A través de un reciente informe, IDESA señaló que las reservas del Central son superiores a las existentes en 2001, aunque sólo en un 22%. “Las reservas del Banco Central duplican en términos nominales el nivel del 2001, pero ajustadas por inflación de precios en las importaciones apenas superan el nivel que había cuando cayó la convertibilidad. El agravante es que el coeficiente de importaciones prácticamente duplica al que prevalecía en el 2001. Esto indica que la crisis de divisas que sufre el país es severa lo que evidencia la necesidad de cambios de estrategia”, dice la entidad.
IDESA destaca que el primer mes del 2014 mostró una aceleración en la caída de las reservas internacionales a pesar de la fuerte devaluación del dólar oficial. Durante enero se aplicó una devaluación del 23%, cuando en todo el año pasado la devaluación fue de 33%. Las reservas, por su parte, cayeron en aproximadamente U$S 2 mil millones sólo en un mes. Comparados con los U$S 12 mil millones que cayeron en todo el 2013, el primer mes del año 2014 muestra que el ritmo al que caen las reservas del Banco Central se duplicó.
La entidad señala que para evaluar la suficiencia de las reservas actuales resulta pertinente analizar la información oficial. Según datos del Banco Central y el Ministerio de Economía, entre los años 2001 y 2014 se observa que:
· Las reservas pasaron de U$S 15.232 millones a U$S 28.250 millones.
· Los precios de las importaciones argentinas se incrementaron en un 52%.
· Esto significa que las reservas, ajustadas por inflación de importaciones, equivalen en términos reales a U$S 18.600 millones a precios del 2001.
“Estos datos muestran que el poder de compra de los U$S 28 mil millones actuales de reservas es apenas un 22% superior al que tenían los U$S 15 mil millones del año 2001. A esto se agrega, como agravante, que en la actualidad el coeficiente de importaciones es mucho mayor. En el año 2001, las importaciones representaban apenas un 8% del Producto Bruto Interno (PBI) mientras que actualmente representan cerca del 15% del PBI. Dicho en otras palabras, la economía es mucho más dependiente de las importaciones que en el año 2001, con un nivel de reservas reales (o sea, ajustadas por inflación de importaciones) bastante similar. Las evidencias son contundentes de que nuevamente se está, como muchas veces ocurrió en la historia argentina, frente a un “cuello de botella” que se manifiesta en escasez de divisas. Aunque el contexto externo es inéditamente favorable, las malas políticas internas llevaron a que la “restricción externa” vuelva a poner límites a las posibilidades de crecimiento”, dice IDESA.
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