El ex juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni es reconocido como un férreo defensor de los derechos humanos. Sin embargo, no siempre pensó igual. Así queda demostrado en el libro Derecho Penal Militar, que publicó junto a Ricardo Cavallero en 1980. El periodista Diego Rojas (@zonarojas) difundió fragmentos del texto, inhallable en bibliotecas públicas y privadas.
El libro, publicado durante un gobierno militar que proclamaba estar en una guerra, justifica el golpe de Estado. «En una circunstancia hipotética, habiendo desaparecido cualquier autoridad o siendo incapaz la que resta, un grupo militar puede usurpar justificadamente la función pública», escribió Zaffaroni, según reproduce Infobae.
El libro incluye una dedicatoria al brigadier auditor Laureano Álvarez Estrada, a quien reconoce haberle mostrado los textos originales antes de su publicación para que realice «observaciones», y al contraalmirante auditor Ramón León Francisco Morell.
La obra también justifica la prohibición de la homosexualidad en las Fuerzas Armadas. En la página 59, según puede verse en la imagen adjunta que fue difundida en el sitio PlazaMayo.com, Zaffaroni y Cavallero analizaban: «Si pensamos por un momento en que la homosexualidad entre adultos no puede ser punida como delito en la vida civil, porque esa punición violaría el art. 19 constitucional, no por ello debemos concluir en que la homosexualidad militar es inconstitucional, tal como la prevé el art. 765, CJM, porque en la vida civil no hay ningún bien jurídico que resulte afectado por esa conducta realizada en privado, pero en el orden militar la posibilidad de trascendencia del conocimiento de esa conducta afecta la imagen pública de las fuerzas armadas y la confianza que ellas deben gozar por parte de los habitantes de la Nación, cuyo crédito frente a ellos es indispensable para que ante la necesidad tremenda cuenten con la participación y apoyo de la población».
Rodolfo Terragno había expuesto el pensamiento de Zaffaroni durante el debate que se realizó en el Senado luego de que Néstor Kirchner lo nominara para la Corte. El pliego fue aprobado con el voto de mayoría de dirigentes que respondían a la Casa Rosada, entre ellos la por entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner.
«En el sitio web de las Madres de Plaza de Mayo había un proyecto contra la impunidad y como parte de ese proyecto existía una denuncia contra los jueces que juraron bajo el estatuto del proceso de reorganización nacional. En la lista de magistrados estaba Zaffaroni como partícipe necesario de los delitos de la dictadura», explicó Terragno en diálogo con Jorge Lanata en radioMitre.
La investigación del dirigente radical lo llevó hasta el polémico libro que se mantuvo en secreto durante su estadía en la Corte Suprema. Hoy Zaffaroni aspira a un lugar en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Su postulación fue criticada por el foro Usina de Justicia, que denunció la doctrina abolicionista del ex magistrado.
Según surge del diario de sesión, Terragno interpeló a Zaffaroni sobre sus dichos en el polémico libro. El entonces aspirante al máximo tribunal aseguró que sabía que en el país había personas secuestradas pero desconocía su paradero. «Luego me dijo que en un viaje por el exterior se enteró qué estaba pasando, pero igualmente regresó al país y siguió trabajando como juez», recuerda Terragno.
«En su momento, cuando planteé esto ni siquiera se comentó. No tuvo trascendencia, ni siquiera periodística. No hubo discusión sobre esto. Y el tema se votó como si nada hubiese pasado», recordó con melancolía Terragno.
(DyN) – El secretario general de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), Julio Piumato, replicó hoy a la presidenta Cristina Fernández que el sindicalismo que él representa tiene «coherencia» y argumentó que luchó «contra la dictadura» en vez de haberse enriquecido durante el Proceso de Reorganización Nacional.
El jefe sindical, al recordársele por radio La Red que en su discurso de ayer en Plaza de Mayo la primera mandataria reclamó a los dirigentes gremiales que después del 10 de diciembre «pongan la misma fuerza para obtener todos los aumentos que los trabajadores argentinos han logrado», retrucó: «Nosotros tenemos coherencia, nosotros luchamos contra la dictadura, no nos enriquecidos durante la dictadura».
«Nosotros también luchamos cuando (el por entonces presidente Raúl) Alfonsín quiso destruir al movimiento obrero, que era un compromiso que había asumido con el gran capital internacional», resaltó el secretario de Derechos Humanos de la CGT Azopardo.
