Mendoza

Menos mal que tenemos a Zaldívar / Newsletter de Mauricio Llaver

Roberto Zaldívar, una inspiración para todos / Cristina está en su última línea de defensa / El juego parlamentario es el juego parlamentario / Arriazu: no hay reservas para dolarizar / De Pablo: estamos a la buena de Dios / El pájaro salvaje de César Vallejo / Y un vino, por supuesto.

24 de abril 2022

MENOS MAL QUE TENEMOS A ZALDÍVAR. Roberto Zaldívar se transformó esta semana en el primer no estadounidense en recibir un premio llamado Roger Steiner por sus “contribuciones significativas a la cirugía refractiva”. Se lo otorgó la ASCRS, sigla de la Sociedad Estadounidense de Cataratas y Cirugía Refractiva. No es el primer premio de alto nivel que recibe, ya que la revista The Ophtalmologist, por ejemplo, lo incluyó dos veces en la lista de los 100 oftalmólogos más influyentes del mundo. Zaldívar es uno de esos argentinos que nos hacen quedar bien en el mundo, en contraste con tantas malas noticias que salen desde nuestro país. Pero lo más importante es que sigue estando acá, que sigue invirtiendo en nuestra provincia, y que se preocupa por los problemas de Mendoza como cualquiera de nosotros, cuando podría vivir tranquilísimo en el lugar del mundo que se le ocurriera. Es de esas personas que no sólo generan orgullo, sino que nos levantan el ánimo, nos hacen pensar que no todo está perdido, y tiran del carro con toda la fuerza de un profesionalismo y una vocación fuera de escala. Menos mal que lo seguimos teniendo acá. Debería ser una inspiración para todos.

LA ÚLTIMA LÍNEA DE DEFENSA. Cristina Fernández volvió a sorprender esta semana al dividir el bloque de Senadores oficialistas para conseguir un lugar más en el Consejo de la Magistratura. Nadie lo esperaba. La número dos (o uno) del gobierno, demostró que mantiene su capacidad para impactar sobre la política argentina con una sola decisión. Pero detrás de su nuevo golpe, también se advierte una medida de su desesperación. Cristina siente el acoso de sus causas judiciales que no se cierran, de la inflación, del malestar creciente de los argentinos, y de la deriva del gobierno que ella supo inventar para ganar las elecciones, pero que está fracasando en la administración del país. Su jugada muestra que su astucia sigue intacta, pero los movimientos son cada vez más cortos. Sigue dando buenos golpes, pero ya parece alguien que debe apelar a todos sus recursos sólo para mantener su última línea de defensa.

OK, ES EL JUEGO PARLAMENTARIO. En definitiva, la demostración de astucia de Cristina responde a un hecho político de magnitud: las fuerzas en el Congreso están equilibradas y el gobierno ya no puede hacer lo que quiere en el Poder Legislativo. Las últimas elecciones proyectaron a la Argentina al escenario inédito de que el peronismo no tiene mayorías absolutas, y no tenemos antecedentes de cómo transitar este nuevo escenario. Es una pulseada de ley a ley, de proyecto a proyecto, con mayorías ajustadas, oficio en el manejo de los reglamentos parlamentarios y todas las artimañas de la política. A veces se ganará y a veces se perderá, pero ese es el nuevo juego. La maniobra de Cristina puede no gustar, pero si está contemplada dentro de las reglas, se acabó la discusión. Lo que sí, queda claro también que su prioridad está en no ser condenada en sus causas por corrupción. No le interesan la pandemia, la inflación, la pobreza o la indigencia. Y los tractorazos traen un aroma a la 125. Pero su obsesión es la justicia.

ÍNDICE DE CONFIANZA (O NO). La Nación: “El Índice de Confianza en el Gobierno (ICG), que mensualmente difunde la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) a partir de encuestas realizadas por Poliarquía Consultores, alcanzó en abril un nivel de 1,44 puntos (sobre 5 posibles), con lo que perdió un 38% desde que se inició la gestión del presidente Alberto Fernández en 2019. La confianza en la administración del Frente de Todos cayó en abril un 4,8% con respecto al mes de marzo, según se estableció en el informe de la UTDT. Y, si se toma el índice en términos interanuales, el descenso fue de 17%. Es incluso un 27% menor que el que se registró en diciembre de 2019, último mes del gobierno de Mauricio Macri”.

