Mendoza

Informe del CEM: hace 10 años que Mendoza tiene déficit operativo en cada ejercicio anual

El estudio también asegura que el peso del Estado provincial aumentó el 40% en la última década, que el empleo público aumentó por encima del crecimiento de la tasa poblacional, y que su tamaño “se tornó agobiante para el sector privado”.

Un Informe Fiscal del Consejo Empresario Mendocino (CEM) reveló que Mendoza tiene déficit operativo anual desde hace 10 años y que el peso del Estado provincial sobre la economía creció un 40% en la última década, con lo cual “se tornó agobiante para el sector privado”.

El estudio advierte que “con la economía paralizada, un Estado más grande debió ser solventado por un sector privado productivo cada vez más pequeño”, y que el empleo público aumentó “por encima del crecimiento de la tasa poblacional”.

Además de estos problemas estructurales, que no han podido ser solucionados a pesar de los esfuerzos desde el Estado en los últimos años, el estudio indica que los recursos corrientes se contrajeron en mayo pasado un 30% respecto de igual mes de 2019; que se aprecia una brusca caída de los recursos fiscales durante la cuarentena y que el déficit fiscal de 2020 “es aún difícil de estimar”.

Federico Pagano, presidente en ejercicio del CEM, aseguró que “con estos números, es necesario que el Estado provincial y los municipios hagan un esfuerzo, porque todos los actores de la economía mendocina, desde los más pequeños hasta los más grandes, soportan cada vez una carga mayor, que compromete seriamente su futuro. Superada la coyuntura actual, es necesario generar una agenda que priorice la producción y el empleo privado como bases del crecimiento y desarrollo de Mendoza, recreando un clima de negocios propicio para las inversiones. Parte de ese trabajo debería orientarse a definir un tamaño de Estado sostenible y financiable por los mendocinos, claramente de menor dimensión que el actual y más adecuado a la realidad económica de nuestra provincia. La envergadura del Estado no puede ser mayor de la que el sector privado esté en condiciones de sostener con su crecimiento y su eficiencia,  debiéndose encontrar un nuevo equilibrio que no ahogue al sector productivo.

También destacó: “Es necesario ampliar y diversificar la matriz productiva, permitiendo el desarrollo minero en las zonas donde exista consenso social; Malargüe es un claro ejemplo de ello. Mendoza debe incrementar la producción y el empleo en sectores tradicionales y no tradicionales y ser más competitiva, para colocar con eficiencia su producción en el mundo. Estamos frente a una nueva oportunidad.”

Las principales conclusiones del estudio son las siguientes:

  • El sector público provincial registró déficit operativo durante los 10 años analizados. El mayor deterioro se observó entre 2010 y 2015, cuando el déficit pasó de 5,5% a 13,5% de los recursos corrientes. Los años siguientes, entre 2016 y 2018, definen un período de ordenamiento fiscal que logra achicarlo a solo el 1,5% de los recursos. Este esfuerzo se evapora en 2019, que culmina con un importante déficit operativo, cercano a 9,7% de los recursos, en línea con la estimación del Consejo Empresario Mendocino. Este resultado fue fundamentalmente consecuencia de la cláusula gatillo aplicada sobre los salarios públicos. Mendoza supo tener años de superávit operativo. Se necesitaron solo 10 años para pasar del máximo superávit en 2005 al máximo déficit en 2015”.
  • “En la última década, caracterizada por el estancamiento de la actividad económica, el peso del Estado provincial aumentó un 40%, desde 17% del PBG en 2010 hasta 23,8% en 2019. Esta participación se redujo en 2018 y 2019, luego de haber alcanzado algo más de 25% del PBG en 2015. Un aspecto destacable es que la contracción del último bienio sucedió simultáneamente con un incremento de la inversión pública”.
  • “El aumento paulatino del gasto público se tornó agobiante para el sector privado. Con la economía paralizada, un Estado más grande debió ser solventado por un sector privado productivo cada vez más pequeño. En consecuencia, el gobierno provincial incrementó fuertemente la presión impositiva efectiva, especialmente en 2012, que pasó de 3,8% del PBG en 2010 a 7,9% en 2017, para comenzar a caer en 2018 hasta ubicarse en 6,4% el último año. Aún así, esta tasa duplica la de 2004 (3,2%), denotando el apetito fiscal que el Estado provincial ejerció y sigue ejerciendo sobre el sector productivo”.
  • “El empleo público aumentó 18,3% en la última década, desde 92.597 cargos y contratos en 2009 hasta 109.512 cargos y contratos en 2019, un crecimiento por encima de la tasa de crecimiento poblacional. Desagregando por períodos, la dotación de personal creció 5,5% anual promedio en el período 2009-2012 y al 1,5% promedio entre 2013 y 2015, reduciéndose 3,5% (-0,9% anual promedio) entre 2016-2019.
  • Punta a punta, el gasto de personal creció a un ritmo apenas menor al de las erogaciones corrientes y en línea con los recursos corrientes. Su evolución no fue uniforme durante el período, pues aumentó a mayor ritmo que los recursos y las erogaciones corrientes entre 2011 y 2015. Esta dinámica, heredada de años previos, aportó al fuerte deterioro del ahorro corriente durante aquellos años. El ordenamiento fiscal entre 2016-2018 permitió reducir la incidencia de esta partida y lograr el virtual equilibrio de las cuentas fiscales en 2018. En 2019, sin embargo, el gasto de personal volvió a crecer por encima de los recursos corrientes (57% vs. 44%) lo que, a la postre, diluyó parte del esfuerzo fiscal realizado en años previos.

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