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Preocupante: el 65% de la población tuvo síntomas compatibles con la depresión durante la cuarentena

Así lo demuestra un estudio realizado por el Instituto de Cardiología Wolff, que abarcó a personas de Mendoza, CABA y AMBA.

Por Instituto de Cardiología Wolff

Desde que en marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declaró pandemia a la enfermedad respiratoria causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y se propusiera al aislamiento como estrategia para disminuir la posibilidad de contagio, se comenzó el experimento social más grande del universo conocido. Diferentes ciudades de todo el mundo han pasado por periodos de aislamiento con distinta duración, sin embargo, la cuarentena de nuestro país es hasta el momento la más prolongada. Si bien esta medida demostró ser efectiva en términos de mitigar la tasa de contagios iniciales, sus repercusiones en términos de hábitos saludables y el impacto psicológico no ha sido completamente analizado.

La cuarentena es una experiencia desagradable para la mayoría de las personas que la vivencian. La separación de los seres queridos, la pérdida de libertad, incertidumbre sobre el estado de la enfermedad y sus consecuencias económicas pueden, en ocasiones, crear efectos dramáticos.

Desde el Instituto de Cardiología Wolff nos preguntamos cuál sería el efecto del aislamiento sobre los hábitos saludables, sobre todo de una herramienta fundamental del tratamiento que recomendamos: el ejercicio físico y la alimentación saludable. También nos preguntamos qué efectos sobre el estado psico-anímico podría producir el aislamiento, dado que es otro factor de riesgo cardiovascular emergente.

Con este interrogante llevamos a cabo una encuesta digital realizada inicialmente a los 40 días de inicio del aislamiento en la ciudad de Mendoza y Gran Mendoza, y a los 100 días de aislamiento en Capital Federal y AMBA.

En esta encuesta evaluamos los cambios en los hábitos saludables (horas de ejercicio, cambios en la alimentación, aumento del consumo de alcohol y utilización de pantallas) además de cambios en la esfera psicológica (síntomas compatibles con estrés post traumático, depresión, ansiedad).

Los resultados fueron sorprendentes: un 60% de la población evaluada logró mantener el ejercicio semanal durante el aislamiento, pero sólo el 15% mantuvo la cantidad de horas de ejercicio previo al aislamiento, y un porcentaje mayor al 30% no realizó ninguna actividad durante este periodo. Un 40% de los encuestados refiere haber alterado su alimentación saludable, mientras que un 35% asegura haber aumentado el consumo de alcohol durante la cuarentena.

Además, se duplicó la cantidad de horas de utilización de pantalla: el 60% de las personas encuestadas pasaba más de 10 horas frente a una pantalla por semana.

Respecto a la esfera psico-anímica, alrededor del 65% de la población tuvo síntomas compatibles con depresión (tristeza, ganas de llorar, desgano), un 60% síntomas de ansiedad y un 7% sufrió violencia dentro del hogar (física o verbal).

Estos datos observados son congruentes con trabajos publicados previamente que evaluaron el aislamiento en diferentes situaciones (gripe equina en Australia, ébola en África, personal de salud afectado por infecciones).

Si bien consideramos que inicialmente el aislamiento ayudó a mitigar los contagios, perpetuarlo sin una estrategia, junto con los cambios en el estilo de vida saludable observados, probablemente repercutan sobre el estado de salud durante el tiempo de aislamiento o en el inmediato posterior.

Los datos antes expuestos están aceptados para publicación en la revista Argentina de Cardiología de la Sociedad Argentina de Cardiología en el Vol. 88 N° 3 Julio 2020.

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