(AP) – El Banco Central Europeo mantuvo su principal tasa de interés, tal como se anticipaba, y ahora los inversionistas aguardan los comentarios del presidente Mario Draghi, particularmente lo que se refiere a la situación de Grecia.
Adicionalmente, el BCE aumentó su pronóstico de inflación este año a 0,3% respecto al cero que anticipaba previamente.
La medida es otro indicador de que el riesgo de deflación -una caída de los precios en el largo plazo- puede estar desvaneciéndose. La inflación baja es indicio de escasa demanda y puede dificultar a los gobiernos y consumidores endeudados reducir la carga de la deuda.
El BCE es un protagonista clave para mantener a Grecia a flote puesto que ha permitido a los bancos de esa nación apelar a los créditos de emergencia que no pueden conseguir en otras fuentes debido a su situación económica precaria.
El banco central de los 19 países que usan el euro ha presionado a Grecia y sus acreedores -los otros gobiernos europeos y el Fondo Monetario Internacional- a convenir condiciones de préstamo y evitar la mora. Grecia también le debe al BCE puesto que este posee bonos griegos que vencen en julio.
Grecia se ha resistido a las condiciones del préstamo que le exigen reducir el déficit, rebajar las pensiones y modificar las leyes laborales para facilitar las inversiones.
Antes de la conferencia de prensa de Draghi, el consejo gobernante del banco dejó inalterada la tasa de interés en 0,05%. La decisión era anticipada debido a que el banco ha dicho que no puede ser más baja.
Aparte de Grecia, se cree que Draghi subrayará que el BCE llevará a cabo completamente su estímulo monetario por 1,1 billones (correcto) de euros (1,2 billones de dólares). El estímulo inyectará 60.000 millones de euros en el sistema financiero mediante la compra de bonos del gobierno y corporativos. El objetivo consiste en elevar la inflación más cerca del límite de poco menos del 2%.
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