El titular de la filial argentina de Shell, Juan José Aranguren, insinuó que el boicot que sufrió la empresa por parte del Gobierno de Néstor Kirchner, en 2005, pudo haber sido una venganza porque la petrolera había decidido no vender sus activos en la Argentina, algo que evaluaba en ese momento.
Aranguren reconstruyó la historia en una extensa entrevista radial en Radio Mitre, durante el programa de Jorge Lanata, según reproduce el diario Clarín.
Aranguren recordó que en el arranque del Gobierno de Néstor Kirchner (2003) la empresa consideraba la posibilidad de vender sus activos y abandonar la región. «Yo tenía responsabilidad sobre los negocios en 35 países de la región, ahora solo en 2» señaló Aranguren. «Evaluamos qué era lo más conveniente, y finalmente decidimos seguir en la Argentina.»
En el diálogo radial, Aranguren especuló que, en aquellos años, el gobierno de Kirchner «pensó en la posibilidad de comprar la compañía». Recordó que en noviembre de 2004 se creó la empresa Enarsa y, dijo, «tal vez Kirchner vio que era una posibilidad de comprar Shell con la ayuda de la petrolera venezolana PDVSA».
El empresario, que estará al frente de Shell hasta el 30 de junio próximo, recordó que por aquellos años Venezuela, por decisión del ex presidente Hugo Chávez, se había transformado en un importante auxilio financiero para la Argentina.
En ese escenario, Aranguren deslizó que, tal vez, el Gobierno le pasó información reservada sobre Shell a Chávez.
Su versión sobre este punto: «En enero de 2005 Chávez vino a inaugurar una estación de servicio de PDVSA, frente a la sede de la ESMA, y en el medio del acto el mandatario venezolano deslizó que ‘una empresa gringa podía pasar a capitales nacionales. Dicen que vale 1.000 millones de dólares pero para mí no vale más de 200 millones de dólares».Aranguren dijo que esa información sobre la valuación solo pudo obtenerla Chávez del gobierno Argentino, porque PDVSA no estaba negociando formalmente con Shell.
Por esos días Shell ya había tomado la decisión de no vender, pero un mes después, Kirchner lanzó el boicot contra Shell cuando la petrolera decidió aumentar un 2,5% sus precios. A juicio de Aranguren, el boicot fue una venganza de Kirchner ante la imposibilidad de comprar Shell.
Aranguren recordó que luego de este episodio, volvió a ser contactado por altos ejecutivos de Enarsa, que acercó una oferta de canje de acciones, que desde luego no prosperó.
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