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El Gobierno de Córdoba recibió en noviembre un total de $ 1.738,5 millones en concepto de coparticipación federal impositiva, transferencias de impuestos nacionales y Fondo Federal Solidario, lo que significa un crecimiento del 23% en referencia con el mismo mes del año pasado, según datos preliminares difundidos por el Ministerio de Economía de la Nación.

De esta manera, el cierre del año lleva a que las sonrisas que se vieron durante los meses anteriores empiecen a mutar en caras largas ya que el alza interanual de noviembre fue la más baja desde enero y se situó por debajo de la barrera inflacionaria teórica que la mayoría ubica en el 25%, aunque los economistas coinciden en que este año la suba del costo de vida será aún mayor, llegando a cerca del 27%.

Es decir, que en términos reales los $ 300 millones más que el Estado cordobés percibió en noviembre significan más bien una caída en relación a los números que había mostrado el mismo período de 2012.

Un aspecto importante a tener en cuenta en este contexto es que, tras la extraordinaria suba del 38,8% que ocurrió en julio, mes a mes el crecimiento de los fondos coparticipables ha ido disminuyendo, siendo los dos últimos meses los más bajos desde el primes mes de 2013.

Como de costumbre, el principal factor que incidió en esta tendencia es el concepto de Coparticipación Federal y Transferencias de Impuestos Nacionales, que representa el 95% de los recursos que mensualmente las arcas provinciales perciben automáticamente desde la Nación. Concretamente, por este concepto Córdoba percibió $ 1.709 millones el último mes, 22,8% por encima de doce meses atrás.

En cambio, el Fondo Federal Solidario, que reparte el 30% de las retenciones a las exportaciones de soja, creció más (37,5%), pero su aporte es exiguo en el marco del total de dinero que la Nación manda a Córdoba, ya que sólo se trató de $ 28 millones en noviembre.

De cualquier modo, la Provincia se encamina a cerrar el año con un avance de los fondos coparticipables que superan a la inflación: el consolidado total muestra que hasta noviembre la Nación giró casi $ 18.500 millones, 31% por encima del año pasado.

El Gobierno cordobés recibió un total de $ 1.785,4 millones en octubre en concepto de coparticipación federal, transferencias de impuestos nacionales y Fondo Federal Solidario (reparte el 30% de las retenciones a las exportaciones de soja), según datos preliminares informados por el Ministerio de Economía de la Nación.

Así, octubre marcó una fuerte desaceleración del nivel de crecimiento de estos ingresos ya que la suba fue del 25,3%, apenas empatando con la inflación real, cuando en los meses anteriores nunca habían bajado del 30% de expansión, al punto de que el promedio para los 10 meses se ubica en 32,3%.

De cualquier manera, la evolución de estos fondos a lo largo de 2013 no dejan de generar múltiples sonrisas en la administración delasotista habida cuenta de que, entre enero y octubre, se percibieron $ 16.708,9 millones; es decir, más de $ 1.200 millones por encima de los $ 15.505,6 millones captados en todo 2012.

Al ritmo que traen las transferencias actualmente, no es descabellado pensar que, a fin de año, los ingresos por coparticipación y fondo sojero alcancen la barrera de los $ 20.000 millones.

Todo dependerá de que los últimos dos meses del año se comporten de manera similar a casi todo 2013 y no al desempeño de octubre, cuando la coparticipación directa tuvo un incremento real “cero”. El volumen de recursos absorbido por las arcas provinciales fue de $ 1.726,9 millones, 24,1% arriba de los $ 1.391 millones del mismo mes de 2012.

En tanto, el fondo sojero mostró un interesante alza del 76,2% hasta $ 58,5 millones, aunque ese guarismo tiene un bajísimo peso en el total de dinero que mensualmente llega al Estado cordobés desde la Casa Rosada.

(Agencia DyN) – Prácticamente, todas las provincias reclaman una revisión del régimen de Coparticipación Federal de Impuestos y todas ellas aspiran a una mayor porción de la torta.

Desde la reforma constitucional de 1994, el eje de los reclamos provinciales pasa por lograr una nueva Ley que amplíe su parte de la distribución primaria, en desmedro de la porción del gobierno nacional. Sólo la provincia de Buenos Aires hace explícita su aspiración a aumentar su porcentaje en la distribución secundaria, reduciendo así el de todas las demás provincias. Se fundamenta para ello en que el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano Bonaerense se ha erosionado al quedar fijo y no ajustarse con la inflación. 

La situación fiscal se ha agravado por igual en la Nación, las provincias y los municipios. Todos han aumentado notablemente su gasto y han exprimido al máximo el potencial tributario de sus propios contribuyentes.

