El presidente de la multinacional Arcor, Luis Pagani, no es afecto a las declaraciones públicas. Y las pocas veces en que las hace, tampoco suele dejar frases para la polémica. Sin embargo, eso no significa que no tenga sus opiniones sobre lo que sucede en el país y algo dejó trascender en el marco de una charla con estudiantes de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) en Buenos Aires.
Según reproduce el diario Clarín, Pagani estuvo como invitado en dicha casas de altos estudios para hablar sobre el libro del economista Bernardo Kosacoff, (Globalizar desde Latinoamérica), que relata cómo la fábrica de caramelos que fundó su padre en Arroyito en 1951 llegó a convertirse en la principal empresa exportadora de alimentos de la Argentina.
Algunas de sus principales definiciones fueron las siguientes:
-¿Qué pronostica sobre el consumo y la situación de las empresas en el corto plazo?
-2016 y 2017 van a ser años de ajuste. Para enfrentarlos vamos a innovar, algo que está en nuestro ADN.
-¿Cuál es el objetivo de un empresario?
-Pese a que en la Argentina, es muy difícil hablar de globalización, yo creo en ella. Incertidumbres hay en todos los mercados, sin embargo, sobreviven las empresas sustentables. Los países van a ir perdiendo peso. En cambio, los consumidores van a ser los garantes del desarrollo de una empresa.
-¿Por qué Arcor centró su experiencia en el sector exportador?
-Generar negocios con vaivenes económicos siempre es difícil, por eso estamos obligados a exportar. Hay una cuestión de escala y también nos obliga a ser competitivos. El mercado interno es más cómodo, cuándo está cerrado se generan distorsiones fuertes y se puede, entre otras cosas, pagar demasiado cara la materia prima.
-Arcor es una empresa integrada verticalmente, ¿a qué se debe?
-Mi papá sacaba hasta los costos de los palitos de los chupetines. Desde allí dimos un salto en la producción que permitió evaluar otros caminos, como las plantas de fructosa, de papel y de azúcar (Ingenio de la Providencia) que nacieron como insumos estratégicos y pasaron a ser empresas muy rentables.
-¿Nunca pensó en una integración vertical con el sistema financiero?
-Nuestro capital siempre estuvo invertido en lo que sabemos hacer. Cuando uno tiene una empresa con un potencial, entretener ese capital en un banco no es tan atractivo como en la producción.
-¿No se tentó cuando le ofrecieron comprar su empresa?
-No. Vivimos circunstancias muy difíciles en 2001, cuando nos impactó una fuerte caída de ventas y tomamos la decisión de no cerrar fábricas y no despedir gente. Solo paró la producción una de las fábricas por 60 días.
-El consumo de golosinas es cuestionado por la vida saludable…
-El azúcar es energía y es necesaria. En todo caso, el tema está en la mayor actividad física que deben hacer los chicos.
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