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Dante Sica

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El tesorero de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), José Díaz, fue el encargado de abrir el 8° Coloquio Industrial organizado por esa entidad en el Sheraton Córdoba Hotel y que continuará el miércoles de 9 a 14.
Más de 600 empresarios le dan un marco imponente a la reunión que contó con la participación del intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre, quien evitó en su discurso hacer campaña para las elecciones municipales del 13 de septiembre aún cuando tenía a un público al que podía convencer con algún anuncio.
El único momento en que hizo referencia a su gestión fue cuando señaló que su administración ya ha introducido en la ciudad de Córdoba el “cambio” que se reclama a nivel nacional, ejemplificando al respecto por ejemplo que «redujimos el gasto en salarios del 70% al 58% y voy a terminar con menos empleados que cuando asumí».
Entre otras cosas, Mestre dijo también que «estamos en un país donde el populismo se ha hecho carne» y reclamó “grandeza por parte de los dirigentes para poners por encima de los objetivos personales la unión nacional”
Luego del mandatario capitalino llegó el turno del ministro de Industria, Comercio, Minería y Desarrollo Científico-Tecnológico, Guillermo Acosta, quien habló sobre las diferentes políticas industriales que está llevando adelante la provincia.
Acto seguido, llegó el turno de uno de los paneles más esperados por los hombres de negocio: “Cómo recuperar las fuentes de crecimiento”, a cargo de dos economistas nacionales de renombre como Bernardo Kosacoff y Dante Sica.
Kosacoff manifestó que “desde 2008, para la industria es freno: dejamos de crecer, caen las exportaciones industriales y no se genera empleo privado” y subrayó que “no hay modelo de desarrollo posible si no se fortalecen las empresas para generar empleo y riquezas”
El ex titular de la CEPAL hizo referencia a la necesidad de fortalecer los procesos de inversión y habló sobre el complicado tema de fomentar la industria nacional pero pisar las importaciones. “En Argentina hay una clara asociación entre crecimiento de la industria y las importaciones. Un punto de crecimiento industrial, son 7 puntos de importaciones más, que equivalen a US$ 3.000 millones. Cuando había dólares, esto no era un problema. Cuando los dólares son escasos, este modelo tiene complicaciones”, resumió Kosacoff.
Sica, por su parte, alertó que «el foco para la mejora debe estar en las inversiones, el capital humano y la innovación» y remarcó la necesidad de que el Estado corrija los desequilibrios que afectan la macroeconomía. “No hay una micro exitosa en una macro desordenada. No se puede convivir con la fortísima distorsión de precios relativos, un tipo de cambio atrasado entre un 25 y 30%, un déficit fiscal de cinco puntos del PBI financiado con emisión. Todo esto junto genera una fuerte pérdida de competitividad”, explicó.
Para Sica, “no sabemos quién va a ser el próximo presidente, pero sabemos que van a tener que resolver esto” y al respecto agregó que “mantener apreciado el tipo de cambio para contener la inflación es como ir en contra de la ley de gravedad. Eso va a haber que corregirlo, es imposible sostenerlo”.
Un ejemplo de la distorsión de los números en Argentina es que, mientras aquí el salario por hora que percibe un operario de la industria manufacturera ronda los US$ 23,1, en Brasil es de US$ 19,8; en México, de US$ 6,3; en China de US$ 3,1 y en India, de US$ 2,9. Kosacoff, minutos antes, había dejado una frase señalando algo similar: “Es muy difícil tener los salarios alemanes con la productividad africana”.
Al cierre de la primer jornada, exponían el director ejecutivo de la UIC, Fernando Sibilla; el titular del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio, Ramiro Sosa Navarro; y el presidente del IERAL de Fundación Mediterránea, Marcelo Capello, sobre “La agenda industrial de los próximos años: propuesta de la UIC”.
También se esperaba el discurso del gobernador provincial y pre candidato a presidente de la Nación, José Manuel De la Sota.

