La votación favorable de la ordenanza habilitando el endeudamiento de la Municipalidad de Córdoba no registra mérito en la gestión política de Ramón Mestre, sino más bien en las negociaciones que a su favor realizó el Ministro de Gobierno provincial, Juan Carlos Massei. Y todo el mundo sabe que el funcionario no mueve un dedo sin el aval explicito de Juan Schiaretti.
En el municipio las espadas del radicalismo, de todas maneras, sacaban cuentas y no llegaban con los votos. Sabían que Schiaretti controlaba sólo cuatro integrantes del bloque de cinco del PJ. Esteban Dómina no está bajo control del gobernador.
Sumados a los propios, y por mucho empeño que se pusieran, faltaban dos. Es ahí cuando la mano de Massei entró en juego y bajo el complejo esquema de retornar a Marcelo Pascual al peronismo de la Capital (tributo a Alejandra Vigo que pretende sumar todo) el ministro de Gobierno logró el pase de votos que rompió el frente de Tomás Méndez.
El resultado fue ajustado: se aprobó sólo por un voto. Nadie puede dar fe de cuál es la moneda de cambio que aportará Mestre. Para los peronistas que están afuera del círculo Vigo, la situación ya adquiere niveles de promiscuidad.
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