Piumato destacó que el gremialismo que representa también combatió «en los ’90 cuando (el por entonces primer mandatario Carlos) Menem se decía peronista y vino a establecer la flexibilización laboral».
«Luchamos cuando, con esa misma política neoliberal el gobierno de la Alianza, usando los mayores escándalos como los sobornos en el Senado, pretendió seguir el camino del ajuste y de la flexibilización laboral», añadió.
El jefe sindical puntualizó que el sector que integra tuvo que volver a ser combativo cuando el kirchnerismo «desvió el rumbo» de su Gobierno y de una administración que «había devuelto las paritarias libres giró hacia otro lado y terminamos con paritarias impuestas».
«También con ajustes, con los chicos muriéndose de hambre en Argentina y con un número de trabajadores precarizados o esclavizados que, después de 13 años (de administración kirchnerista), no tiene ninguna justificación», concluyó.
Una investigación publicada por el sitio plazademayo.com acusa al periodista Horacio Verbitsky, presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y un referente intelectual del kirchnerismo, de haber colaborado con los jefes de la Fuerza Aérea durante la última dictadura y hasta de haber sido una suerte de “protegido” el gobierno de facto.
El artículo de Gabriel Levinas y Sergio Serrichio –autores de la biografía aún no publicada de Verbitsky- afirma que el periodista y director del CELS fue “escriba permanente, junto al comodoro Juan José Güiraldes y otro colaborador de nombre Pedrerol, de los discursos de los comandantes en jefe de la Fuerza Aérea” durante varios años de la dictadura.
Entre otras frases, le atribuye a Verbitsky haber sido el autor de la frase: “Hemos ganado la batalla de las armas, que ellas no se contaminen de la pestilencia que vinieron a limpiar”, con la que Orlando Ramón Agosti puso en funciones al brigadier Omar Graffigna.
Según Levinas y Serrichio, la documentación y las fuentes a las que accedieron indican que Verbitsky “gozó de la protección de Güiraldes, un militar retirado pero muy ligado a las fuerzas armadas e ‘intelectual orgánico’ de la dictadura” y constatan la “protección” con la que habría contado “al punto que el hoy presidente del CELS pasó las semanas posteriores al golpe militar del 24 de marzo de 1976 ‘guardado’ en la Estancia ‘La Santa María’, en San Antonio de Areco”.
Mencionan además un manuscrito de Verbitsky de esos años que sometieron a peritos caligráficos y una “revisión a los voluminosos archivos que Güiraldes, quien murió en 2003, dejó en su estancia de Areco” que “permitió descartar la versión Heidi que Verbitsky brinda de sus años en la dictadura y del carácter de su relación con la Fuerza Aérea”.
También aseguran que los documentos confirman “que Verbitsky firmó un contrato por el que recibió durante 6 meses una retribución mensual de 700.000 pesos (a valores de hoy, unos 40.000 pesos al mes) entre octubre de 1978 y marzo de 1979 (…) autorizada y pagada con un subsidio directo del Comando en Jefe”, y que “firmó un nuevo contrato en marzo de 1981, indicativo de que su colaboración con la Fuerza Aérea se extendió durante al menos cuatro años, entre 1978 y 1982”, según indica el sitio ElCronista.
Levinas asegura que “intentó en varias oportunidades una entrevista con Horacio Verbitsky” pero que “el presidente del CELS se negó a hacerla personalmente” y “sólo accedió a algunas respuestas por mail a través de su secretaria”.
(DyN) – El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, volvió a defender al jefe del Ejército, teniente general César Milani, al resaltar que «no está procesado en ninguna causa» como sí lo están otros militares de aquella época.
«El expediente que ingresó al Congreso, que hasta ahí es toda la documentación que existía, a mí no me dice absolutamente nada, tal es así que no está procesado en ninguna causa, y sí lo están otros militares de la misma época y por la misma situación. No hay nada que a mí me impidiera defenderlo en la comisión y en el recinto», señaló.
En su charla habitual con la prensa antes de ingresar a la Casa Rosada, el funcionario recordó que en otras oportunidades la presidenta Cristina Fernández pasó a retiro al almirante Jorge Godoy y al general Roberto Bendini por vinculaciones con delitos de lesa humanidad, y que «no le temblaría la mano» tener que hacerlo con Milani.
