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Los 5 mejores momentos de Arctic Monkeys en Córdoba

“La noche está en pañales”, dijo Alex Turner, el vocalista de Arctic Monkeys, con su voz aterciopelada, pelo engominado y su seductor estilo rockabilly. Y el Orfeo Superdomo, que ya había enloquecido minutos antes con el comienzo del show de los monos, se inundó de gritos, aullidos y aplausos.
El show de la banda de indie rock que nació en el Reino Unido, logró su crecimiento desde las redes sociales y demostró que el rock inglés no está muerto, hizo vibrar y emocionar anoche a 9 mil cordobeses, en el marco de su gira de presentación de su último disco, AM.
El próximo martes, Alex Turner (guitarrista principal y vocalista), Jamie Cook (guitarrista), Matt Helders (baterista) y Nick O’Malley (bajo), todos menores de 30 años, terminarán su gira por Latinoamérica en Santiago de Chile, y, según dijeron a la prensa, desaparecerían “por un tiempo”. Otra buena razón para que el show de los monos del ártico haya sido inolvidable.
Te contamos los mejores momentos de la noche de Arctic Monkeys en Córdoba:
1. La previa: The Hives, la banda sueca de punk rock, fue la encargada de calentar el escenario antes de la llegada de los monos. Y lo logró: con la energía que los caracteriza y vestidos de blanco y negro, hicieron saltar, reír y enloquecer al público. Howlin’ Pelle Almqvist (vocalista) interactuó en español con los enforverecidos fanáticos y hasta bajó a la pista.
2. Do i wanna know?: Arctic Monkeys abrió la noche con el hit de la banda, y dieron comienzo a 1 hora y media del místico y emocionante show, una canción tras otra.
3. Los monos también recordaron antiguos éxitos, e hicieron bailar a los fanáticos de la mano de Dancing shoes, Fluorescent Adolescent, y I bet you look good on the dancefloor.
4. R U mine?: Fue el primer tema que lanzó la banda de su disco AM, y el elegido anoche para cerrar el show (antes del bis). Una canción con toques oscuros y algo de r&b y soul, que el público cantó de pie en el Orfeo Superdomo.
5. I wanna be yours: La verdadera despedida llegó con un juego de luces que llenó el techo del duomo de estrellas y una canción que hizo emocionar al público, y los monos finalizaron la presentación como la empezaron: sin ostentaciones, a puro talento, misticismo y rock.
 
*Foto Fede Rodriguez

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