Ni el gobierno nacional ni los provinciales parecen estar en condiciones de ceder una parte de sus recursos ni tampoco es posible aumentar una presión tributaria que ha llegado a niveles inéditos, mayor que la de cualquier país comparable.
El gasto público global en la Argentina ha pasado de 30% del Producto Bruto antes de 2002, a 43% actualmente. Parece así políticamente inviable una modificación de la coparticipación que resulte en una redistribución por modificación de los porcentajes de distribución primaria (entre Nación y provincias) y secundaria (entre las provincias). Desde 2003, el gobierno nacional se ha manejado mañosamente para aumentar recursos no coparticipables y que, por lo tanto, ha dispuesto de más fondos para su gasto y también para distribuir discrecionalmente entre los gobernadores afines. Los derechos de exportación que no son coparticipables, a excepción reciente de 30% de los de la soja, han sido un puntal fundamental de la recaudación.
Tampoco se coparticipan los aportes de la ANSeS ni los del Banco Central o sea, el llamado impuesto inflacionario. Hoy, el Tesoro Nacional se financia con estos fondos, mientras las provincias los miran de afuera.

La Fundación Libertad y Progreso tiene una propuesta de modificación de la Coparticipación Federal que consiste en que las provincias debieran ser en su conjunto responsables de recaudar los impuestos necesarios para cubrir todo su gasto y que la Nación retenga sólo el cobro de impuestos para cubrir el suyo. Esto es posible devolviendo potestades tributarias a los gobiernos provinciales.

Así, las provincias recaudarían los impuestos que actualmente disponen, más el Impuesto a las Ganancias de personas físicas, el de Bienes Personales, Combustibles e impuestos Internos. El gobierno nacional retendría el IVA, Ganancias de personas jurídicas e impuestos al comercio exterior. De esta forma, recaudaría aproximadamente lo que hoy le deja la distribución de fondos de la Coparticipación Federal y lo mismo sucedería para el conjunto consolidado de las provincias.

La correspondencia fiscal plena (cada provincia recauda lo suyo) tendría el severo inconveniente de dejar de lado el efecto redistributivo hacia las provincias más pobres. Esto se resolvería mediante un Fondo de Redistribución al cual aportarán las provincias el producido del impuesto a los combustibles. El criterio de distribución de este Fondo será que no se altere cuantitativamente la actual situación en el empalme con el nuevo sistema. Esta estructura se mantendrá inalterada y todo aumento del gasto de una provincia tendrá que tener como contrapartida un aumento de sus propios impuestos, mientras que el endeudamiento estaría estrictamente regido por las reglas macrofiscales que la misma Ley establecería. Si un gobernador deseara ganar el rédito político de un aumento del gasto, debería también enfrentar el costo político de aumentar los impuestos.

La ventaja de un régimen de este tipo será la supresión del crónico conflicto Nación-provincias, el correcto alineamiento de incentivos para reducir y hacer más eficiente el gasto público, un mejor control de la evasión y la creación de un más efectivo control horizontal entre las provincias.

 

Por Manuel A.Solanet

Economista. Director de Políticas Públicas de la Fundación Libertad y Progreso.

 

Pese a que el Gobierno nacional insiste frecuentemente con su cruzada contra el sector agropecuario, principalmente cuando se trata de productores sojeros, la realidad es que ese cultivo sigue siendo uno de los principales sostenes de la recaudación nacional.

Las transferencias realizadas por la Casa Rosada al Estado cordobés en agosto lo certifican: en total, llegaron en concepto de coparticipación y Fondo Federal Solidario –reparte el 30% de las retenciones a la soja– $ 1.837,9 millones, 31,4% o casi $ 500 millones por encima de los $ 1.398,8 millones.

Pero el dato más importante es que esa suba estuvo impulsada principalmente por el fondo sojero, que creció 74,5% hasta casi $ 125 millones, la segunda cifra más alta desde que se impuso este reparto, sólo superada por los $ 156,5 millones de abril también de este año.

Otro aspecto que surge de las cifras preliminares informadas por el Ministerio de Economía de la Nación, y que ratifican la importancia de la soja para las arcas tanto nacionales como provinciales, es que en ocho meses el fondo verde lleva transferidos a Córdoba $ 614,1 millones, casi la misma cantidad de recursos que llegaron en todo 2012 ($ 628 millones).

De cualquier manera, la principal fuente de ingresos para el Ministerio de Finanzas provincial sigue siendo la coparticipación y transferencias de impuestos nacionales, que en esta oportunidad reportaron $ 1.713 millones, 29% por encima del año pasado, un porcentaje bueno si se tiene en cuenta que la inflación se estima entre el 24 y 25%, pero magro si se analiza que es el segundo más bajo del año tras el 26,2% de enero. De hecho, está diez puntos por debajo de julio, que había mostrado un alza del 40%.

Con todo, los números totales siguen siendo altamente positivos para las arcas que maneja Ángel Elettore, que han ganado hasta agosto un tercio más que un año antes. Contabilizando coparticipación y fondo sojero, el total de recursos llega a $ 13.232 millones, más de $ 3.000 millones por encima del mismo lapso de 2012.