Para abrir un bar o restaurante, además del concepto y la inversión, es fundamental elegir el tipo de local y la ubicación más adecuada para que el negocio sea exitoso. Es importante que la búsqueda sea a conciencia y se le dedique tiempo, ya que no es un aspecto menor.
De acuerdo al capital disponible se debe optar por realizar una compra o alquilar, pero en ambos casos se debe calcular los gastos en instalaciones para acondicionar el espacio con aire acondicionado o instalaciones de gas entre otras, que pueden representar una gran parte de la inversión. También se debe definir el perfil del cliente al que apuntamos y sus hábitos de consumo. Qué días y a qué hora suele salir a comer, en qué se moviliza (¿necesitará estacionamiento?), cuánto gasta en alimentación y entretenimiento, sus gustos personales, o el tiempo destinado a comer son datos útiles. Otro punto a tener en cuenta es el tamaño, ya que de acuerdo al público esperado, se definirá el área de atención (barra, salón y deck por ejemplo), y el de servicios (cocina, baño, estacionamiento). No hay que olvidarse del tráfico de público, sobre todo si la idea es que las personas “de paso” se conviertan en clientes, entonces el local deberá estar ubicado en zonas de alto tránsito. Aunque hay excepciones, ya que “los mejores restaurantes del mundo” están ubicados en zonas de difícil acceso, y llegan allí por referencias. Los polos gastronómicos son una buena opción, pero no hay que olvidarse que a veces la competencia es feroz. Sería conveniente informarse en el municipio correspondiente sobre zonas habilitadas para este tipo de negocio, pedir asesoramiento a una inmobiliaria idónea podría ayudar. Para no olvidar:una zona transitada, visible y segura ayudará en gran medida a un resultado exitoso.