Livin Studio, en colaboración con la Universidad de Utrecht de los Países Bajos, ha desarrollado Fungi Mutarium, un dispositivo capaz de generar las condiciones necesarias para obtener hongos comestibles alimentados con residuos plásticos.
El proyecto, aún en estado prototípico, se presenta como un nuevo camino, no solo a las necesidades alimenticias, sino también a la mastodóntica batalla que la sociedad mundial mantiene contra los desechos plásticos y su devastador impacto ecológico.
Un reporte del Foro Económico Mundial prevé que en los próximos 35 años habrá más plástico que pescados y que para 2050 se va a producir el triple de plástico que en 2014.
El proceso de Fungi Mutarium comienza con la esterilización de los desechos plásticos mediante un tratamiento con rayos ultravioletas que a la vez, activa el proceso de degradación facilitando la asimilación para los hongos.
El material, una vez esterilizado, es depositado en unos recipientes producidos en agar —solución gelatinosa procedente de algas rojas— bautizados con el nombre de “Fu”. Mediante el uso de una pipeta, las esporas de los hongos son introducidas en los denominados “Fu” para iniciar el proceso de crecimiento. Solo un par de semanas después la biomasa resultante es apta para el consumo humano.
La idea para este dispositivo proviene de un estudio del año 2012 de la Universidad de Yale que encontró que un hongo raro, el Pestalotiopsis microspora, era capaz de descomponer el poliuretano; uno de los ingredientes principales del plástico. Además, este hongo podía vivir solamente de este componente.
El producto resultante podría ser comestible porque los hongos no tiene interese en retener los componentes tóxicos de plástico, así que en teoría no se acumularían.
La investigación detrás del prototipo aún no se ha publicado ni fue revisada por expertos y pares, y tendrán que hacerse una gran cantidad de pruebas antes de que podamos tener una de estas pequeñas granjas ingeniosas en nuestros hogares.
Fuente: Infotechnology