El Papa Francisco comenzó su visita en la ONU dirigiéndose a los empleados del organismo, a quienes les agradeció por su desempeño y les pidió “trabajar por la paz y la justicia”.
Francisco comenzó su visita en la ONU dirigiéndose a los empleados del organismo a quienes les agradeció por su desempeño y le pidió “trabajar por la paz y la justicia”. Luego recorrió los pasillos del lugar, donde saludó a una multitud de gente que se agolpaba para saludarlo y sacarle fotos.
«La experiencia de estos 70 años [de la ONU] muestra que la reforma y la adaptación a los tiempos siempre es necesario, progresando hacia el objetivo único de conceder a todos los países sin excepción una participación e incidencia real y equitativa», dijo el Papa, después de hablar sobre el avance tecnológico y de elogiar la labor de la ONU.
En su discurso, Francisco señaló que «la necesidad de una mayor equidad vale especialmente para los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas». Luego reforzó: «esto ayuda a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo».
«Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo de los países y la no sumisión asfixiante de estos a sistemas crediticios que lejos de promover el progreso someten a los poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia», dijo en uno de los párrafos más fuertes de su mensaje.
El Papa también dio fuertes definiciones sobre el concepto de poder. «La justicia es un requisito indispensable para obtener el ideal de la fraternidad universal. La limitación del poder es una idea implícita en el concepto de Derecho, dar a cada uno lo suyo, siguiendo la definición clásica de justicia», explicó, ante un auditorio atento, que lo interrumpía con sus aplausos.
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