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«La Argentina dependerá cada vez más de la importación de hidrocarburos»

 

La producción de petróleo retrocedió el año pasado a un nivel por debajo del de 1980. Mientras tanto, la de gas cortó la recuperación que mostraba desde 2015, según datos del Ministerio de Energía conocidos ayer. Los especialistas creen que, de mantenerse esta situación, la Argentina dependerá cada vez más de la importación de hidrocarburos, que explicó en 2017 el 40% del déficit comercial.

La extracción de crudo llegó a 479.313,2 barriles por día (bpd), un 6,1% menos que en 2016. Desde su récord en 1998 (846.955 bpd), la producción de petróleo lleva 19 años en caída y poco hace pensar que se pueda detener, en vista de la baja en la inversión en pozos convencionales y el corrimiento hacia la búsqueda de gas en Vaca Muerta. Para encontrar números tan bajos en la historia hay que retroceder hasta 1979 (472.765 bpd) o 1989, ya que entre el final de la dictadura y los años alfonsinistas hubo un estancamiento. Curiosamente, la Argentina alcanzó su mejor nivel extractivo con precios del crudo en torno a los u$s 20 por barril, y decayó en medio del boom mundial.

El ex secretario de Energía, Jorge Lapeña, actual presidente del Instituto General Mosconi, enfrentado al ministro Juan José Aranguren por la privatización de Transener y centrales eléctricas, analizó: «La disminución se mantiene en niveles muy elevados y no muestra signos genuinos de recuperación».

Por otro lado, pese al potencial de Vaca Muerta y la entrada en vigencia del acuerdo laboral para mejorar la productividad, el esfuerzo no alcanzó para cerrar en cifras positivas. La extracción de gas natural en todo el país fue un 0,6% menor que en 2016, aunque en la Cuenca Neuquina (que aporta el 60%), mejoró un 0,8% interanual.

Como en petróleo, la producción de gas natural empezó a disminuir en 2004. Hay que retroceder hasta 1999 para encontrar números parecidos a los actuales.

Las proyecciones que realizó Energía dan cuenta de que la producción de gas tendrá un suave crecimiento en los próximos años, mientras que la de petróleo dejará de caer en 2018 y mostrará una fuerte suba desde 2020, por el ingreso cada vez mayor de shale oil. De todas formas, el autoabastecimiento seguiría lejos de concretarse.

La balanza comercial energéti ca mostró el año pasado un rojo de u$s 3272 millones, que es un 39% del déficit total de la interacción argentina con el mundo en 2017 (u$s 8471 millones) y un 13,7% más que el resultado -también negativo- de 2016.

Distinto comportamiento tuvo la demanda, que acompañó en un año de rebote económico. «El año pasado hubo un leve crecimiento de las ventas de combustibles con respecto al año anterior, de 3,38%. Y se produjo pese a que los precios durante ese período crecieron un 31%, bastante por encima de la inflación, que se ubicó en un 24,8%. En los dos años anteriores (2015 y 2016), habían subido menos que la inflación por lo que había algún pulmón para absorberlo», evaluó la Cámara de Empresarios de Combustibles de Córdoba.

 

Fuente: El Cronista

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