Para los que pensaban que la cachemira era la tela lujosa por excelencia, es momento de que se familiaricen con el mundo de la vicuña. Este simpático animalito, que habita únicamente en la región andina, produce la lana más suave y liviana del mundo. Y también, la más cara. ¿Su costo? Entre US$ 399 y US$ 600 por kilo, considerablemente más que la cachemira (que vale entre US$ 65 y US$ 75 por kilo) y casi 100 veces más que la lana convencional.
¿Qué hace que la vicuña sea tan cara? Para empezar, se trata de una especie que hasta hace poco estuvo en peligro de extinción (el gobierno de Perú, donde habita la mayor cantidad de ejemplares, prohibió su caza y la comercialización de su lana desde los años 60 hasta los 90), lo que implica que para obtener la codiciada tela hay que conseguir permisos especiales y trabajar dentro de estrictos lineamientos internacionales. Esto hace que la oferta sea sumamente limitada: entre todos los productores a nivel mundial, la oferta de lana de vicuña por año es de apenas 12 toneladas, nada en comparación con las 25.000 que se producen de cachemira.
Así que, si alguien está interesado en comprarse alguna prenda de vicuña, más vale que esté dispuesto a hacer toda una inversión: un tapado de hombre puede costar unos US$ 20.000, mientras que un traje a medida no baja de los US$ 40.000. Si el presupuesto es más acotado, siempre se puede optar por un suéter –que cuesta alrededor de US$ 4.500-, una bufanda a unos US$ 4.000, o unas medias por US$ 620. El costo no es arbitrario, sin embargo: para un tapado se requiere lana de 35 vicuñas, y se calcula que en la actualidad sólo hay 350.000 ejemplares. Si lo que buscan es exclusividad, esta es su tela.
Ludmila Llaver
