Una dieta deficiente puede afectar de una forma negativa a la mente. Entre las consecuencias se encuentra la disminución de la memoria y la reducción de la capacidad de atención y aprendizaje, así como cambios en el estado emocional y la forma de comunicarse e interactuar con los demás. Por esto, es importante alimentarnos de una forma saludable.
A medida que envejecemos experimentamos un deterioro cognitivo. Si no se ejercita, ni se cuida, el cerebro se vuelve más lento para el procesamiento de la información. Además, las señales enviadas desde los cinco sentidos se vuelven más débiles y se produce una reducción en la producción de sustancias químicas del cerebro.
Sin embargo, tener una dieta nutritiva, incorporar hábitos saludables y llevar un estilo de vida equilibrado puede ayudar a frenar este proceso natural, según informa Infobae.
A continuación, una lista de siete alimentos recomendables para nutrir tu cerebro de una forma saludable:
1. Consume dos porciones de verduras de hoja verde todos los días, como acelga, repollo, apio, lechuga, hierbas aromáticas, espinacas y alcachofas.
2. Obtén tu dosis de ácidos grasos Omega 3. Se encuentra en las sardinas, atún, salmón, caballa, arenque, algas marinas, nueces de Castilla, chía y semillas de linaza. Reduce la ingesta total de grasas saturadas (como la manteca) y evita las grasas trans.
3. Come una gran cantidad de alimentos ricos en vitamina E como las almendras, avellanas, semillas de girasol, sésamo, papas, calabaza, aceitunas.
4. Aumenta tu ingesta de vitaminas B; con mariscos, lácteos, huevos, carne de res, hígado, pollo, legumbres, cereales fortificados, pan de trigo integral, granos enteros, verduras de hoja verde oscuro, verduras crucíferas, nueces, pepinos, espárragos, plátanos.
5. Ingiere frutas con un alto contenido de antioxidantes como la sandía y las moras. Diferentes estudios revelaron que los arándanos mejoran la memoria en adultos mayores.
6. Empieza a utilizar la canela en tus recetas. Un estudio demostró que tiene una acción neuroprotectora, ya que alivia los efectos negativos que una dieta alta en fructosa y alta en grasas tiene en el cerebro.
7. Bebe suficiente agua. Entre 2,5 y tres litros (13 tazas) para los hombres y dos litros (9 tazas) para las mujeres.
Por otro lado, es muy recomendable realizar ejercicio físico. Lo ideal es practicar un deporte aeróbico tres veces por semana durante 40 minutos y cuidar las horas de sueño. Además, también ayuda si reduces tu exposición a las neurotoxinas: elige productos de limpieza ecológicos, productos orgánicos y polvo para hornear libre de aluminio.
No te olvides de desafiar a tu cerebro con diferentes ejercicios. Puede ser armando un rompecabezas, haciendo malabares, memorizando la letra de una canción y haciendo uso de tu visión periférica (mirando al frente a un punto fijo, sin mover la cabeza y conscientemente poniendo atención a los objetos que están a ambos lados, es decir, en un rango de 180 grados). Trata de aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento. Incluso, socializar en una fiesta y visitar un museo son actividades adicionales que mantienen una mente activa.
Para tener una vida saludable es necesario trabajar para incorporar hábitos saludables. Por eso es también es importante la educación de los más pequeños para que incluyan estas actitudes desde temprana edad para que luego te agradezcan de grandes.
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