Ayer, durante las manifestaciones por el Día de la Memoria, la referente de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, advirtió que la designación de Milani «es un retroceso» de las «conquistas y avances logrados».
«No lo siento así. Siendo senador y siendo miembro de la comisión de acuerdos, defendí la postura de Milani, y la defendí en el recinto», señaló Fernández. El ministro coordinador aseguró que revisó «por arriba, por abajo, por los cuatro costados» el expediente de Milani que ingresó al Congreso, y que a él no le dice «absolutamente nada».
«Si llegara a ocurrir una cosa como esta, seguramente le pediría el retiro al general Milani. No sé por qué es tanta la preocupación, en el expediente no hay nada que indique que tenga una complicación», expresó.
En tanto, Fernández afirmó que valora «con mucha satisfacción» las manifestaciones por el Día de la Memoria, y advirtió que quienes dicen que los Derechos Humanos son «un curro, eventualmente van a tener que explicarlo». En ese sentido, resaltó que hubo «muchos jóvenes» presentes en Plaza de Mayo durante el acto oficial, y destacó que se trató «de una organización en paz».
«Lo valoro con satisfacción si se puede decir, en el marco del homenaje, porque son días que debieran ser muy tristes en cuanto al recuerdo. Pero lo valoro con mucha satisfacción porque cada vez viene más gente, muchos chicos jóvenes», señaló el funcionario antes de ingresar a la Casa de Gobierno.
Fernández sostuvo que quienes marcharon ayer lo hicieron «para rendir homenaje» pero también porque «estando presentes saben que estas cosas no pueden volver a pasar».
«Estas cosas son las cosas que uno tiene que rescatar, es un hecho con brillo que tiene que expresarse en la búsqueda de un hecho que nos marque, que nos muestre que esas cosas no pueden volver a pasarle a los argentinos. Acá no había preocupación de que pudiera pasar algo porque se sabía que era una organización en paz», agregó.
Al ser consultado sobre qué ocurrirá a partir del 24 de marzo de 2016, en caso de que cambie el signo político del Gobierno, el ministro coordinador dijo que «las políticas de Derechos Humanos vinieron para quedarse», y que «hoy nos reconoce el mundo» por ese tema.
«Estoy convencido de que el Frente para la Victoria va a ser Gobierno, es para quedarse tranquilos, y aquellos que dicen que esto es un curro, eventualmente van a tener que explicarlo. Pero eso no va a ocurrir», concluyó.
(DyN) – El gobernador de Córdoba y aspirante presidencial José Manuel de la Sota aseguró hoy que siempre estuvo «en defensa de la libertad y democracia» y replicó a la presidenta Cristina Fernández al interrogarla: «Cuando estuve preso en la dictadura no sé dónde estaba usted».
«En derechos humanos yo no tengo que inventar nada», expresó De La Sota en declaraciones a DyN y tras el reclamo de la presidenta Cristina Fernández para que los candidatos opositores a la Casa Rosada expliquen sus eventuales políticas para el área, luego de criticar a dirigentes que cuestionaron los «curros» en esta materia.
En este sentido, el gobernador cordobés le preguntó a la mandataria nacional: «Cuando estuve preso en la dictadura no sé dónde estaba usted».
«En defensa de la libertad y la democracia, siempre estuve en primera fila», señaló De La Sota, quién reclamó, además, «justicia para los asesinos de (el político y sindicalista José Ignacio) Rucci, y pidió «ni un paso atrás, un paso adelante» en políticas de derechos humanos.
Jorge Rafael Videla, el ex jefe de la última dictadura militar argentina, que estaba detenido por graves violaciones a los derechos humanos, falleció esta madrugada a los 87 años, tras una descompensación de salud, confirmó la secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Videla permanecía en el pabellón de condenados por delitos de lesa humanidad en el Penal de Marcos Paz, tras la sentencia que recibió el 5 de julio de 2012, cuando se lo sentenció a cincuenta años de prisión luego de que el tribunal que lo juzgó lo encontrara culpable por el delito de secuestro y sustracción de identidad a menores de edad.
El martes último, Videla se había negado a declarar ante el Tribunal Oral Federal 1 en el marco del juicio por el Plan Cóndor.
La unidad sanitaria del pabellón donde se encontraba alojado determinó que estaba en condiciones de declarar ante el tribunal. Ante las preguntas de la fiscalía, Videla se negó a declarar. Se autodeclaró como un «preso político» y aseguró haber sufrido una «crisis de memoria».