Si bien Red Bull se hizo conocida con su desembarco en el patrocinio de los deportes de riesgo, como por ejemplo el paracaidismo o el esquí extremo, su exposición mediática a nivel mundial tuvo un antes y después con su ingreso en 2005 en la Fórmula 1.
Los 110 millones de dólares que en aquel entonces le pagó a su antecesora Jaguar Racing parecen ahora una bicoca si se tienen en cuenta los enormes beneficios de posicionamiento de marca que logró hasta la fecha la empresa de bebidas energizantes, fundada en 1984 por el austríaco Dietrich Mateschitz junto a un par de socios tailandeses.
Con el transcurrir de las temporadas, señala Infobae, llegaron los cuatro títulos mundiales de la mano de su estrella alemana Sebastian Vettel, apodado «El Joven Maravilla». Pero un año de sequía en la máxima categoría del automovilismo mundial, y la supuesta falta de rentabilidad económica, bastaron para dañar los planes a futuro que tenía la escudería dirigida por el británico Christian Horner.
En este sentido, Helmut Marko, asesor del equipo, había advertido a mediados de marzo pasado que Red Bull podría abandonar la Fórmula 1 si no cambian las reglas actuales. Consideró que estas normas «matarán al deporte», y que por ello Mateschitz podría perder el interés en seguir compitiendo.
«Al igual que en todos los años, evaluaremos la situación. Miraremos los costos y los ingresos, y si estamos totalmente insatisfechos, contemplaremos una salida de la Fórmula 1», comentó Marko tras el Gran Premio de Australia, una afirmación que ahora se hace más fuerte con los rumores sobre una salida del Red Bull Racing de la F1 por falta de rentabilidad.
Sin embargo, este sombrío panorama que dentro de Red Bull se contrapone con el resultado de la última encuesta sobre los patrocinadores oficiales de las escuderías de la F1, realizada por la Grand Prix Drivers Association (GPDA).
El informe llevado a cabo en mayo pasado entre 130.000 aficionados de 194 países muestra que el 46% de ellos identifica a la firma austríaca entre las cinco primeras cuando se les pide que nombren a un sponsor oficial que está presente dentro de la Fórmula 1, ya sea como patrocinador del certamen, de una escudería o de un piloto en particular.
Del análisis de la encuesta se desprende que el gigantesco monto de dinero invertido por Red Bull a lo largo de estos años consiguió lo que seguramente buscaban sus estrategas de marketing: la identificación y el reconocimiento de los fanáticos de la Fórmula 1 con el deporte en el que participa como escudería y sponsor al mismo tiempo.
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