Gustavo Grobocopatel, el titular de Grupo Los Grobo, fue uno de los platos fuertes del XEC 2013, el evento organizado por Endeavor para debatir ideas y experiencias en torno al ecosistema emprendedor. Ante un Teatro Real colmado, “Grobo” habló sobre los cambios en el sistema capitalista y la evolución a un estadio que llamó “sustentabilismo”. “El capitalismo del futuro se va a llamar sustentabilismo por la revolución tecnológica sustentada por la financiación y el conocimiento como factor de producción”, destacó ante el escenario.
Luego, en diálogo con la prensa el empresario se explayó sobre la situación económica y política del país y la región, analizó el proceso de globalización y destacó que el país necesita un pacto social para propiciar un nuevo pacto y una reforma fiscal.
“Si me preguntas que va a pasar en 5 años o 10 años tengo más certezas de lo que va a pasar el año que viene. Pero hay fundamentos muy positivos para el sector agropecuario y para esta zona, la soja, el maíz, la carne, los pollos, todo eso bárbaro. Inclusive hay un plan estratégico del Gobierno al 2020 que habla de crecer a un ritmo enorme. Estamos bien, hay objetivos. El tema es quien se va a hacer cargo de hacer eso. Porque si vos cobras muchos impuestos a los emprendedores los matas. Y a las empresas las matas. Entonces el que tiene que hacerse cargo es el Estado. Yo creo que ahí hay un desequilibrio, hay un sistema impositivo desequilibrado que desestimula al emprendedurismo, me parece que eso hay que revisarlo”, destacó.
“Hay que buscar un pacto social que derive en un nuevo pacto fiscal que diga que en los próximos 20 años las cosas van a ser de esta manera y no se van a modificar. Dentro de ese pacto social y fiscal tiene que haber un pacto del Estado. El Estado tiene que mejorar la calidad. Me parece bárbaro la redistribución, pero si el Estado sigue siendo insuficiente, de baja calidad, no produce bienes ni servicios públicos de calidad no tiene sentido que discutamos los impuestos. La palabra del campo en ese debate es fundamental. Quizá el tiempo político no sea ahora, sea dentro de tres meses o dos años, no sé, cuanto más tardemos en dar ese debate el tren va pasando. El pacto fiscal requiere una reestructuración del sistema impositivo en Argentina y unos objetivos de mejora en la calidad del Estado”.
-Cuando planteas la metáfora de que podemos ser la Inglaterra del siglo XIX, pero también podemos perder la oportunidad y ser la China del siglo XIX, ¿cree que la región está haciendo las cosas bien o no?
-Yo creo que son cuestiones que tienen que ver con un proceso. Me parece a mí que tenemos que profundizar el proceso de integración de Argentina al mundo. Primero la integración regional y luego la integración al mundo. Tener cada vez hay más flujos de entrada y de salida de capitales, de conocimiento, de bienes y servicios. Eso facilita el progreso y el desarrollo. Lo que estamos viendo es que por cuestiones de corto plazo eso está restringido, eso hay que rectificarlo. Los problemas de la globalización se combaten con más globalización.
-¿En el fondo es una cuestión de decisión política?
-Sí, no sólo de decisión política sino también de creencias. Una gran parte de la sociedad le tiene miedo a la globalización. Eso no tiene que ver con el Gobierno. En todo caso, el Gobierno expresa una parte de ese colectivo. Me parece a mí que lo que tenemos que crear es una sociedad que entienda su rol en el mundo, que enfrente los problemas con energía, con autoestima. Creo que a Argentina le falta autoestima. Hay mucho discurso donde nos victimizamos, eso no ayuda. Porque cuando vos tenes un discurso de victimización, que también lo tiene la oposición, el hecho de pensarlo te genera un miedo. Cuando en realidad nosotros deberíamos ver esto como una oportunidad.
-¿Cómo viste la comparación que hizo la Presidenta con Canadá y Australia?
-Es la comparación que hacemos todos los que viajamos. ¿Por qué Canadá y Australia han llegado a ser lo que son y Argentina no? Argentina debería ser un país de US$ 35.000 per cápita, el doble de PBI per cápita, con indicadores sociales mejores, con infraestructura. Y lo hacemos porque son países que han vivido con los commodities y los recursos naturales, hicieron un desarrollo industrial también, en algunos casos tenue y se han integrado a las economías regionales. Australia al Asia Pacífico, Canadá a Estados Unidos. Nosotros todavía tenemos dificultades en la integración con Brasil.
-¿La economía de Brasil como la ves?
-La economía de Brasil tiene dos años por delante muy complicados, tiene problemas de crecimiento, de competitividad y empieza a haber problemas políticos también. Con lo cual hay incertidumbres económicas y políticas. Esto no quita que Brasil tenga fundamentos muy positivos, lo que sí me parece es que se van a tener que tomar muy en serio temas como la inversión de infraestructura, en educación, la creación de stock en capital humano, la simplificación del sistema impositivo que es más complejo que acá.
-¿Ustedes se retiraron de Brasil por estas cuestiones?, ¿por qué vieron la posibilidad?, ¿van a volver?
-No, no. Las decisiones nuestras son de largo plazo. No es que nos retiramos de Brasil, vendimos una compañía en Brasil porque vimos una oportunidad. Pero ojalá que volvamos a comprar dentro de poco.
Los problemas de corto plazo
Más allá de los análisis estructurales, Grobocopatel también dio su visión sobre el escenario actual del campo: “Yo creo que hay problemas en el corto plazo en el campo. Estamos viendo que una gran parte de los alquileres no se han realizado, creo que se va a sembrar menos, el productor agropecuario está descapitalizado y con problemas de patrimonio. Veo que se ha debilitado enormemente la capacidad del sector agropecuario. Ese debilitamiento va a generar problemas en la producción, se va a sembrar menos, con menos tecnología”, afirmó.