(DyN) – La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) expresó hoy su «seria preocupación» por la iniciativa que crearía un Fondo Especial Específico con nuevos impuestos a cada envase de bebidas con alcohol y azucaradas para financiar actividades deportivas, recreativas, y clubes deportivos.
La entidad advirtió que este nuevo impuesto «agravaría la situación actual de las economías regionales, que ya se encuentran atravesando 14 meses consecutivos de caída de sus exportaciones, una estrepitosa baja en su nivel de actividad, disminución del valor agregado» y dificultades «para mantener el actual nivel de empleo». Asimismo planteó que ese gravamen «afectaría también a los sectores más carenciados de la población argentina si se tiene en cuenta que, según datos del Indec, el gasto de los hogares destinado a alimentos y bebidas representa aproximadamente el 45% del quintil más pobre de la población y que, además, el 50% del gasto total de los hogares en alimentos y bebidas es realizado por los tres quintiles de menores ingresos».
Además, la institución indicó en un comunicado que el conjunto de bebidas analcohólicas y con alcohol ya se encuentran alcanzadas por la ley de impuestos internos, y estimó que en 2014 el sector aportó al fisco «más de $ 3.000 millones solamente» en ese concepto.
Por otra parte, sostuvo que «la iniciativa no contempla el aporte que ya realizan las industrias alcanzadas por la misma para acompañar y fomentar las actividades deportivas así como la alimentación y hábitos de vida saludables».
En ese sentido, destacó que las empresas socias de COPAL «llevan adelante más de 140 programas de Responsabilidad Social Empresaria con un alcance que supera los 7 millones de beneficiarios».
«El monto estimado en inversiones y acompañamiento a eventos deportivos supera los $ 500 millones al año, los cuales quedarían en riesgo con una iniciativa como ésta», afirmó.
La COPAL remarcó también que la industria de alimentos y bebidas en la economía nacional representa el 25 por ciento del producto bruto industrial, más de 500.000 puestos de trabajo directos y más de 27.000 millones de dólares en materia de exportaciones, al tiempo que «ha venido realizando importantes inversiones en los últimos años, superando los 1.000 millones de dólares».
«Por las razones expuestas, COPAL solicita a las autoridades responsables del área que revean el anteproyecto de Ley mencionado ya que el mismo tendría un impacto altamente negativo para los consumidores, para las actividades deportivas que se busca beneficiar, para la Industria de Alimentos y Bebidas y para las ya alicaídas economías regionales», concluyó.
Daniel Funes de Rioja visitó Córdoba convocado por la UIC para disertar en su coloquio. Se trata del presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) y una de los referentes del empresariado a la hora de sentarse a negociar con gremios y sindicatos. Desde ese rol dialogó con Punto a Punto sobre el horizonte productivo del país, el empleo y el estado de los conflictos gremiales.
“La retracción económica ha tenido un fuerte impacto en algunos sectores producto de adecuaciones productivas. En términos generales lo que está haciendo la industria es tratar de evitar despidos, más bien buscar la redistribución del tiempo de trabajo. Aspiramos a que tenga una reversión esto. Todo depende de cuánto dure. La caída de un 2% en Alimentación también es muy preocupante por lo que significa para el mercado interno”, planteó.
-¿Se podría extender el reclamo de que se reabra paritarias?
-Debemos ponerle racionalidad a la cuestión. Desde el 2002 en adelante, los salarios industriales formales han crecido por encima de cualquier indicador. Incluso en estas rondas de paritarias hay sectores que han tenido entre 25% y un poco más de 30%. Se dieron entre marzo y junio de este año. Hasta marzo venían compensadas por el año anterior. Ningún índice puede decir que entre marzo hasta hoy se haya consumido el 15% o 20% que se dio como parte del incremento salarial para este período. Cuidado con decir que ya se consumió el incremento de paritarias porque no es así, aunque se ponga el índice que se quiera. Eso no quiere decir que no pese sobre el salario. El segundo elemento es la retracción económica que implica problemas financieros para las empresas. Entonces, si se presiona con incrementos salariales en épocas inflacionarias no es un momento para plantear este tipo de reinvindicaciones. Es momento de defender lo que tenemos porque Brasil todavía no rebota, es un escenario complicado. No de pánico, pero es complicado.
En esa línea, afirmó que el camino es trabajar hacia un horizonte productivo sustentable: “La mejor medida de protección del empleo es que haya producción, todo lo demás son maquillajes transitorios que no sirven para mucho. Si hay producción, facturación y el sistema financiero funciona para lubricar los procesos productivos y se pueden pagar salarios. Si no hay producción no se puede inventar. Hay que incentivar la generación de empleo facilitando el acceso desde la formación profesional y con redes de cobertura social. Nosotros no buscamos subsidios, buscamos producción”.
Y finalizó bajando el tono de dramatismo que a veces se escucha sobre la coyuntura: “Hay que evitar el pánico y el fatalismo. Sí, evidentemente nos preocupa la situación de Brasil. También, que se encuentre una solución para la deuda externa. Estuvimos de acuerdo con el Gobierno cuando fue a arreglar con el Club de París. Hay que encontrar soluciones porque se dinamizan las inversiones y el aparato productivo a niveles de crecimiento razonables”, dijo.