurso de Alberto Fernández no había sido festejado.

«Me gustaría rescatar el llamado al diálogo que el Presidente hizo durante la apertura del Coloquio», dijo Marcelo Figueiras, titular de Laboratorios Richmond. «Cuando nos encolumnamos, las cosas salen bien».

En un encuentro en off, un importante directivo y ex autoridad del Coloquio se había manifestado de manera similar. «Parte de la construcción algunos sectores empresarios con sindicatos y Gobierno están en curso, hay mucho más de lo que se ve en la superficie», dijo. «Como empresarios debemos proponer cosas constructivas, no quedarnos en el egoísmo de lo que sólo lo que me conviene a mí».

Pero aun con cierta auto imposición de no tirar únicamente pálidas al Gobierno, casi todos los empresarios, sin excepción, condenaron el proyecto de Reforma Judicial que está en el Congreso. «No deberíamos estar peleando por un tema que hoy no le interesa a la gente, como la reforma de la Justicia. El argentino es el primero que quiere invertir en el país, cuando le ponen reglas claras», dijo un empresario habituado a recibir presidentes, ya que en los últimos 20 años inauguró tres ampliaciones de sus fábricas.

Murchison resaltó la tarea que durante el Coloquio (y en los meses previos a su realización) llevaron adelante con referentes de los movimientos sociales y piqueteros. «Aprendí que (los piqueteros) van a dar vuelta el país si la gente tiene hambre…. Y creo que nosotros deberíamos hacer lo mismo», sugirió el empresario. Y cargó duro contra la presión tributaria, minutos después de que el economista Santiago Bulat detallara que una empresa en la Argentina, según donde se instale, deberá fijarse cuántos de los 166 impuestos vigentes la afectan. «La Argentina se ha vuelto un edificio donde las expensas son más altas que los alquileres. Tenemos que comprender que 166 impuestos son demasiado, que esta carga impositiva ha pasado a ser un freno al crecimiento».

Y al enumerar una lista que se encargó de aclarar que eran «deseos» y «anhelos» pero no «reclamos», Murchison comenzó una larga enumeración. La encabezó con el deseo que que finalice la pandemia «y que los chicos puedan volver a clases».

Fuente: iEco

Foto: Infobae

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