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Estados Unidos e Irán alcanzan un histórico pacto nuclear

Una era empieza en Oriente Próximo. Irán y seis potencias internacionales lograron este martes en Viena un acuerdo que limita el programa nuclear iraní a cambio de un levantamiento de las sanciones. Además de poner fin a 35 años de enfrentamiento entre Washington y Teherán, el acuerdo puede reconfigurar los equilibrios geopolíticos en una región sacudida por la violencia extremista.
El régimen de los ayatolás preserva la capacidad de producir energía nuclear y se legitima en el concierto de las naciones. El presidente de EE UU, Barack Obama, frena el acceso de los iraníes a la bomba atómica y gana su apuesta internacional más arriesgada desde que en 2009 llegó a la Casa Blanca. El primer resultado puede ser una mayor cooperación frente a los yihadistas del Estado Islámico.
El presidente de EE UU, Barack Obama, se ha felicitado por el acuerdo: «Hemos frenado la expansión de las armas nucleares en Oriente Próximo», ha asegurado desde Washington. «Gracias a este acuerdo, Irán modificará los reactores para no poder producir uranio enriquecido en los próximos 15 años. Por primera vez podremos verificar cada uno de estos compromisos. Es un acuerdo que no se basa en la confianza sino en la verificación», ha añadido.
«Es un momento histórico», dijo el ministro iraní de Exteriores, Javad Zarif, dijo en la sesión plenaria en la que los negociadores aprobaron el acuerdo. El documento final, añadió, «no es perfecto», pero todos los implicados ganan; no hay perdedores.
El acuerdo no significa la plena normalización de las relaciones. Los recelos persisten. Por ahora ni se plantea, como ocurre en el caso de Cuba, un restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Irán seguirá, como Cuba hasta hace unas semanas, en la lista del Departamento de Estado de países que patrocinan el terrorismo. Valorar el alcance del acuerdo requerirá meses y seguramente años. El acuerdo de Viena se ciñe a la cuestión nuclear pero es posible “catalice”, para usar la palabra de Zarif, un reajuste de las alianzas y los equilibrios geopolíticos en Oriente Próximo.
Todos se juegan mucho. Irán, su economía y bienestar y su estatus internacional. También su identidad. ¿Un país revolucionario? ¿O una potencia regional convencional?
Para el presidente Obama, el acuerdo de Viena es una de aquellas decisiones que definen una presidencia; una ruptura con la política exterior de su país. La alternativa, dijo siempre Obama durante los meses de negociaciones, habría sido tolerar el Irán nuclear, o la guerra.
Fuente: El PAÏS

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