Mendoza

Indicios de descontrol / Newsletter de Mauricio Llaver

Mejor no ignorar la suma de problemas que se van acumulando: desalojos tardíos, gobierno contradictorio, gases lacrimógenos en estadios, inflación más viva que nunca, y un atraso cambiario que vuelve a la normalidad / Manes se hace el picante y recula en chancletas / Encuesta en Mendoza: el factor Cornejo y el “tándem indisoluble” / El Perro Verde y los analfabetos / Y un vino, por supuesto.
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9 de octubre 2022

INDICIOS DE DESCONTROL Y CONTRADICCIONES. Los sucesos de esta semana muestran indicios de descontrol del gobierno de Fernández & Fernández, que no se pueden ignorar. Y sus enormes contradicciones internas, que en cualquier escenario van a dejar, automáticamente, contentos a algunos y descontentos a otros.

  • El desalojo de los mapuches -tardío y torpe, pero necesario- generó la renuncia de la ministra Gómez Alcorta al Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. Habló de “violaciones a los derechos humanos” en su propio gobierno.
  • Un partido de fútbol en La Plata desató el lanzamiento de gases lacrimógenos y la suspensión del partido a poco de comenzado, con el resultado de un muerto en las tribunas (por infarto), un camarógrafo herido (por un disparo de la policía) y decenas de afectados. El desbarajuste estuvo a cargo de la extraña dupla Kicillof-Berni, mezcla de progre de centro de estudiantes con guapo cultor de la mano dura.
  • Cuando se conozca el índice oficial de inflación de septiembre (va a estar cerca del 7%) la proyección anualizada va a llegar al 100%. Ya estamos en un clima de paritaria permanente, y el kircherismo no tiene en su ADN el convencimiento de que eso se revierte gastando menos. La administración de la economía argentina seguirá dependiendo de los tuits de Cristina.
  • En la primera semana posterior al “dólar soja”, el Banco Central tuvo que vender US$ 44 millones. Fin del parche, fin del respiro. El tipo de cambio vuelve a estar igual de atrasado para todos los sectores. Con las tasas de interés en suba permanente, el crédito para las empresas es una ilusión. Sigue sin haber un plan, siguen sin modificarse las expectativas. El Plan Aguantar se va agotando.

MANES RECULA EN CHANCLETAS. Facundo Manes se hizo el picante con Mauricio Macri y tuvo que recular en chancletas después de haber recibido palos, flechas y hasta misiles de sus aliados. A veces también nos tiene que entretener la oposición. La acusación fue tan insólita (“populismo institucional”) que hasta el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, en cuyo imaginario destaca su garantía de institucionalidad, lo acusó (sin nombrarlo, eso sí) de “lesionar la esperanza”. Manes tendrá que buscar otras cosas para diferenciarse. Lo importante es que, apartando la hojarasca de lo anecdótico, Juntos por el Cambio mostró un buen registro de que la sociedad argentina no le perdonaría de ninguna manera que se deshiciera como alternativa al kirchnerismo. Que lo sepan todos, en la oposición y en el gobierno.

EL FACTOR CORNEJO. En el mundo de la política mendocina todos saben que el elemento ordenador es Alfredo Cornejo, pero ahora aparecieron algunos números que así lo ratifican. Provienen de la encuestadora Reale Dalla Torre, la que ha proyectado con más precisión los resultados en Mendoza desde hace varias elecciones. Vamos a un escenario que incluye a Cornejo:

EL FACTOR CORNEJO-SUAREZ (EL “TÁNDEM INDISOLUBLE”). Ahora vamos a un escenario en que Cornejo no es candidato, si decide ir en el orden nacional. Aquí hay algo que Martha Reale denomina “tándem indisoluble”, que es la unión entre Cornejo y Rody Suarez. “Si combinamos esa intención a voto con el respaldo que los consultados le darían a una persona apoyada por Rodolfo Suarez y por Alfredo Cornejo, lo que se deduce es que quien se asegure esa bendición tendrá un fuerte acompañamiento, porque a ambos se los concibe como un tándem indisoluble”.

ADIÓS AL PERRO VERDE. Esta semana murió Jesús Quintero, un enorme periodista español que en su fecunda vida creó, entre otras cosas, un programa llamado “El Perro Verde”. Yo lo veía en el viejo ATC, antes de que aquel buen medio estatal se transformara en un canal de propaganda militante. Comparto aquí el bello texto de uno de sus monólogos, con una vigencia que estruja el corazón: “Siempre ha habido analfabetos, pero la incultura y la ignorancia siempre se habían vivido como una vergüenza. Nunca como ahora la gente había presumido de no haberse leído un puto libro en su jodida vida, de no importarle nada que pueda oler levemente a cultura o que exija una inteligencia mínimamente superior a la del primate. Los analfabetos de hoy son los peores porque en la mayoría de los casos han tenido acceso a la educación, saben leer y escribir, pero no ejercen. Cada día son más y cada día el mercado los cuida más y piensa más en ellos. La televisión cada vez se hace más a su medida. Las parrillas de los distintos canales compiten en ofrecer programas pensados para una gente que no lee, que no entiende, que pasa de la cultura, que quiere que la diviertan o que la distraigan, aunque sea con los crímenes más brutales o con los más sucios trapos de portera. El mundo entero se está creando a la medida de esta nueva mayoría, amigos. Todo es superficial, frívolo, elemental, primario… para que ellos puedan entenderlo y digerirlo. Esos son socialmente la nueva clase dominante, aunque siempre será la clase dominada, precisamente por su analfabetismo y su incultura, la que impone su falta de gusto y sus morbosas reglas. Y así nos va a los que no nos conformamos con tan poco, a los que aspiramos a un poco más de profundidad”.

Y UN VINO, POR SUPUESTO. Una cosa hermosa del vino es que no pierdo la capacidad de sorpresa a pesar de las maravillas que aparecen todo el tiempo. Me acaba de ocurrir con el Henry N° 1 de Lagarde cosecha 2001, que probé en la inauguración del restaurante Zonda. Venía en un decanter y, cuando se sirvió en la copa, tenía el color de un vino relativamente reciente, por lo cual me sorprendí cuando la etiqueta mostró que ya tenía más de 20 años. Y ni hablar del equilibrio en boca, con esa estructura que otorga el Cabernet Sauvignon, que acompañó armoniosamente a los platos del menú. Por suerte en la mesa estaba Juan Roby, el enólogo de Lagarde, quien contó que había sido su primer “Henry”, el vino ícono de la bodega, que sólo se elabora en añadas excepcionales. Y quien se acordaba perfectamente del corte: 88% de Cabernet Sauvignon y 12% de Syrah, con uvas de la Finca La Jacintana, en Perdriel. Probar un vino como ese es hermoso por varios motivos, entre ellos el de recordar las virtudes históricas de los terruños de Luján, y el de saber que, a pesar de tener el privilegio de nuestro Malbec, se pueden elaborar joyas con otros varietales, como este Henry 2001. Eso sí fue un bingo completo, y desde ese día tengo la curiosidad por saber cómo seguirá evolucionando ese vino extraordinario.

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