El partido que marcó el bautismo de Belgrano en tierras extranjeras se jugó también en el plano económico, y es que al fervor de la pasión se le suma un movimiento económico generado por sus hinchas como hacía décadas no pasaba para un equipo de Córdoba.

Haciendo un cálculo «conservador», de las plazas en bus agotadas (unos 45 colectivos a un promedio de 50 pasajeros por coche que abonaron aproximadamente $ 3.500 dependiendo el servicio cama o semicama) se movilizaron más de $ 7,8 millones. A esa cifra habría que sumarle varios hinchas celestes que se trasladaron en combis, minubuses y autos particulares, por lo que la cifra invertida por aquellos que decidieron movilizarse por vía terrestre superó largamente los $ 8 millones en total.

Los charters aéreos también contribuyeron al cálculo. En total se fletaron dos vuelos privados que llevaron a otros 200 hinchas que abonaron en promedio unos $ 15.000 cada uno, un movimiento cercano a los $ 3 millones. A este volumen hay que sumarle los vuelos comerciales con conexiones que ofrecieron LATAM, GOL y Aerolíneas Argentinas (desde Córdoba, Aeroparque y Ezeiza) que fueron agotados (valor promedio de $ 8.500): cerca de 300 hinchas y un movimiento superior a los $ 2,5 millones.

Los tickets del estadio y gastos en Curitiba
Al movimiento económico generado para el traslado vía aérea y terrestre, los hinchas de Belgrano tuvieron que abonar 50 reales cada ticket para ver el partido, es decir, unos $ 250 por entrada. Si a ese valor se lo multiplica por los 4.000 hinchas que agotaron la tribuna visitante, generó ingresos para el club brasilero y Conmebol superiores al $ 1 millón. Un detalle: esto sin contar los consumos dentro del estadio (estacionamiento, gaseosas, comida y alcohol).

Para cerrar la estimación de esta nota, la estadía de los hinchas piratas en Curitiba rondó los 100 reales por persona (hospedaje de algunos, movilidad y comida), un gasto total de otros casi $ 2 millones. El debut de Belgrano en el exterior, también se convirtió en un fenómeno económico.