ECONOMÍA I: NO HAY RESERVAS PARA DOLARIZAR. Ricardo Arriazu:“La Argentina es un sistema bimonetario, porque la unidad de cuenta y de ahorro es el dólar. Los pesos solo se usan en transacciones porque nos obligan. La inflación la medimos en pesos. En la década del 80, propuse la dolarización, pero en este momento es imposible, porque hay que tener suficientes reservas para respaldar la base monetaria y la deuda. La convertibilidad se dio luego de una hiperinflación. En este momento no podemos dolarizar, pero podemos tener una economía bimonetaria y aplicar los principios económicos básicos como eliminar el déficit fiscal, estabilizar el tipo de cambio nominal y romper la indexación. Con eso se para la inflación y comienzo a dar confianza en el peso”.

ECONOMÍA II: A LA BUENA DE DIOS: Juan Carlos de Pablo: “¿Qué hace Matías Kulfas? Chequea en el celular a ver si sigue siendo ministro o no. El Banco Central está atajando penales y después está Roberto Feletti, al que a veces se le ocurren genialidades, pero, por suerte, últimamente no. No le demos más vueltas: estamos a la buena de Dios y para la elección de 2023 faltan siglos”.

COSAS DEL ALMA: Y LLORARÁ EN LAS TEJAS UN PÁJARO SALVAJE. Esta semana estaba leyendo noticias del Perú (el presidente pidió castración química para los violadores) y me acordé de César Vallejo y su poema “Idilio muerto”. Es una joya de la lengua, con un bello final de melancolía: “Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí; ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita la sangre, como flojo cognac, dentro de mí. Dónde estarán sus manos que en actitud contrita planchaban en las tardes blancuras por venir; ahora, en esta lluvia que me quita las ganas de vivir. Qué será de su falda de franela; de sus afanes; de su andar; de su sabor a cañas de mayo del lugar. Ha de estarse a la puerta mirando algún celaje, y al fin dirá temblando: ‘Qué frío hay… Jesús!’. Y llorará en las tejas un pájaro salvaje”.

Y UN VINO, POR SUPUESTO. Desde hace unos años, ha empezado una saludable reivindicación de Luján de Cuyo como zona vitivinícola, y bien que lo merece. Una de las bodegas que empuja en esa dirección es Casarena, ubicada en la calle Brandsen, que posee sus cuatro fincas en Perdriel y Agrelo: Jamilla, Owen, Lauren y Naoki, que son los nombres de los nietos de sus propietarios, el matrimonio estadounidense de Peter y Karen Dartley. El proyecto está comandado en Mendoza por Claudia Piedrahita, y hace unos meses incorporó a Martina Galeano (formada en la Universidad de Davis) en enología, quien está acompañada por Pablo Ceverino en la parte agronómica. Esta semana probé el portfolio completo de Casarena, junto con muestras de tanques de la cosecha 2022. No sabía con cuál quedarme. Durante la degustación se notó la claridad conceptual sobre el ensamble entre viñedo y bodega, con una enóloga que recorre las fincas y un agrónomo que opina al pie de las vasijas. Sebastián Vélez Romero, a cargo de Marketing y Comunicaciones, lo definió así: “Buscamos respetar la identidad de las fincas y representar a Luján de Cuyo como región vitivinícola”. Todos los vinos son de categoría, pero si tengo que elegir, me quedo con la línea Casarena Single Vineyard, tres Malbec, un Cabernet Sauvignon, un Cabernet Franc, un Petit Verdot y un Chardonnay de alta calidad en todos los casos. Fue difícil elegir el que me gustó más (el Cabernet Franc), pero en la vida hay encrucijadas peores.

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