(DyN) – El titular de Abeceb.com y consultor especialista en temas de integración regional, Dante Sica, estimó, luego del triunfo electoral de Dilma Rousseff en Brasil, que es de esperar un «endurecimiento» de la relación comercial de ese país con la Argentina, pero «sin que haya cambios drásticos».
En declaraciones a DyN, Sica afirmó que «en lo que hace a la relación con la Argentina, es posible que, ante el reclamo creciente de los industriales brasileños, se advierta un mayor endurecimiento de las relaciones bilaterales».
No obstante, el economista consideró que «no se debe esperar un cambio drástico en este sentido».
«Lo más probable es que las discusiones bilaterales se posterguen hasta la llegada del nuevo gobierno de nuestro país, debido fundamentalmente a que la administración local seguirá con su política de administrar los desequilibrios internos como la restricción de divisas y las trabas a las importaciones», añadió.
«El problema principal en la relación bilateral no es Brasil, sino Argentina. Nuestro país demorará un año más para discutir temas estructurales y fundamentales en la relación bilateral, como el acuerdo con la UE o el que rige para el sector automotor», sostuvo Sica. «En este contexto, se expondrá al riesgo de pérdida de mercados ya conquistados, si es que Brasil comienza a adoptar una posición más abierta en materia comercial», continuó.
Y finalizó: «Brasil tendrá que iniciar un cambio en su política económica que le permita recuperar la confianza y las inversiones, lo que para la Argentina equivale a descartar un aumento de las exportaciones al país vecino en 2015».
En una línea similar se ubicó el analista Eduardo Lichter, coordinador de equipo de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), quien aseguró que habrá «una redefinición» del bloque regional del Mercosur, y «menos tolerancia» en la relación bilateral con Argentina.
«Claramente cambios va a haber (en el Mercosur y en la relación bilateral con Argentina). Si ganaba Aécio Neves, el cambio iba a ser más radical y duro. Con Dilma no va a ser tan marcado, pero sí habrá una redefinición del Mercosur porque así como está a Brasil no le sirve», analizó Lichter en diálogo con DyN.
Sobre la relación bilateral, Lichter evaluó que «no va a ser igual a la de los últimos diez años», al advertir que habrá «menos tolerancia a bloqueos impuestos por Argentina en el comercio». «Brasil va a tener menos paciencia con la política (de trabas) como la (el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo) Moreno o la de (el actual secretario del área, Augusto) Costa. La política de ‘paciencia estratégica’ como la llaman en Brasil, se terminó», opinó.
El especialista sostuvo que hoy la relación bilateral comercial es «asimétrica» y si «Brasil presiona, Argentina va a ser la que sale perdiendo» e indicó que «uno de cada cinco dólares que nuestro país exporta va» hacia la nación vecina.
En cuanto al Mercosur, planteó que «habrá una redefinición» en el sentido de que «Brasil quiere acelerar el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, que lleva retrasado cinco años, y quiere avanzar en la Alianza del Pacífico (que conforman México, Colombia, Perú y Chile)».
«Hoy el Mercosur es una cáscara vacía. No es ni una zona de libre comercio ni una unión aduanera. El Mercosur tiene que tener más inserción internacional», manifestó Lichter.
Al respecto, consideró que «si Argentina no responde proactivamente en avanzar en un acuerdo de libre comercio con la UE, Brasil buscará reformular la carta (del Mercosur) para que cada país (del bloque) pueda hacer un acuerdo bilateral». «Si ganaba Aecio, estos cambios se iban a impulsar en 24 horas. Con Dilma, van a ser progresivos, pero bastante rápidos, porque en este nuevo contexto y por las necesidades que tiene la economía brasileña, el Mercosur como está hoy no es viable», concluyó.

Dante Sica, socio director de la consultora Abeceb, aseguró que el blanqueo de capitales propuesto por el Gobierno “va a tener un impacto marginal en el mercado del dólar blue”, aunque fue muy crítico de la medida al asegurar que en Argentina “siempre se beneficia al evasor”. A continuación, el diálogo con Punto a Punto Radio:

-¿Cuál es el objetivo del Gobierno con el blanqueo anunciado?
-En economía siempre se dice que un instrumento tiene que apuntar a un objetivo y es difícil que un instrumento pueda atacar varios objetivos a la vez. Está claro que el blanqueo tiene el objetivo de tratar de capturar parte de los dólares que se han ido del sistema económico entre 2007 y 2011, lo que comúnmente se denomina fuga de capitales, que se intentó frenar con el cepo cambiario, fue de casi US$ 70.000 millones de dólares entre. Lo que el gobierno intenta es que vuelvan a ingresar al circuito, de una manera legal. La mayoría de esos fondos son no declarados.

-¿El blanqueo puede tener un impacto en el blue?
-Si esto tiene un impacto en el blue va a ser marginal y va a depender de la cuantía del blanqueo, es decir cuánta gente está dispuesta a sacar sus fondos y depositarlos en el banco y si esa movilización que se podría dar sobre el mercado inmobiliario, quizás podría quitar presión al dólar blue, pero va a depender de la confianza que la gente tenga en el blanqueo, de la cantidad de fondos que puedan  salir. En principio, soy bastante escéptico con respecto a que este blanqueo pueda ser de una magnitud tan fuerte que permita quitar presión al impacto sobre la brecha.

-¿Qué diferencias existen con el blanqueo que el Gobierno realizó en el 2009?
-El blanqueo de 2009 se hizo en un contexto de crisis, con lo cual, era difícil pensar que se pudieran aplicar a una actividad que otorgara rendimiento. Por eso el fracaso tuvo que ver con la oportunidad. En este momento, la economía tampoco está traccionando muy fuerte. Y también hay una fuerte desconfianza por parte de los agentes económicos. Un tercer elemento tiene que ver con la consistencia temporal de la política económica. Si usted, en 4 años hizo 2 blanqueos entonces es claro que en este país siempre se beneficia al evasor, al que esconde la plata, al que no paga impuestos, porque siempre tiene moratorias o blanqueos, que le permiten volver a términos legales.

-¿Qué quiso demostrar el Gobierno con este anuncio?
-Quiso dar una señal de consistencia, en términos de demostrar que tiene un equipo económico unido y que pone la cara. En la práctica, da la sensación de que esa unidad en los hechos no se da, porque por lo menos en las opiniones que trascienden, muchas veces son muy distintas. Creo que fue más una puesta en escena.